De la mano de la Ciencia: evolución de la primera Fertilización in Vitro a hoy.
Hace más de 35 años, cuando la reproducción asistida daba sus primeros pasos, la estrella de los tratamientos era la fertilización in vitro en un ciclo natural, es decir, sin medicación para estimular los ovarios. Este fue el caso de Louise Brown, el primer bebé nacido por tratamiento, el 25 de julio de 1978. La reproducción asistida comprende un conjunto de terapéuticas y procedimientos mediante los cuales se brinda ayuda científica y asistencia al proceso mediante el cual se puede lograr el embarazo y que tienen como objetivo facilitar las condiciones para que se produzca la fecundación.
En aquel momento, el procedimiento levantó polémica. “Sin embargo, hoy en día, lejos quedó la discusión sino todo lo contrario. Los niños nacidos por tratamientos in vitro siguen creciendo en el mundo y a aquella FIV, se han sumado otras técnicas cada vez más evolucionadas y específicas para tratar de cumplir el sueño de ese 15% de la población mundial que sufre de problemas de fertilidad”, sostiene el Dr. Sergio Pasqualini, especialista en reproducción asistida, presidente y fundador de Fundación Repro.
LOS CAMBIOS MÁS RELEVANTES
En 1978 nace Louise Brown, en 1981 nace el primer bebé producto de FIV en Estados Unidos, en 1982 en Francia y en 1986 en Argentina.
El advenimiento de estas técnicas generó también la posibilidad de realizar tratamientos en mujeres que tenían fallas ováricas y esto se tornó una necesidad, de esta manera en 1984 se da el primer nacimiento producto de un óvulo donado.
En paralelo, se produce en 1984 en Australia el primer nacimiento de embriones congelados. Otro gran hito en estas técnicas, porque daba la posibilidad de que los embriones que no se transferían podían ser criopreservados con éxito para ser utilizados a posteriori. En Argentina, el primer embarazo se realiza en 1992 y es un orgullo poder afirmar que lo logramos en nuestro instituto.
En 1988 se produce a nivel mundial el primer nacimiento con una técnica llamada SUZI. Consiste en inyectar espermatozoides por debajo de la cubierta del óvulo, que se llama zona pelúcida, y por fuera de su membrana. Pero en 1992, fue desplazada por la llegada del ICSI -inyección intracitoplasmática- que consiste en introducir un solo espermatozoide dentro del citoplasma de cada óvulo maduro utilizando una aguja de cristal muy delgada.
También en 1988 a nivel mundial se logran espermatozoides aspirados de conductos eferentes mediante una simple punción, un procedimiento que antes se llevaba a cabo a partir de un microcirugía.
En 1993 se logra el primer embarazo mediante óvulos madurados in vitro. Esta técnica resulta útil por ejemplo, en casos de poliquitosis ovárica –donde la mujer tiene muchos microfolículos – su respuesta a la estimulación ovárica es muy intensa y puede llegar a ser perjudicial. Los óvulos inmaduros se obtienen sin estimulación, o bien mediante una estimulación mínima.
En 1997 por primera vez a nivel mundial, en nuestro laboratorio se encontró que los embriones que se desarrollan más rápido, en un 70% terminan siendo varones. El estudio se repitió posteriormente en otros lugares en el mundo confirmando nuestros resultados.
En el 2000 en un estudio hematológico logramos por primera vez concluir que los marcadores de la coagulación de la sangre tenían relación existente con los abortos recurrentes. Además, sabemos también que esto repercute en fallas de implantación.
Y en ese mismo año tuvimos el primer nacimiento mundial y en Argentina de un bebé producto de embrión obtenido de óvulos criopreservados con técnicas desarrolladas por nuestro laboratorio: se modificó el medio de criopreservación, reemplazando el cloruro de sodio por cloruro de colina y eso mejoró la técnica del congelamiento de los óvulos –significando un importante avance hasta que posteriormente se desarrollo e impuso la técnica de vitrificación.
En el 2009 nació el primer bebé de la Argentina- Halitus Instituto Médico- producto de óvulos vitrificados en un programa de ovodonación y en 2012 logramos un nacimiento gemelar producto de óvulos que permanecieron congelados durante 12 años: era el período más largo registrado hasta el mes pasado que nació Yanina producto de un óvulo congelado 14 años atrás, record a nivel mundial. Esto demuestra de manera concreta la importancia de congelar óvulos cuando se es joven para poder preservar la fertilidad si por algún motivo debe postergarse la maternidad.
Hoy en día estas técnicas forman parte de la vida cotidiana. Existen muchísimos centros que utilizan los mejores avances a nivel mundial. Aún hay un largo camino por recorrer.
LA IMPORTANCIA DE LA INVESTIGACIÓN
“El impulso que recibieron las técnicas de reproducción asistida en todos estos años, llevó a gran cantidad de ginecólogos a dedicarse a esta rama y, sin embargo, la fuerte y rápida evolución y los cambios que tuvieron lugar, exigen a los especialistas una dedicación exclusiva para poder seguir los pasos de la actualización y la información en constante evolución. Así, aquellos ginecólogos especializados deben dedicarse cada día más exclusivamente al área de competencia para no perder pisada del rápido e incesante progreso de las técnicas y descubrimientos científicos. Las técnicas avanzan día a día y lo principal, siempre es estar informados para poder tomar las mejores decisiones.
Soy un convencido de que la excelencia médica va de la mano de la investigación y es por ello que, poco a poco, empecé a vislumbrar la forma de hacerle un lugar. La inversión del sector privado argentino en ciencia es muy baja, y lamentablemente esto influye en la baja producción científica. Con esta perspectiva y con vistas a aportar de alguna manera al crecimiento de la investigación científica y también apostando a la docencia como parte del crecimiento de la ciencia es que Fundación Repro cobró forma. Una organización que persigue mis ideales y los de tantos otros: el compromiso con la investigación, con nuestros investigadores y con la gente para que el progreso científico nos alcance a todos. Para lograr que el país, la sociedad y la ciencia avancen juntos.”, concluye el Dr. Sergio Pasqualini.