El crecimiento del bebé paso a paso.
Los cambios que la mamá atraviesa durante los nueve meses de embarazo se vuelven visibles poco a poco. Sin embargo, el proceso de la gestación es mucho más largo y la evolución del embrión hasta el momento del nacimiento del bebé merece un capítulo aparte.
El aparato genital femenino está constituido por los ovarios que producen las células germinales (ovocitos), las trompas de Falopio donde se produce la fecundación, el útero donde se implanta el embrión para su crecimiento, y la vagina, órgano tubular y elástico destinado a la realización de la cópula. El ciclo femenino se inicia con la menstruación, que es la caída del endometrio (cubierta interna del útero) junto con un sangrado local. Luego comienzan a crecer los folículos en el ovario. En el interior de cada folículo hay un ovocito madurando. En condiciones normales se constituye un solo folículo.
Cuando este esté maduro (aproximadamente el día 14 del ciclo) se produce la ovulación, que es la salida del ovocito del ovario.
En una relación sexual el semen es depositado en el fondo de la vagina. Luego los espermatozoides ascienden por el tracto genital femenino, hasta encontrarse en el tercio externo de la trompa de Falopio con el ovocito.
Luego se unirán a la membrana pelúcida y uno de ellos la penetrará, tomando contacto con el ovocito y activándolo por lo cual incorpora el espermatozoide.
De ese espermatozoide se constituye el llamado pronúcleo masculino que tiene 23 cromosomas, y el ovocito aportará el pronúcleo femenino que tiene 23 cromosomas. La unión de esos cromosomas permitirá la constitución de una célula de 46 cromosomas y dos pronúcleos.
1ª etapa: el preembrión
La hazaña que el embrión protagoniza dentro del útero y el desarrollo tiene varias etapas. La primera es la fase del preembrión y podríamos contarla desde el momento de la concepción hasta la tercera semana. En esta etapa no se manifiesta ningún síntoma de gestación por lo cual, probablemente la mujer aún no se ha enterado de su embarazo. Sin embargo, dentro del cuerpo todo es diferente.
Ese preembrión va creciendo en número de células por sucesivas divisiones, viaja por el aparato genital femenino, y 4 ó 5 días después de la fecundación entra al útero. El óvulo fecundado entonces, se adhiere al útero (se implanta) y empieza a crecer. En este momento puede hablarse de preembrión, aún está formado por células no diferenciadas que comenzarán un proceso de diferenciación que llevará a la formación de la placenta y del futuro bebé. Esta diferenciación se llevará a cabo en la siguiente etapa, la etapa embrionaria.
En caso de tratarse de un procedimiento de fertilización asistida de alta complejidad, la transferencia del embrión suele llevarse a cabo a más tardar al quinto día de desarrollo en laboratorio lo que permite evaluar la calidad de los óvulos fertilizados y evitar la transferencia de algún embrión que luego pueda detener su crecimiento. Es en esta etapa entre el primero y el quinto día que puede realizarse el Diagnóstico
Genético preimplantatorio o PGD. El Diagnóstico Genético Preimplantatorio, es una opción de diagnóstico temprano para parejas con alto riesgo de descendencia con enfermedades genéticas y no implica un riesgo para el embarazo, dado que aún éste no se ha producido, pues el diagnóstico se realiza antes de transferir los embriones al útero. Se lleva a cabo analizando una célula del embrión y seleccionando los embriones que van a transferirse, eligiendo únicamente aquellos que están sanos. El tratamiento tiene tres etapas desde la realización de un proceso de fecundación “in vitro” hasta el análisis de una de las células de cada uno de los embriones que se obtengan. La primera etapa consiste en una Biopsia del corpúsculo polar del ovocito (antes de ser fertilizado). Una vez realizada la aspiración de ovocitos durante un procedimiento de ICSI, se extraen los cuerpos polares de los ovocitos y se realiza la evaluación genética de los mismos.
El segundo estadio consiste en una Biopsia de blastómera, esto es, analizar una célula de cada embrión. Después de la fecundación, el cigoto humano se divide aproximadamente cada 24 horas, es por ello que, cuando los embriones alcanzan un desarrollo de alrededor de tres días, contando con cerca de ocho células, llamadas blastómeras, se extrae una de ellas de cada embrión y se realiza el diagnóstico genético. Y el tercero y último estadio consiste en realizar una Biopsia de blastocisto.
Esta técnica es similar a la biopsia de blastómera, pero en este caso se realiza extrayendo una pequeña porción de trofoblasto del embrión que alcanzó el quinto día de desarrollo, llamado blastocisto.
Es importante destacar que la mayor parte de las anomalías cromosómicas que se logran detectar mediante el PGD son de embriones no viables, esto es, si se dejara seguir el desarrollo de ese embrión se hubiera detenido por ser no viable.
2da etapa: el embrión
Entre la semana 3 y la 8 se lleva a cabo la etapa embrionaria. Durante esta etapa el embrión se desarrollará gradualmente a partir de la formación de la columna vertebral, luego el cuerpo y los órganos internos y lentamente irá tomando forma. Para el final de la octava semana podrá medir aproximadamente unos 3 cm y moverse por reflejo. Hasta aquí seguramente se manifestaron en la mujer ya algunas molestias típicas del primer trimestre del embarazo: náuseas, cansancio, mareos y esto está relacionado con todas esas hormonas que el cuerpo de la mujer ha puesto en movimiento para el crecimiento saludable del bebé por venir.
También durante esta etapa se realizan las primeras ecografías. La ecografía es una técnica diagnóstica que se basa en una imagen producida a partir de ondas sonoras que se generan al encontrar tejido. Durante el primer trimestre es el único momento del embarazo que permite visualizar el cuerpo entero del embrión en movimiento mediante la realización de una ecografía 4D.
Las ecografías permiten constatar el correcto crecimiento del embrión e incluso escuchar sus latidos, dado que el corazón comienza a latir hacia el final de esta etapa.
3era etapa: Del embrión al feto
Durante la primera parte de esta etapa se desarrollan las extremidades, los ojos, los oídos, los pulmones.
Entre la semana 11 y la 14 los médicos pueden recomendar la realización de una ecografía 4D. Desde los años ‘80s la evolución permitió que las ecografías pudieran realizarse en tres dimensiones (3D) permitiendo la observación y la captación de imágenes en tres planos del espacio. Hoy en día en medicina ya puede hablarse de un cuarto plano, con la aparición de los equipos en cuatro dimensiones (4D), no sólo es posible conocer el volumen en sus tres dimensiones sino que además, suma la posibilidad de ver los movimientos en tiempo real, los gestos y hasta la sonrisa del bebé (el cuerpo ya tiene detalles y el perfil de su cara es visible y ya desde la semana 10 comienzan a aparecer los dedos de pies y manos.
Este tipo de ecografías tiene alta utilidad clínica y diagnóstica y varios usos. Este estudio da la oportunidad de diagnosticar malformaciones lo que permite evaluar el compromiso que plantea la situación tanto para la madre como para el bebé. No significa que puedan identificarse mayor cantidad de malformaciones sino que permite hacerlo con mayor exactitud y certeza. Es por eso que también durante esta etapa puede recomendarse la realización de una traslucencia nucal. Este estudio consiste en medir con ultrasonografía de alta resolución un espacio anatómico, es una medición del grosor de la acumulación de fluido detrás de la nuca y debe realizarse entre la semana 11 y 14 de gestación porque luego de ese lapso desaparece. Es utilizado no sólo para detectar Síndrome de Down sino también otras alteraciones generalmente asociadas con el riesgo de anomalías cromosómicas y problemas estructurales, sobre todo, cardíacos.
Hacia la semana 20 comenzará a aparecer el pelo en la cabeza y en las cejas, la cabeza ya guarda más relación con el tamaño del resto del cuerpo y a partir de ese momento empieza a realizar movimientos con más fuerza y a responder a ruidos fuertes. El cuerpo del futuro bebé crece más rápido y la mamá ya puede empezar a identificar los movimientos en la panza, a estas alturas ya visible. Luego de la semana 20 suele llevarse a cabo otra ecografía de seguimiento que permite observar la evolución del bebé y su desarrollo dentro del útero.
4ta y última etapa: de feto a bebé
Durante esta etapa todos sus órganos maduran y lo preparan para venir al mundo. Se desarrollan las conexiones nerviosas y el bebé comenzará a crecer en longitud más rápidamente. A partir de la semana 32 aproximadamente le bebé puede reconocer la voz de su mamá y los pulmones comienzan a prepararse para funcionar en su totalidad, en la semana 40 ya están maduros. La ecografía 4D permite en esta etapa ver cómo el bebé abre y cierra los ojos, mover las extremidades y observar cómo lentamente se ubica y se encaja para salir.
Según el Dr. Sergio Pasqualini, Director de Halitus Instituto Médico, “para obtener una buena imagen 3D/4D debemos contar con una posición favorable del futuro bebé, una adecuada cantidad de líquido amniótico y que no se interpongan entre la cara y el transductor ecográfico los miembros del bebé, el cordón umbilical o la placenta. Si bien la ecografía 4D puede realizarse durante todo el embarazo, las mamás pueden chequear el calendario de ecografías y combinar con su médico para ver cuándo es más conveniente y cuáles son las ecografías de rutina a realizarse durante el embarazo”.
Fuente: Sentirypensar.com.ar