La fertilidad es un bien a cuidar: técnicas de preservación

La fertilidad es un bien a cuidar: técnicas de preservación

En mujeres y hombres jóvenes, especialmente si no han tenido hijos, el consejo médico y el asesoramiento reproductivo ante la demora de un embarazo, ya sea por razones de índole social o por motivos oncológicos, cobra aún mayor importancia que en aquellos de más edad. Es que la ciencia ha avanzado – y sigue progresando- de manera de proveer opciones para preservar la fertilidad a futuro. Cuáles son y cómo evolucionaron.

Maternidad, paternidad. Enfermedad, salud. Palabras aparentemente sueltas pero absolutamente unidas por otra: futuro.
La ciencia y su evolución ofrecen cada vez mayor y mejor respuesta a los problemas de salud, y la concientización sobre la necesidad de cuidar la fertilidad futura es cada vez más fuerte. Sin embargo, por diferentes razones, tanto hombres como mujeres pueden ver amenazada esa fertilidad. Desde la misma postergación de la búsqueda de un hijo por razones laborales hasta la necesidad de afrontar un tratamiento oncológico que pueda, de alguna manera, repercutir en la función reproductiva.
“Hace años, aquellos pacientes que debían someterse a tratamientos contra el cáncer debían simplemente aceptar que la pérdida potencial de la fertilidad podía ser la consecuencia de salvar su vida. Pero hoy en día, con mayor tasa de supervivencia a los tratamientos y mayores posibilidades para preservar la fertilidad, la situación ha cambiado. Los avances en tratamientos para combatir distintos cánceres han logrado que más cantidad de niños y jóvenes lleguen a la edad adulta pero ha planteado también la necesidad de prever la posibilidad de concebir en el futuro. No toda persona que consulta por un tema de oncología puede preservar su fertilidad, sin embargo, es importante que realice la consulta en el lugar adecuado para considerar todas las posibilidades. La inclusión de la preservación de la fertilidad desde el primer momento del tratamiento puede extender los años de fertilidad en un paciente o darle la posibilidad de criopreservar para en un futuro poder cumplir el sueño de ser padre. El primer paso, y fundamental en la preservación de la fertilidad es integrarlo como objetivo dentro del plan principal desde el principio”, describe el Dr. Sergio Pasqualini, Director científico de Halitus Instituto Médico.
La criopreservación consiste en utilizar el frío extremo para disminuir las funciones vitales de una célula o un organismo y poder mantenerla en condiciones durante mucho tiempo. Las células se mezclan con soluciones “crioprotectoras” especiales y luego son almacenadas en nitrógeno líquido a -196°C en tanques especiales. Pueden criopreservarse embriones, óvulos, espermatozoides o tejido tanto ovárico como testicular. Esto puede realizarse en más de una oportunidad, es sencillo y se lleva a cabo con anestesia local.

OPCIONES DE PRESERVACIÓN DE LA FERTILIDAD PARA ELLAS
Vitrificación de óvulos: El procedimiento evita la cristalización intracelular que puede dañar la célula aumentando así los resultados de éxito. Requiere de menos tiempo que el congelamiento lento que demanda al menos 140 minutos y consiste en transformar un líquido mediante un rápido congelamiento en un sólido altamente viscoso sin cristalización.
“Criopreservar óvulos permite potencialmente poner a resguardo la fertilidad. Normalmente, la mujer produce sólo un óvulo en cada ciclo pero con la estimulación ovárica con hormonas se producen varios óvulos que dependerán de a capacidad de respuesta del ovario y del esquema y dosis utilizados. Cuando los folículos en crecimiento llegan al tamaño adecuado, se suspende la medicación y se procede a la aspiración folicular. Los ovocitos son analizados en el laboratorio y se vitrifican. Esta técnica de vitrificación mejoró mucho los resultados y al día de hoy la vitrificación de óvulos es una realidad”, expresa el Dr. Pasqualini.

Criopreservación de embriones: Se extraen los óvulos maduros, se fertilizan in Vitro con espermatozoides y, aquellos que evolucionan en forma favorable, se criopreservan.
Banco de tejido ovárico: Consiste en extraer parte de la corteza ovárica, que es la zona del ovario en que se encuentran los óvulos, mediante cirugía y luego criopreservarlo. Pasqualini explica: “La preservación de tejido ovárico consiste en tomar pequeñas muestras de la corteza ovárica que contiene gran concentración de folículos inmaduros que son más resistentes a todo el procedimiento de congelamiento y descongelamiento que aquellos más desarrollados. La técnica consiste en extraer tejido ovárico, en general por laparoscopía y luego se lo criopreserva. Y se ha logrado restablecer la función ovárica luego de un trasplante”.

Cultivo de folículos: la maduración in Vitro de folículos primordiales es otra opción para preservar la fertilidad de una mujer. Es una técnica experimental que quizás algún día sea una opción al trasplante de ovario.
Trasposición ovárica: Mediante una cirugía se procede a alejar a los ovarios de la zona con mayor exposición a una radiación, por ejemplo, minimizando así los daños de una radioterapia.

Traquelectomía radical: Mayormente utilizada en casos de cáncer cervical. Consiste en extraer el cuello del útero y preservar el útero.

OPCIONES DE PRESERVACIÓN DE LA FERTILIDAD PARA ELLOS
Banco de semen: Las células espermáticas son obtenidas, analizadas y criopreservadas. Los espermatozoides pueden obtenerse por eyaculación, punción de epidídimo o biopsia testicular. La tasa de éxito de embarazo varía de acuerdo a la calidad espermática al momento de la preservación, es por ello que se recomienda criopreservar más de una muestra.
Banco de tejido testicular: El tejido testicular es obtenido mediante cirugía y almacenado a bajas temperaturas. Puede llevarse a cabo antes o después de la pubertad.

CUIDAR LA FERTILIDAD
Pero en todo esto hay un mensaje que subyace: la fertilidad es un bien a cuidar. “La preservación de la fertilidad no sólo es una opción para pacientes que deben enfrentarse a un tratamiento oncológico, también para aquellos que ya sea por razones sociales, económicas o de realización personal deciden postergar el momento de la paternidad. La preservación de la fertilidad en todas las etapas de la vida es hoy una realidad”, dice el especialista en reproducción asistida.
Y continúa:“La función ovárica está relacionada en forma directa con la edad ya que el período más fértil de la mujer es alrededor de los 25 años, disminuye lentamente hasta los 30 y algo más hasta los 35, acentuándose a partir de ese momento. Y se ha descubierto que el paso del tiempo también afecta a los hombres. Para que un embarazo tenga lugar hay una serie de factores que tienen que coexistir y producirse en forma coordinada; es necesario que los óvulos y los espermatozoides cumplan con requisitos de morfología y funcionalidad y cualquier alteración en el mecanismo o en los factores fecundantes puede llevar a la infertilidad. Por lo tanto, es indispensable cuidar la salud en general, para cuidar también la fertilidad e informarse ante cualquier eventualidad para no disminuir las opciones futuras y poder cumplir el sueño de ser padres. En esto consiste la tarea que realizamos desde la Fundación Repro: concientizar a la población sobre la necesidad de cuidar la fertilidad y apoyar la investigación y la docencia para que las opciones sean cada vez más y mejores”.

Fuente: Sentirypensar.com.ar

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