Envejecimiento saludable y salud reproductiva

Envejecimiento saludable y salud reproductiva

old-couple-1316755A partir del envejecimiento de la población general es que se plantea este objetivo y, enmarcado en él es que es importante no perder de vista que envejecer saludablemente requiere cuidar la salud general y, dentro de ella también la salud reproductiva.

Sobre datos estadísticos mundiales, la Organización Mundial de la Salud advirtió que cada vez hay más personas mayores que nacimientos. El paso del tiempo no sólo se refleja en la piel, y el surgimiento de arrugas y marcas sino que todos los sistemas del cuerpo dan cuenta del envejecimiento. El sistema endocrino y el sistema reproductivo no son la excepción. Entre las razones para este envejecimiento poblacional, se cuenta la postergación de la maternidad/paternidad y muchas veces, la consecuente infertilidad. Al hablar de infertilidad, nos referimos fundamentalmente a la incapacidad de fecundar en el varón y en la incapacidad para concebir en la mujer. Para que un embarazo tenga lugar hay una serie de factores que tienen que coexistir y producirse en forma coordinada: el ovario debe liberar un óvulo, debe haber presencia de espermatozoides alrededor del óvulo, las trompas deben estar sanas para poder movilizar al óvulo y que este logre encontrarse con los espermatozoides y que el embrión logre implantarse en el útero. Esto requiere que los óvulos y los espermatozoides cumplan con requisitos de morfología y funcionalidad y cualquier alteración en el mecanismo puede llevar a la infertilidad. El envejecimiento, en especial la edad de la mujer, es un tema mayor pero hay más elementos a tener en cuenta.

La fertilidad en la mujer tiene su pico a los 25 años, desciende lentamente a partir de los 30, menos lentamente luego de los 35 y rápidamente luego de los 40. Una de las condiciones indispensables para el logro de un embarazo es contar con un óvulo viable. “El descenso de la fertilidad viene acompañado por una baja en la calidad ovocitaria y además, con un aumento del riesgo de anormalidades de cromosomas, de patologías uterinas, baja respuesta de FSH normal y mayores probabilidades de aborto. La baja función ovárica plantea no sólo baja probabilidad de embarazo sino si se logra el embarazo también más probabilidad de pérdida. Pero, además de tener en cuenta todo lo relacionado con las gametas, el óvulo y el espermatozoide, deben tenerse en cuenta otros factores que pueden llevar a que el embarazo no se logre: el cigarrillo, el sobrepeso o la obesidad, el uso de drogas ilegales o medicamentos, el estrés y algunas disfunciones sexuales. Todo debe tenerse en cuenta a la hora de buscar un embarazo”, sostiene el Dr. Sergio Pasqualini, Presidente de la Fundación Repro y Director Científico de Halitus Instituto Médico.

Durante la primera parte del ciclo, el ovario es estimulado por distintas hormonas del cuerpo a desarrollar un folículo hasta su maduración para la generación de un ovocito. Cada óvulo está dentro de un folículo y esos folículos pequeños se ubican en la corteza y se ven como una corona en el ovario. Cada mes, uno de los folículos madura y ese óvulo sale de la trompa y espera la fertilización. Si bien la producción de espermatozoides en el hombre es permanente, en el caso de los óvulos, el ovario femenino y con él la fertilidad femenina declinan a partir de la primera menstruación. El ovario tiene una cantidad fija de óvulos inmaduros que es máxima a los siete meses de vida intrauterina, al nacer, una mujer tiene entre 1 millón a 3 millones de óvulos en un estadio inicial de desarrollo, en la pubertad se calcula que quedan 300 a 400 mil, esto significa, hay de 7 mil a 8 mil disponibles por mes hasta llegar a la menopausia. Cada mes, uno de los folículos madura y ese óvulo sale de la trompa y espera la fertilización. Por eso, si se realiza una ecografía en los primeros días del ciclo menstrual puede observarse una cantidad de microfolículos que miden de 4 a 10 milímetros y que comienzan a desarrollarse. Inicialmente el declive de la fertilidad es muy lento pero a la edad de 37 ó 38 años aproximadamente, cuando se cree que el ovario tiene cerca de 25.000 folículos, el descenso de la fertilidad se acelera hasta que alrededor de los 1000 folículos, se alcanza la menopausia, a la edad de 51 o 52 años.

Pero no es lo único a tener en cuenta: “Los óvulos inmaduros presentes en la pubertad son bastante resistentes, es decir, no son fácilmente afectados por factores de riesgo como aquellos óvulos que se encuentran en su cuarto o quinto día de desarrollo. En el sexto o séptimo día de desarrollo, por mecanismos no bien conocidos, del pool de microfolículos que han comenzado su desarrollo, uno domina y los demás se detienen. Es por ello que la mujer produce un único óvulo maduro por mes. Cuando uno como médico estimula a los ovarios con hormonas, dependiendo de la dosis y del esquema, el ovario responderá en mayor o menor medida llevando a esos folículos que iban a la atresia (detención del desarrollo) a continuar desarrollándose. Ahora bien, ese folículo único en un ciclo natural o esos que ante una estimulación ovárica van a contener, a partir del quinto o sexto día del desarrollo a los óvulos que llegarán a madurar completamente, poseen mayor sensibilidad y son más vulnerables – a diferencia de los óvulos inmaduros- a los factores que pueden afectarlos. Son más sensibles a los tóxicos como el cigarrillo, que puede producir un daño directo y agudo en esos días, afectando la calidad de los óvulos, con las consecuentes complicaciones. Son más sensibles al alcohol en grandes dosis, a las drogas- incluso a una dosis de hormonas como la hCG aplicada en el momento incorrecto-, al estrés. Por eso en estos días, la mujer debe cuidarse más. Pero además, todos los factores de riesgo pueden actuar en forma crónica y afectar el pool de óvulos inmaduros”.

Factores que alteran la capacidad reproductiva

Existen determinados hábitos que no sólo amenazan una buena calidad de vida y un envejecimiento saludable sino que también son factores de riesgo que alteran la reproducción. Factores de riesgo:

Cigarrillo: Las toxinas que libera el cigarrillo y su efecto sobre los vasos sanguíneos afectan las glándulas endocrinas y por lo tanto también los órganos reproductores como el ovario y el testículo. En las mujeres, interfieren con la capacidad del organismo de producir estrógenos, hormona que regula la ovulación, y puede llevar a los óvulos más vulnerables a las anomalías genéticas. En el caso de los hombres, puede generar alteraciones hormonales provocando una disminución en la calidad del semen, y una reducción de la cantidad de espermatozoides, su movilidad y variaciones en su morfología. Así, la capacidad de fertilidad está directamente relacionada con la cantidad de cigarrillos consumidos. “Es por ello que es importante hablar de la relación directa entre el tabaquismo y la disminución de la fertilidad”, dice el Dr. Sergio Pasqualini.

Medicamentos/Drogas: Tanto en el hombre como en la mujer, las drogas que componen algunos medicamentos pueden afectar la capacidad de concebir. En el caso de la mujer el consumo de anabólicos, antiandrógenos, antidepresivos, corticoides, medicamentos para el cáncer o cocaína pueden provocar alteraciones de la ovulación y hasta anovulación. En el hombre, deben agregarse anfetaminas, algunos medicamentos para la caída del cabello, que pueden provocar impotencia y disminución en la cantidad de espermatozoides.

Alcohol: tiene un fuerte impacto en la fertilidad masculina provocando disminución de la calidad y la cantidad de espermatozoides y del nivel de testosterona generando a su vez una disminución de la libido. En las mujeres, especialmente en el quinto o sexto día del desarrollo ovárico puede incidir sobre el correcto desarrollo de los folículos y la viabilidad de los óvulos maduros, o incluso sobre le pool de óvulos inmaduros de la mujer.

Sobrepeso y obesidad: La obesidad – a veces sólo un sobrepeso- genera ciclos menstruales irregulares o infrecuentes, aumento en la tasa de infertilidad, riesgo durante la cirugía reproductiva, aumento en el riesgo de aborto espontáneo y disminuye las posibilidades de éxito de los tratamientos de fertilidad. En las mujeres, pueden aparecer alteraciones hormonales que provocan la no ovulación y alteraciones en el ciclo menstrual, y el exceso de grasa en los ovarios la formación de quistes ováricos que pueden ser causantes de infertilidad. En los hombres, el excedente de grasa en el cuerpo puede llevar a un aumento de espermatozoides no viables para la fertilidad o a acentuar el riesgo de disfunción eréctil dificultando así el logro de un embarazo.

Sedentarismo: El movimiento o actividad física –con 30 minutos de caminata diaria alcanza- redunda en un beneficio porque toda la irrigación de los distintos tejidos aumenta con la circulación sanguínea producto de ese movimiento corporal: ovarios, útero en el caso de la mujer, testículos en el caso del hombre. Esto a su vez, implica un mejor funcionamiento del área reproductiva.

Disfunciones sexuales: En las relaciones sexuales el plano químico del cuerpo tiene un rol fundamental. En el hombre la impotencia es uno de los factores que deben resolverse para poder lograr el embarazo y si el inconveniente se relaciona con un daño neurológico, entonces será necesario utilizar otros recursos porque no podrá resolverlo desde la sexología, la psicología o desde el departamento de disfunciones sexuales. También puede presentarse vaginismo en la mujer, otra de las disfunciones sexuales que interfieren con el logro del embarazo.

Estrés: En los días de mayor sensibilidad a factores de riesgo, el estrés también puede afectar al óvulo. Pasqualini agrega: “Es por ello que nosotros, dentro del Programa Mente- cuerpo, insistimos en que sin importar el momento del ciclo o del tratamiento, o incluso del embarazo, en que se encuentren, realizar alguna de las actividades del programa es positivo. No sólo es bueno iniciar cuando se comienza la búsqueda de un embarazo sino cuando se realiza un tratamiento de reproducción asistida. Porque así como es necesario evitar los tóxicos y el estrés porque pueden afectar al/los óvulos, es lógico pensar que toda actividad que lleve a la secreción de sustancias propias que provoquen bienestar y el mejor funcionamiento del cuerpo, a su vez redunden en un beneficio a nivel de la fertilidad. Si luego se logra el embarazo, lo ideal es continuar y en caso de que no se lograra, esa mejora se reflejará en un bienestar propio y en una mejor calidad de vida”.

“Es muy importante hacer hincapié en la evaluación de la fertilidad en forma temprana. Hacer esta evaluación en la mujer es simple, consta de una ecografía y una serie de análisis de sangre que permiten comparar su situación actual con los valores correspondientes a la edad de la paciente. A los 30 años de la mujer sería ideal si pudiera realizar un estudio de la reserva ovárica si tiene pensado diferir la búsqueda del embarazo. Se estudia la cantidad de microfolículos en la ecografía, se ven los análisis hormonales y la edad de la mujer. En el caso del hombre, es recomendable realizarse un espermograma entre los 25 a 30 años y un chequeo andrológico para, en caso de que se presentara alguna anomalía -un bajo conteo, un varicocele- resolverla con tiempo y sin demora”, expresa el Dr. Sergio Pasqualini.

Campaña “Preservar la salud, preservar la fertilidad”

Fundación Repro está trabajando desde inicios del 2012 en una campaña de concientización sobre preservación de la fertilidad y salud reproductiva.

Son sus objetivos:

– Informar a la comunidad para generar cultura en preservación de la fertilidad y salud reproductiva

– Concientizar sobre el impacto de los factores no fecundantes-tabaquismo, alcoholismo, consumo de drogas, sedentarismo, obesidad, enfermedades de transmisión sexual, etc-

– Promover hábitos saludables

– Educar para la detección temprana y diagnóstico precoz de la infertilidad

“La biología de la reproducción humana no ha variado a través de los siglos, lo que sí lo ha hecho es la vida del hombre y la mujer modernos, sus roles, prioridades y planificación familiar. Diferir el embarazo a la espera de concretar metas laborales forma parte del universo de posibilidades y elecciones personales. La infertilidad afecta a un 15% de parejas en edad fértil y aunque tiene causas diversas, el paso de la edad, el envejecimiento, es un factor decisivo y no es necesario esperar hasta el momento de la búsqueda de un embarazo para evaluar la fertilidad. Hoy es posible recurrir a distintos estudios simples- estudios de sangre, determinaciones hormonales o espermograma en el hombre. Pero además, es necesario conocer aquellos factores de riesgo para la salud humana que también los son para la fertilidad. El tabaco, el alcohol, la obesidad, el estrés, el abuso de drogas y las enfermedades de transmisión sexual son, entre otros, factores que provocan desórdenes sutiles, a veces irreversibles, en la función reproductiva. La información, los hábitos saludables, la consulta preventiva y la detección temprana constituyen el motivo y el mensaje de esta campaña impostergable”, explicó.

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