Nombre del autor:Fundación REPRO

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Hijos nacidos por gametas donadas ¿Decirle o no decirle?

En nuestro país la práctica médica contempla el anonimato de los donantes, la información de pacientes es confidencial y considera que es responsabilidad de los padres tomar la decisión de contarle al niño sobre su origen o no. Pero no hay un marco legal específico, salvo la Convención sobre los Derechos del Niño, aprobada por la ley 23849 con carácter constitucional donde se expresa un reconocimiento al derecho a la identidad. A pesar de las inquietudes que todo esto genera, cada familia o persona sola que recurra a la donación de gametas debe saber que ese dato le pertenece al sujeto por nacer y que recibir esa información es un derecho del nuevo ser. Desde la psicología creemos muy importante que el niño conozca su identidad, que sus padres puedan hablarlo, explicarle en vez de generar un secreto que, si sale a la luz por otra vía, puede generar lo opuesto a lo deseado. Los secretos conducen a malos entendidos, a distancias y desapego. Lo más importante es que los padres se sientan contenidos en su decisión. Por eso, hacemos hincapié en qué significa ser padres: la crianza, el amor, los valores, el día a día que es indispensable en una relación padre-hijo. ¿Cuándo hablar con los hijos nacidos por gametas donadas? Desde los tres hasta los cinco años, los niños suelen iniciar preguntas acerca de la familia, los nacimientos, etc. Este es el momento óptimo para hablarlo, es importante no demorar o retrasar las respuestas a épocas como la adolescencia donde surgen conflictos típicos de esta etapa del desarrollo. ¿Cómo hablar con los hijos nacidos por gametas donadas? Cada familia procederá según sus ritmos, tiempos e idiosincrasia, le hablará en la lengua que circule en dicha casa y ayudará a armar la historia que precede a su llegada al mundo. Se puede empezar a hablar de cómo nace un bebé a partir de embarazos cercanos o con muñecos, libros, imágenes. Deben contarle sobre la existencia de los donantes, personas que, desde la sensibilidad, donan sus gametas para que otros puedan concretar su sueño. Hablar de la existencia de los donantes, contribuye a la diferenciación de roles: el niño sabrá desde el inicio de su historia que hubo alguien que donó algo de su cuerpo para que sus papás pudieran ser sus papás. El equipo de psicología está preparado para asesorarte, brindarte herramientas para abordar estos temas con los niños y contenerte.

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El logro de tener un hijo

Cómo la ciencia nos cumple el sueño de ser padres, donde comparten historias de superación y las posibilidades de gestación para concretar ese esperado sueño. Durante décadas consideramos que una familia estaba conformada por una mamá, un papá e hijos. Pero ese modelo ya no es el único. A lo largo de los años, los avances de la ciencia permitieron a muchas personas concretar su deseo de tener un hijo: mujeres solas, hombres solos, parejas de varones, parejas de mujeres, parejas con problemas de fertilidad; mujeres que ya dejaron de ovular por edad o por una enfermedad preexistente y cualquier persona con alguna dificultad para concebir. También se abrieron puertas que generan debates, como la gestión por sustitución o la adopción de embriones. Los doctores Sergio y Agustín Pasqualini, referentes en Medicina Reproductiva, recopilaron en su nuevo libro Nuevas Familias, de Penguin Random House, historias en las que las personas dan cuenta del camino y las decisiones que tomaron a medida que avanzaban en las distintas maneras de concebir un hijo. A continuación, el doctor Sergio Pasqualini nos cuenta sobre la obra. Entrevista: ¿Por qué escribir este libro ahora? Los cambios sociales, científicos y culturales son los que acompañaron y permitieron la existencia de muchas de las nuevas familias con hijos. Esto es lo que quisimos reflejar en nuestro libro. Las vivencias desde el interior de nuestro Instituto a través de los testimonios de pacientes, así como de nuestros profesionales. Profesionales de mayor trayectoria en el tiempo, como en mi caso de la generación de los 70, y de la de Agustín y del resto de nuestro equipo, la generación de los 40. La generación de los 70 que vivimos con el nacimiento del primer “bebé de probeta” en el año 1978, el inicio de una nueva era en cuanto a las posibilidades de lograr tener un hijo, no solo por motivos médicos, sino también por motivos sociales, como ser en el caso de parejas gay. ¿Cuáles son los cambios más importantes en tratamientos en reproducción asistida de los últimos años? Los cambios fueron paulatinos en el tiempo, existiendo hitos fundamentales como fueron, obviamente, la aparición de la fertilización in vitro (FIV), del ICSI (inyección de un espermatozoide dentro del útero para realizar la FIV), la criopreservación de embriones, la criopreservación con éxito de óvulos. Hace 30 años era la pareja heterosexual que nos consultaba, cosa que cambió con el tiempo y con las posibilidades que fueron surgiendo, y se fueron sumando parejas homosexuales de hombres, mujeres, mujeres solas, y con mucha menor frecuencia hasta de hombres solos. La sanción de la ley 26.862 de cobertura de los tratamientos de Fertilización asistida, en el año 2013, abrió las puertas a que parejas que antes no tenían acceso desde lo económico, pudieran llevarlo a cabo. ¿Desde el inicio de la pandemia, hubo cambios en la tendencia de tratamientos? Con la pandemia y el inicio de la cuarentena cesaron los tratamientos, para luego ser retomados con normas y protocolos estrictos, a partir del mes de octubre. Lo que no mermó fue la demanda, cosa que ocurrió en todo el mundo. Los que tenían y tienen el deseo de ser padres lo siguieron manteniendo, solo les aumentó la ansiedad por las contingencias que trajo la pandemia y el tener que esperar para realizar los tratamientos. Paralelamente, aumentaron en un 60 por ciento las consultas para explorar la idea de preservar la dumbre en todo sentido, de futuro, laboral y económico fertilidad por medio de la vitrificación de óvulos. Es lógico, ante la incertidumbre en todo sentido, de futuro, laboral y económico. ¿Cual es la cantidad de nacimientos que hay en la Argentina por año a través de tratamientos? La mayoría de los centros reportan al RAFA (Registro Argentino de Reproducción asistida). Por año se realizan alrededor de 17.000 tratamientos de alta complejidad en el Argentina, con unos 4.500 nacimientos. ¿Qué posibilidades ofrece hoy la ciencia para ayudar a generar nuevas familias? Las posibilidades van a depender del problema médico causal de la infertilidad. Las chances son muy altas cuando el problema no es médico, ejemplo en la gestación por sustitución en los caos de las parejas gay, en los que los tratamientos se realizan con óvulos donados. Nuestro experiencia y trayectoria con nuestro programa de Gestación por Sustitución data del año 2011. Estamos orgullosos de nuestro equipo interdisciplinario. Todas son patas fundamentales de cualquier programa de gestación por sustitución. ¿Hay otros aspectos que hoy tengan un vacío legal? La gestación por sustitución quedó fuera del nuevo código civil y comercial, quedando sí plasmado en el mismo la voluntad procreacional, es decir, el deseo de ser padres. Fue esto lo que abrió la puerta a que se pudieran llevar adelante los tratamientos de gestación por sustitución, y que los hijos pudieran ser reconocidos luego como hijos, no de las mujeres que llevaron adelante los embarazos, sino de los que tuvieron la voluntad procreacional, dado que para la ley argentina madre era la que paría. En algún momento se sancionará la ley de gestación por sustitución, y el tiempo que pase hasta que eso suceda, va a ser útil, seguramente para que se asimilen estos tratamientos. Tengo casi la certeza de que será una mejor ley que la que hubiera salido si se sancionaba en el pasado. Las nuevas familias son una realidad, son todas producto del amor, y seguramente aparecerán más. Este libro refleja en los testimonios parte de la historia vivida por una pequeña muestra de estas familias. Léanlo, les va a encantar. Podés adquirir éste libro a total beneficio de Fundación Repro en Halitus Instituto Médico Fuente: Revista Mía

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COVID-19: una de cada tres mujeres tuvo alteraciones en su ciclo menstrual durante la pandemia

El estudio en 12.000 mujeres fue presentado en la Sociedad Estadounidense de Medicina Reproductiva. Cuáles son las razones, según los expertos. Desde hace casi dos años, la pandemia de coronavirus ha cambiado la forma en la que vivimos, trabajamos, estudiamos, nos conectamos con los demás y llevamos a cabo las actividades diarias. Además de los 250 millones de infectados y más de 5 millones de muertos, el COVID-19 elevó el nivel de estrés en muchas millones de personas más. Los efectos del estrés tienen consecuencias en la salud de las personas. La Organización Mundial de la Salud ya enfatizó que el mayor impacto psicológico de COVID-19 hasta la fecha son las tasas elevadas de estrés o ansiedad. Estar estresado no es solo una experiencia mental, sino que el cuerpo reacciona al estrés de diferentes maneras. Y en las mujeres particularmente se ha notado en su ciclo menstrual alterado. Una encuesta de más de 12.000 mujeres en edad reproductiva encontró que 1 de cada 3 había experimentado cambios en sus ciclos y síntomas menstruales durante la pandemia de COVID-19. Los científicos que estudian en todo el mundo este fenómeno, afirman que los niveles de estrés notablemente más altos que los puntos de referencia prepandémicos podrían estar afectando la menstruación. “Esto tiene implicaciones para las mujeres que intentan concebir o que luchan contra la infertilidad”, dijo Shannon M. Malloy, investigadora y asociada de datos de Ovia Health, una empresa de tecnología de salud para mujeres y familias en Boston, durante la presentación del estudio en la reunión 2021 de la Sociedad Estadounidense de Medicina Reproductiva. “COVID-19 ha introducido nuevos factores estresantes psicosociales, interpersonales y ambientales. La pandemia es “uno de los desastres más estresantes y colectivamente experimentados que la sociedad moderna haya visto jamás. Imaginado como un evento único y aislado, con el tiempo, la enfermedad pandémica se ha arraigado en la vida diaria de las personas creando un futuro imprevisible”, aseguró Malloy. En coincidencia con Malloy, la licenciada Sonia Almada, psicoanalista (M.N. 22366), especialista en Infancia y adolescencia y presidenta de Aralma asociación civil, aseguró a Infobae que “la pandemia trajo de manera generalizada efectos a nivel social y personal en múltiples niveles: confusión, temor, incertidumbre y los duelos por la muerte de seres queridos”. “Ha sido, y sigue siendo aún, uno de los estresores sociales más agresivos que hemos sufrido como humanidad”, sentenció. “Cambiar las rutinas de un día para otro, no poder ver a nuestras familias y amigos, perder el empleo y vivir en aislamiento, en particular en el caso de las personas solas, son tan solo algunos ejemplos de esto. Hay datos recientes internacionales, que muestran hasta qué punto el COVID-19 ha impactado en la salud mental de innumerables personas”, agregó. Volviendo a la investigación estadounidense de cómo se vio alterado en ciclo menstrual femenino, se demostró que el estrés crónico a largo plazo produce niveles altos de cortisol, que pueden alterar la endocrinología y la regulación de los ciclos menstruales. La plataforma de salud Ovia Healthen en Estados Unidos, decidió investigar la relación entre el estrés percibido y el cambio del ciclo menstrual durante la pandemia de COVID-19, para ver cómo podría afectar esto sobre las personas que estaban en un proceso de embarazo con ayuda de la tecnología de reproducción asistida. Desde marzo de 2020 hasta abril de 2021, los usuarios de la aplicación móvil Fertility de Ovia Health participaron en una encuesta para determinar el patrón y la sintomatología de la menstruación con 4 ítems de la Escala de Estrés Percibido (PSS-4). La encuesta preguntó a los participantes qué cambios notaron en su ciclo menstrual y por qué pensaban que los patrones o síntomas del ciclo cambiaron. Entre 12.302 encuestados, 1 de cada 3 (36%) informó cambios en el ciclo o los síntomas. El 87 % por ciento dijo que su ciclo comenzaba temprano o tarde. El 29% informó síntomas más fuertes durante la menstruación, como dolor lumbar, calambres o cambios en la secreción, y el 27% dijo que el sangrado era más abundante durante la menstruación. “Estos resultados son similares a otros estudios que investigan el efecto del estrés episódico en la menstruación. Los puntajes de PSS-4 en todos los ámbitos fueron notablemente más altos en todos los encuestados, independientemente de la irregularidad del ciclo / síntoma, en comparación con la evaluación comparativa prepandémica en poblaciones similares”, aseguró Malloy. Algo más de la mitad (55%) pensaba que el estrés contribuía a su patrón de ciclo menstrual y / o cambios en los síntomas, mientras que el 33% apuntaba a cambios en la salud mental, como depresión o ansiedad. La ginecóloga Silvia Bonsergent, vicepresidenta de la Sociedad Argentina de Ginecología Infanto Juvenil, señaló a Infobae, que el estrés, especialmente cuando se vuelve crónico, juega un rol fundamental en el periodo, ya que lo inhibe por un mecanismo directo que se da a nivel cerebral. “El aislamiento, la incertidumbre, el temor al contagio, la falta de contacto con sus pares, y la ausencia de actividad física, son algunos disparadores que pueden generar cambios en la menstruación, ya sea por ausencia, trastorno en la periodicidad o la alteración del flujo. Esto se agravó porque los pacientes no podían consultar o no tenían acceso al sistema de salud y retrasó las consultas”, aseguró la especialista. Por eso bajó mucho la concurrencia a los consultorios al principio de la pandemia, en período de cuarentena. Luego cuando se habilitó el acceso a los servicios de salud, volvió a subir. Ahora, las jóvenes están asistiendo a los consultorios y allí se ha visto que la inquietud más frecuente es por trastornos en el ciclo menstrual”, precisó la especialista. “Las adolescentes están entre los grupos que más han sufrido las restricciones de circulación, lo que les ha generado un estrés crónico producto de la pandemia. Esto es consecuencia del encierro, la falta de contacto con sus pares asociado con las muchas horas que pasan frente a las pantallas y la alteración del sueño, ya que duermen menos horas. Todo esto provoca

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La crianza en el contexto de los nuevos modelos familiares

Vivimos una época que desnaturaliza los conceptos e ideas tradicionales sobre género y familia. Hoy la idea de una familia tradicional – entendida como aquella conformada por padres heterosexuales unidos en matrimonio con hijos-, convive junto con otras formas de familias no tradicionales y modernas. Madres o padres solteros por elección, familias homoparentales, familias con hijos nacidos por fertilización asistida, e incluso el novel modelo de la copaternidad. En ese contexto, la crianza también comenzó a pensarse como un hecho más allá de lo biológico y que es compartido por los padres, exista o no, un vínculo amoroso entre ellos. La crianza no es una función de la madre desprendida de su condición de ser mujer, sino que es un espacio vincular en el cual padre y/o madre despliegan sus recursos personales en pos de acompañar a ese niño en su desarrollo humano. Esta manera de concebir la crianza necesita otras miradas para abordarla, por eso la conformación de los grupos interdisciplinarios son un diferencial a la hora de pensar, orientar y acompañar a los padres y a las madres en la construcción del vínculo con el hijo más allá de un modelo y más cerca de los afectos y las emociones. La interdisciplina es la aliada para derribar barreras y construir puentes entre lo que sabemos y lo que nos demanda la actualidad. El trabajo de puericultoras, doulas, sexólogos y psicólogos, permite entender y dar recursos a estos padres vanguardistas que se animan a la procreación en tiempos de cambios. Se presentan nuevos interrogantes, algunos como: ¿Cómo es posible la crianza en el contexto de los nuevos modelos familiares? ¿Cómo se construye el “apego” en un vínculo madre-hijo nacido por subrogación uterina? ¿Cómo se arma un vínculo temprano con un bebé gestado por una portadora? ¿Es posible el “apego” en niños nacidos por donación de gametas? ¿Cómo construyo momentos íntimos con mi pareja? En las familias donde el deseo de ser padre o madre se ha puesto a prueba debido a la gran cantidad de obstáculos implicados en la llegada de ese hijo, se observa mayor tolerancia y disposición para la crianza, que en familias donde la concepción se dio de manera natural. En general, presentan más interacción y mayores niveles de satisfacción parental. Según estudios realizados se descarta que el vínculo genético sea una condición para desarrollar el sentido de pertenencia y de identidad en una familia. Entonces si ni el parentesco genético con los padres, ni la presencia de dos progenitores, ni la orientación sexual de los mismos afectan el desarrollo psicológico de los individuos, debemos establecer qué es lo que condiciona positiva o negativamente el mismo. Se ha comprobado que lo que sí tiene un alto impacto en la calidad del desarrollo psicológico y emocional de una persona es el haber tenido durante la infancia una relación emocional estable con al menos un adulto. También se sabe que la calidad del vínculo entre los progenitores, en el caso de que haya dos en la familia, brinda un sentimiento de seguridad en el hijo. No es la ausencia de conflicto en la relación, sino el manejo adecuado del mismo. Poder establecer límites claros es otro factor importantísimo para que una persona pueda crecer con herramientas emocionales y psicológicas adecuadas. La construcción y acuerdo de límites colabora positivamente en la instalación de hábitos, que son una parte indispensable de la crianza. En este mundo moderno, intervenido por la ciencia y atravesado por la cultura, la crianza dejó de ser un hecho de la biología para pasar a ser un verdadero acto donde padres y madres necesitan generar recursos y lenguajes para habitar un espacio, muy particular y único, el vincular. Ese es el verdadero espacio de la crianza, es ahí donde padre y/o madre deben “hacer” en el marco de la individualidad de su hijo. Los equipos de crianza trabajan en este sentido ayudando a cada padre/madre a hacer lo que nadie más puede realizar mejor que ellos mismos: la crianza de sus hijos.

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Alimentación, microbiota intestinal y Fertilidad

Una buena alimentación permite no sólo mantener un peso saludable sino también una adecuada composición corporal. A su vez, produce un normal funcionamiento y equilibrio entre las funciones de las células y los desechos provenientes del metabolismo celular, contribuyendo a tener una flora intestinal benéfica para nuestro organismo. Cada individuo necesita adaptar su dieta para obtener una nutrición balanceada. ¿Cómo influye la flora intestinal en la fertilidad? La alimentación de un individuo se basa en los alimentos que ingiere, mientras que la nutrición son los procesos que el organismo realiza para utilizar los nutrientes. Es decir, incluye, entre otras cosas, la absorción y el metabolismo. Una alimentación saludable es necesaria para una nutrición saludable. En relación a esto, el sistema digestivo es una parte fundamental de la nutrición, dado que a través de la pared intestinal se absorben los diferentes nutrientes. Puede suceder que esta absorción se encuentre comprometida si el intestino está inflamado, ya sea por una afección de base o como consecuencia de una reacción autoinmune (por ejemplo por la ingesta de gluten en personas celíacas). Existen otras alteraciones que llevan a la inflamación intestinal como la calidad de la alimentación habitual, la intolerancia a algún alimento o grupo de alimentos en particular y el estrés. Esta  inflamación modifica negativamente la permeabilidad de la mucosa intestinal y en consecuencia,  la absorción de nutrientes es insuficiente,  afectando la calidad de la microbiota intestinal. La microbiota intestinal, es el conjunto de microorganismos que habitan en nuestro intestino naturalmente. Cada uno de nosotros tiene una microbiota particular que está influenciada por nuestra alimentación, nuestro ambiente, nuestra edad o estado hormonal, el estrés y el uso de antibióticos. La microbiota está siendo estudiada cada vez más y relacionada con diferentes patologías donde  la fertilidad e infertilidad se encuentran incluidas. Es por esto, que al tener una relación directa con la alimentación, se necesita evaluar cómo nos estamos alimentando y ver si debemos realizar alguna modificación para mejorar nuestra microbiota y desinflamar el intestino. En lo que respecta a fertilidad, se está investigando la influencia que tiene la microbiota con la calidad espermática del hombre, analizando la relación de las bacterias predominantes en la muestra y los parámetros de calidad seminal por los que pueden verse alterados. En mujeres, se relaciona la calidad de la microbiota con el desarrollo folicular, la reserva ovárica y la receptividad endometrial a la hora de la implantación del embrión. Por tanto, la microbiota podría afectar al desarrollo de las células sexuales o gametos, tanto en hombres como en mujeres. La consulta con la nutricionista especializada en fertilidad, debería formar parte de la evaluación de la mujer que desea un embarazo indagando acerca de la alimentación, nutrición diaria y funcionamiento intestinal. Una adecuada alimentación que lleve a una correcta nutrición puede colaborar a lograr el embarazo por la vía natural si es que esto fuese factible, o por medio de algún tratamiento si es que estuviese indicado.    

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Tres pilares para sumar calidad de vida durante la menopausia

Se trata de una etapa natural en la vida de las mujeres. En la Argentina ocurre, en promedio, alrededor de los 52 años. Consultada por Infobae, en el Día Mundial de la Menopausia, una especialista aconsejó cómo disminuir los síntomas La menopausia es el fin de la menstruación y se confirma cuando la mujer no tiene períodos durante 12 meses consecutivos. Es una etapa más en la vida, como la adolescencia, la infancia o la adultez y les ocurre a todas las mujeres. La edad promedio en la Argentina es de 52,7 años, aunque puede comenzar en edades más tempranas y si lo hace antes de los 40 se conoce como menopausia precoz. Cada 18 de octubre se conmemora en todo el mundo el Día Mundial de la Menopausia, a partir de un acuerdo entre la Sociedad Internacional de la Menopausia (SIM) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), con el objetivo de ayudar a crear conciencia sobre la importancia de la evaluación de la salud de las mujeres y de la prevención de enfermedades durante este periodo de su vida. “Hay distintos factores que contribuyen a definir cuál va a ser la edad en la que cada mujer transite esta etapa. Dentro de ellos está la genética pero también factores externos del medioambiente como el tabaquismo, el estrés o la alimentación”. La médica ginecóloga Rosana Molina (MN 75793) explicó que “el camino a la menopausia suele ser paulatino y con variaciones, y si bien se trata de un hecho normal o fisiológico en la vida de las mujeres, y de ninguna forma constituye una enfermedad, a veces los síntomas pueden afectar la vida cotidiana y requerir un tratamiento”. Según detalló la especialista, “dentro de las manifestaciones más comunes está el síndrome vasomotor, más conocido como sofocos y calores, que afecta entre el 75 y 85% de las mujeres que llegan a la consulta”. “Es una sensación de calor que va de la mitad del cuerpo hacia arriba con enrojecimiento de la cara, y se debe al desbalance del centro termorregulador de la temperatura (por la disminución de estrógenos), que se encuentra a nivel hipotalámico -precisó Molina-. La consecuencia más importante que presenta es la alteración en la calidad de vida, ya que durante la noche la mujer se despierta con este síntoma, y como consecuencia del calor transpiran, lo que deriva en insomnio”. Y tras señalar que estos sofocos “se pueden atenuar con distintas terapias hormonales menopáusicas o con terapias naturales, como isoflavonas de soja”, la especialista resaltó que “en algunos casos se indican antidepresivos en bajas dosis”. Y agregó: “Si bien las terapias naturales no tienen contraindicación, ningún suplemento se puede tomar por cuenta propia porque requieren un control y la consulta médica”. Otro tema de gran preocupación son los cambios genitourinarios. “Las paredes vaginales se vuelven más delgadas, secas y menos elásticas; siendo posible que se irriten. Esto puede producir mayor frecuencia y urgencia para orinar”, explicó Molina, quien destacó que “debido a esto, las relaciones sexuales pueden volverse dolorosas”. “Es importante remarcar y trabajar con las pacientes el concepto erróneo de que la menopausia es percibida por muchas como el fin de la sexualidad y no sólo como el fin de la vida reproductiva”, subrayó. Y enumeró tres pilares fundamentales que componen el abordaje de esta condición. El tratamiento con estrógenos locales es una estrategia terapéutica simple, ya que la respuesta vaginal a los estrógenos es rápida y sostenida. Las mujeres deben ser asesoradas acerca de las opciones terapéuticas disponibles: óvulos, cremas y geles lubricantes, y que la mejor opción para cada paciente es, en gran medida, una cuestión de preferencia personal -puntualizó la especialista-. El tratamiento con estrógenos locales mejora la sintomatología y la vida sexual en más del 50% de los casos”. Esta terapia no puede indicarse en pacientes con cáncer de mama, con insuficiencia cardíaca, hepática, renal, lupus, con tumores estrogenodependientes, tromboembolismo pulmonar (TEP), trombosis venosas e hipertensión no controlada, en quienes el uso de estrógenos está contraindicado. Por otra parte, el cuidado en esta etapa se basa en un régimen higiénico dietético. Es decir, una dieta que sea rica en calcio, ya que los requerimientos durante la menopausia son de 1200 a 1500 mg”. Con respecto a la alimentación, se deben consumir, yogurt, leche, quesos, verduras verdes, pescados, (que es otra fuente de vitamina D además de la natural que es el sol) como atún y salmón, semillas de lino, de chía, de girasol y de sésamo. Y finalmente, “la actividad física, caminatas o en cinta, por lo menos entre 35 a 40 minutos, es recomendable hacerla tres veces por semana”. “Si es menor a esa cantidad de tiempo, el músculo no trabaja. También, se puede realizar natación. Hay que evitar ejercicios con impacto.Todo esto permite prevenir la pérdida de la masa ósea, osteoporosis, enfatizó la experta. Los chequeos que deben realizarse en esta etapa no difieren mucho de los que todas las mujeres realizan como parte de su control de salud anual: una mamografía una vez al año, un Papanicolaou con colposcopía, ecografía ginecológica transvaginal para evaluar los ovarios, análisis de sangre que incluya un perfil de colesterol, glucemia, hemograma completo, dosaje de hormonas tiroideas, y una densitometría ósea, que permite saber cómo están los huesos. “El aumento de la vida de las mujeres hace que en la actualidad pasen casi un tercio de su vida en menopausia, por eso es muy importante ofrecerles una buena calidad de vida”, enfatizó Molina. Existen especialistas y centros exclusivos para la atención de esta etapa de la vida, que las podrán ayudar no sólo al tratar esta condición sino también prevenir sus efectos colaterales.

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Una puso el óvulo, la otra llevó el embarazo y hoy celebran por dos con su hija

Julia y Silvina tuvieron a Ernestina por el método ROPA, una técnica de fertilización que duplicó la demanda en dos años. “El 11 de diciembre nos enteramos de que estábamos embarazadas. Nos abrazamos y lloramos porque estuvimos buscándolo desde hace cuatro años”. Es la alegría de una doble maternidad compartida por Julia Schroh (33) y Silvina Natucci (40) quienes, junto a la beba de dos meses y Martina (22), la primera hija de Silvina, integran una familia ensamblada. Mientras acomodan la cámara del teléfono para hablar con Clarín, subrayan que “este Día de la Madre va a ser un amanecer distinto, tomando mate con la gordita en la cama”. El método ROPA fue descripto por primera vez en 2010, como una variante significativa dentro de las técnicas de fertilización asistida. Consiste en un procedimiento de alta complejidad que se realiza en una pareja de mujeres y permite que ambas “pongan el cuerpo” para esperar la llegada del hijo. Una se somete a la estimulación ovárica para extraer sus óvulos y fecundarlos, y la otra recibe en su útero el embrión, que suele formarse con semen de un donante anónimo, y gesta el embarazo. Junto con la inseminación artificial y la fecundación in vitro (FIV) constituye una de las alternativas que tienen dos personas del sexo femenino para ser madres. “Si bien no va a tener su genética, quien lleve adelante el embarazo también le va a dar una impronta al futuro bebé por medio de la epigenética, es decir, la influencia del medio ambiente sobre los genes, activándolos o silenciándolos en su expresión”, explica Sergio Pasqualini, director de Halitus Instituto Médico. “Elegimos este método por sobre los otros porque queríamos que Ernestina fuera de las dos. Nos pareció la forma más cercana de tener un hijo juntas», revelan las flamantes mamás mientras Silvina amamanta a la pequeña y remarcan que la decisión de quién aportó el material genético y quién el “nido” para gestar el bebé se basó en la edad. “Preferimos que Julia acompañara con sus óvulos porque son más fuertes”, comenta Silvina. Método ropa: una tendencia en aumento El número de mujeres que deciden tener un hijo en el contexto de una pareja igualitaria, va en aumento. De acuerdo a un relevamiento de Clarín, el número de consultas para concebir mediante el método ROPA se duplicaron este año con respecto a los registros del 2019. A pesar de que durante el 2020 hayan estado reducidas por la cuarentena más estricta, se estima que alcanzaron un crecimiento cercano al 30%, según los centros consultados. “Las mujeres se animan a preguntar cada vez más, y no de forma esporádica como antes, porque ven otras parejas que lo han realizado. Existe mayor información sobre los temas de fertilidad. Por suerte, la gran diversidad sobre las formas de constituir una familia está más aceptada y naturalizada en la sociedad”, entiende Laura Elberger, médica ginecóloga y especialista en Medicina Reproductiva, quien ya realizó 22 procedimientos con esta técnica en lo que va del año. Ernestina Schroh Natucci nació el 10 de agosto de este año y acapara las miradas de todo Coronel Suárez. Fue gestada a partir de los óvulos de Julia implantados en el vientre de Silvina. El Concejo Deliberante de esa localidad bonaerense declaró de interés legislativo municipal su inscripción en el Registro de las Personas, destacando la valentía y sensibilidad de las dos mamás, quienes participaron en forma activa en el embarazo mediante la Recepción de Ovocitos de la Pareja o Método ROPA (por sus siglas). Desde Halitus, coinciden en que el aumento se debe a la mayor difusión del tratamiento. Pero también lo atribuyen a la cobertura por parte de las prepagas y obras sociales, conforme a la ley de reproducción médicamente asistida. “El costo del tratamiento es prácticamente igual al de una fertilización in vitro”, indican. Pasqualini refiere que en 2019 se realizaron 4 métodos ROPA, mientras que en lo que va de 2021 -el año en que se animaron a concurrir en “estado de pareja” y no como “mujer sola”- ya se practicaron 13 tratamientos. Por su parte, Romina Pesce, miembro del Servicio de Reproducción del Hospital Italiano añade: «En los últimos años, hubo una convergencia entre los avances técnicos (optimización de técnicas de reproducción asistida -TRA-) y la legislación nacional. La tasa de éxito del método ROPA es una de las más altas en tratamientos de reproducción asistida. Supera el 50% de probabilidad de embarazos, con una tasa acumulativa mayor al 75%». El valor de estos tratamientos de alta complejidad en forma particular puede rondar entre los $ 240.000 y los $ 300.000. «Es difícil hablar de costos porque la medicación empleada y muchos de los insumos están dolarizados», aclara Pesce. ¿Cómo es el procedimiento? Los especialistas consultados describen que el método ROPA comienza con una estimulación ovárica con medicación hormonal inyectable que se motoriza mediante controles ecográficos para evaluar el crecimiento de los folículos donde madurarán los óvulos. Cuando llegan al tamaño preovulatorio, en general alrededor del día 13 del ciclo, se programa la aspiración folicular para obtener los óvulos. Una vez conseguidos los óvulos, se fecundan con el semen de un donante anónimo en el laboratorio. Los embriones resultantes se dejan en cultivo entre 3 y 6 días, y se controla su evolución hasta la transferencia. La punción, que se realiza con una sedación para que no cause dolor, es un procedimiento corto y ambulatorio. “Ese día ya debemos tener en el centro de fertilidad la muestra de semen del donante, y se realiza la fertilización de los óvulos y el semen mediante técnicas de alta complejidad (FIV/ ICSI)”, especifica Elberger. En paralelo, se prepara el útero de la mujer que va a recibir el embrión. Se hace un seguimiento para ver el endometrio. Si se obtuvieron óvulos, se hacen embriones con el semen donado, y luego se transfieren a la mujer que va a llevar el embarazo. “Es exactamente lo mismo que una fertilización in vitro convencional solo que la transferencia se realiza en la mujer que va a llevar adelante

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Crecen los embarazos con óvulos donados: “Buscamos un hijo por 30 años y ahora vamos por el segundo bebé”

Los tratamientos de ovodonación se retomaron e incluso aumentaron en algunas clínicas después de la etapa más dura de la pandemia. Las historia de Liliana – 51 años- que busca ampliar su familia con Pedro, y la de una mujer que tuvo a su hija con donación también de esperma: “No se parece nada a mí y es lo que menos me interesa”. Liliana tiene todo listo. Ya está en Buenos Aires, a donde viajó junto a Guillermo, su marido, desde Bahía Blanca para iniciar un tratamiento que no es nuevo para ellos. Hace dos años, con una mezcla de ilusión, ansiedad y miedo, depositaban las tres décadas de búsqueda, esperanza y también frustración en la implantación de un embrión que les cambiaría por completo la vida. La ovodonación, o donación de óvulos permitió que trajeran al mundo a Pedro, que cumplió un año en mayo. Ahora, la mujer de 51 años se prepara para iniciar el proceso nuevamente y tener otro bebé. “Sentimos la misma ansiedad que la primera vez”, dice. Si bien en los meses más intensos de la pandemia en el país las consultas bajaron, de acuerdo con el relevamiento de TN.com.ar, este año los tratamientos se retomaron y en algunos centros incluso aumentaron. De acuerdo con los registros del centro de reproducción asistida IVI, los tratamientos de ovodonación aumentaron un 524% en 2021 con respecto al 2020. En la misma línea, el número de personas interesadas en ser donantes, que asistieron a una primera consulta, se incrementó un 275%. “A muchas les interesa ayudar a otras mujeres o sucede que han atravesado casos cercanos de conocidas con dificultades para concebir”, explica sobre este punto Florencia D’Atri, coordinadora de la Unidad de Ovodonación de la clínica. “Otras dicen que no van a tener hijos y quieren que sus óvulos puedan ayudar a una mujer que no puede concretar su sueño”, agrega en diálogo con este medio. La historia de Liliana y Guillermo: 30 años buscando ser padres Liliana Teler y Guillermo Dunetz se casaron cuando tenían 20 años, hace unos 30 atrás. Tener hijos siempre fue parte no solo de un proyecto familiar sino de un sueño común. “Con 21 empezamos a buscar, decíamos: ‘si viene viene’, pero no llegaba. Ahí arrancaron las consultas con los médicos″, recuerda Liliana. “Estuvimos mucho tiempo con estudios. Los dos teníamos algunos problemas”, agrega. Fue entonces cuando comenzaron con los tratamientos “más sencillos”, según indica, debido a los costos. “No funcionaron, nos dijeron que era muy difícil con nuestras patologías, que necesitábamos fecundación in vitro”, explica. La pareja pudo avanzar con el tratamiento más complejo, entre Buenos Aires y Bahía Blanca, a partir de 1999, en varias ocasiones. Sin embargo no prosperaron y hacia 2008 los especialistas les dijeron que por una cuestión de edad de Liliana, convenía la ovodonación. “Yo tenía muchos temores, no me gustaba la idea, pensaba que podía ser como una incubadora, que podría llegar a rechazar al bebé. Lo trabajé con una psicóloga y recién a los 48 años dijimos ‘es ahora o nunca’”, relata. En qué consiste la ovodonación La ovodonación es una técnica de reproducción asistida de alta complejidad en la que se fertilizan óvulos de una persona donante con los espermatozoides que, según el caso, se seleccionan de un banco de semen, o bien corresponden a la pareja de la persona gestante. Es decir, no se utilizan los óvulos o gametos de quien llevará adelante el embarazo, ni transmitirá la carga genética. Sin embargo, los especialistas recomiendan un límite de edad para realizar el tratamiento. “Va a depender de la mujer receptora, de su estado de salud, de la edad de su pareja, e incluso de cómo está rodeada esa familia. Pero, en general, hasta los 50 años lo solemos hacer”, aclaró la doctora Eva Rodríguez Pazo, coordinadora del programa de Ovodonación de Halitus Instituto Médico. Por eso, Liliana no quiso que transcurriera más tiempo para la implantación del embrión. “Fue un martes, para esta época. A los 7 días me hicieron un análisis de sangre, para saber si la hormona indicaba embarazo, y dio altísima, jamás nos había pasado. Fue una emoción increíble, de no poder creerlo”, cuenta la mujer. “Incluso ahora no podemos creer que compartimos la vida con él”, agrega. Con la voz colmada de emociones, recuerda que el embarazo lo transitó sin ninguna complicación y Pedro llegó al mundo el 20 de mayo del año pasado, en plena pandemia. “Nosotros somos muy creyentes y pensamos que fue un milagro todo. Buscamos un hijo por 30 años, ahora ya tiene uno y cuatro meses”, dice. “La doctora se impresionaba, porque yo ya era menopáusica cuando empecé el tratamiento. Fue muy movilizante todo”, señala. El bebé nació a través de una cesárea, con unos 3 kilos y en excelente estado de salud. En su caso, Guillermo aportó las células reproductoras. “Queremos compartir nuestra historia porque, al igual que me paso a mí, hay gente con mucho miedo sobre esto. Pero te cambia la vida. Cuando tenés a tu hijo en tus brazos no pensás en nada de lo que se te había cruzado antes”, asegura. Ahora, después de pensarlo mucho, decidieron iniciar nuevamente el tratamiento para tener otro bebé. “Nosotros somos papás grandes, de familia chica. Nos gustaría que pudiera estar acompañado el día de mañana”, se ilusiona. “Sentimos la misma ansiedad que la primera vez”, expresa. Quiénes pueden donar óvulos y cómo es el tratamiento El proceso para este tipo de tratamientos de reproducción asistida se compone de dos pilares: la donante y la receptora. Inicia con un tratamiento similar al que se realiza para la vitrificación de óvulos. Las mujeres donantes, de acuerdo con la explicación de ambas profesionales consultadas por este medio, se realizan una serie de análisis que incluyen una ecografía transvaginal específica para verificar la reserva ovárica y un estudio genético para descartar la fibrosis quística. Los estudios se acompañan con una entrevista psicológica. Las clínicas establecen como límite de edad para donar 32 años.

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Embarazo y fertilidad: tratamientos para mujeres con síndrome de ovario poliquístico

Se estima que casi un 70 % de la población permanece sin diagnóstico, lo que demora el acceso a tratamientos para ser madre. El síndrome de ovario poliquístico (SOP) tiene una prevalencia en la población del 8 al 12% y afecta a mujeres en edad reproductiva. El reconocimiento de los síntomas y un diagnóstico adecuado permite acceder a tratamientos para poder quedar embarazada. Hasta el momento, la causa del SOP es desconocida aunque se presume multifactorial, con la combinación tanto de factores genéticos como ambientales. Se estima que casi un 70 % de la población permanece sin diagnóstico. «Esto es así porque tiene una amplia expresión clínica y puede subdiagnosticarse si sólo se tratan los síntomas en forma aislada. Al mismo tiempo, tienden a surgir en la adolescencia lo que presenta un mayor desafío para el diagnóstico, porque los síntomas se superponen con rasgos comunes del desarrollo puberal, como por ejemplo el acné», explicó la Dra. Carolina Tomatis. La poliquistosis ovárica u ovario poliquístico es una condición que afecta a mujeres en edad reproductiva, por lo que «otro motivo de consulta suele ser la infertilidad asociada a falta de ovulación», advirtió la ginecóloga. «Se pueden emplear drogas inductoras como el letrozole o clomifeno y en caso de falta de respuesta se indican gonadotrofinas, que son hormonas inyectables», añadió. En el caso de las pacientes con obesidad y deseo reproductivo es muy importante comenzar la búsqueda con el peso adecuado, ya que -según la médica- las tasas de éxito de los tratamientos disminuyen hasta un 50% y son frecuentes las complicaciones durante el embarazo como el aborto, la diabetes gestacional y la hipertensión. ¿Cómo se diagnostica? Como abarca un gran espectro de manifestaciones clínicas, para poder diagnosticarla se tienen que presentar 2 de los siguientes parámetros, según un consenso médico realizado en Rotterdam 2013:  Aumento de los andrógenos en sangre (testosterona libre, 17OH progesterona , androstenediona, DHEA) o signos clínicos del aumento de los mismos (acné, hirsutismo, alopecia, seborrea). Alteraciones del ciclo (atrasos menstruales o falta de menstruación). Presencia por ecografía transvaginal al comienzo del ciclo con más de 10 folículos por ovario o volumen ovárico aumentado. «Es importante aclarar que se trata de la presencia de folículos ováricos, que contienen dentro el ovulo y suelen estar en el ovario en un número menor a 10. Es frecuente que las pacientes confundan aumento en el número normal de folículos con quistes ováricos», remarcó Tomatis. ¿Qué riesgos tiene? «Se asocia en un 50% de los casos con obesidad o sobrepeso, incremento de los valores de insulina con mayor riesgo de prediabetes o diabetes mellitus tipo 2, dislipemia con predominio de la elevación de los triglicéridos, configurándose el síndrome metabólico y su consecuente aumento del riesgo cardiovascular», señaló la especialista. ¿Cómo se trata? El tratamiento depende de cuál haya sido el motivo de consulta y la etapa de la vida en la que se encuentre la paciente. Aquellas que presenten sobrepeso deberán contar con la evaluación de un nutricionista y realizar dieta y ejercicio. Si el signo prevalente es el hiperandrogenismo (presencia excesiva de andrógenos), se pueden emplear fármacos antiandrogénicos. Si presenta hirsutismo (crecimiento excesivo de vello de distribución varonil) se puede recurrir a la depilación láser, en cambio si el principal motivo de consulta son las alteraciones del ciclo pueden emplearse anticonceptivos o progesterona. Muchas pacientes cursan con insulinoresistencia. La insulina es una hormona secretada en el páncreas y es la que permite la entrada de glucosa a las células de todo el cuerpo. Cuando la insulina no cumple su función el páncreas incrementa su producción para compensar, lo que genera mayor síntesis de testosterona en el ovario y eso agrava los signos de exceso de andrógenos ya descriptos. «Parte del tratamiento consiste en administrar fármacos insulinosensibilizadores como la metformina, que permite corregir los niveles de glucosa circulante y también ayuda a mejorar la ovulación», aseguró Tomatis. En el último tiempo, diversas investigaciones apuntan a la composición de la flora bacteriana intestinal como potencial desencadenante del síndrome o causal de las diferentes maneras de presentación clínica, por lo cual el empleo de probióticos, prebióticos y agentes simbióticos pueden ser una nueva herramienta terapéutica para su tratamiento. Si bien el síndrome no tiene cura es factible su tratamiento en un marco multidisciplinario entre el endocrinólogo, nutricionista y ginecólogo. Link Noticia Original

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Los mitos del Covid y el embarazo

Lo que hay saber ante el miedo y la confusión, y por qué no es necesario suspender la búsqueda de un bebé. Desde el comienzo de la pandemia del coronavirus hasta ahora, muchas son las dudas que fueron evacuadas con el correr del tiempo. Sin embargo, lo cierto es que hay muchas otras que persisten, como es el caso del miedo a la vacunación en mujeres embarazadas. A pesar de la desinformación, lo cierto es que al día de hoy se sabe que lo mejor que puede hacer una persona gestante es aplicarse las dosis de cualquiera de las vacunas que hoy se dan en el país, y es eso sobre esto que el obstetra Ariel Masquef y el doctor Agustín Pasqualini contestaron una serie de preguntas respecto a los mitos del embarazo y el Covid-19. ¿Por qué hay cada vez más embarazadas que cursan el COVID de forma grave? Es cierto que en los últimos meses vemos un mayor número de contagios en pacientes embarazadas y con manifestaciones más graves de la enfermedad. Esto se acentúa en el tercer trimestre de embarazo por la limitación que tienen en la parte respiratoria. Aunque estén sanas, el embarazo mismo las hace más susceptibles a complicaciones. La predisposición a hacer estas formas graves se relaciona con la inmunosupresión fisiológica del embarazo y la limitación que tienen estas mujeres. Sus pulmones están más colapsados por el crecimiento del abdomen de abajo hacia arriba y el diafragma que se eleva. Esta situación les genera menor capacidad ventilatoria, si a eso se suma el COVID, hay una mayor predisposición a tener complicaciones que el resto de la población. ¿Se debe posponer la búsqueda del embarazo? No. Esto no significa que las mujeres que están buscando un embarazo deban posponerla. ¿Hay que vacunarse contra el COVID estando embarazada o en búsqueda? Si, hay que vacunarse en cualquier trimestre del embarazo con cualquiera de las tres vacunas que están hoy disponibles, salvo que el médico de cabecera indique que alguna en particular no se puede aplicar. Pero cualquiera de las tres vacunas que están en Argentina son aptas para mujeres embarazadas. Lo bueno es que en estas últimas semanas se abrió la vacunación para todas en todos los trimestres del embarazo e incluso para madres lactantes. Así, podemos protegerlas, al tiempo que generar una inmunidad en la población para poder avanzar hacia la “normalidad”. ¿Si estoy en tratamiento de fertilidad también debo vacunarme? También es importante priorizar la vacunación. Ya sea que esté por comenzar una estimulación ovárica, o si justo se está estimulando y le llega el turno para vacunarse. Lo único que quizás hay que evaluar es no vacunarse el día previo a la captación de óvulos o la transferencia embrionaria, pero solo para evitar algún síntoma común de la vacunación, como fiebre justo para ese momento. Para resumir, puede ser antes, durante y después de un tratamiento de fertilidad, o durante la búsqueda del embarazo, o en el embarazo en cualquier trimestre, o en mamás lactantes. Lo que se está tratando de lograr es que, de cursar la enfermedad, sea de manera moderada y evitar los casos graves. ¿Existen riesgos para el bebé? No hay al momento ni demostrado ni publicados, riesgos para el bebé. Todavía tampoco está demostrada la transmisión vertical, pasaje del virus de la madre al feto. Pero se creería que los anticuerpos en vacunadas darían protección al recién nacido. Por eso al momento del nacimiento la mamá tiene que tomar las medidas y los recaudos en caso de ser positiva, por ejemplo, darle la teta con un barbijo N 95, pero no suprimir la lactancia. ¿Qué consideraciones tengo que tener en cuenta para saber si es necesario aplicarme la vacuna estando embarazada? Ningún tipo de consideración salvo que el médico tratante sugiera no vacunarse por alguna patología determinada. Pero no hay al momento documentadas ninguna contraindicación para las embarazadas que cursan un embarazo normal. Se sabe que las plataformas de producción de las vacunas son seguras en el embarazo y hay evidencia de estas plataformas como la vectorial, virus inactivado o las de ARN mensajero, en otras enfermedades. Es importante recordar que el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos afirma que “no se detectó ningún problema de seguridad para las personas embarazadas que se vacunaron contra el Covid-19 o para sus bebés”. Por eso se recomienda en cualquiera de los tres trimestres con cualquiera de las tres vacunas disponibles.

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