Nombre del autor:Fundación REPRO

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Alimentación antiinflamatoria: pautas para sumar salud

Una buena alimentación es un instrumento clave para mejorar nuestra salud y nuestra calidad de vida. Por el contrario, una alimentación inadecuada basada en el consumo diario de alimentos proinflamatorios, favorece el desarrollo de enfermedades crónicas como ser la diabetes, obesidad, hipertensión, enfermedad cardiovascular, entre otras. La inflamación es un mecanismo de defensa natural que tiene nuestro organismo. Es la respuesta de nuestro sistema inmunitario cuando detecta un agente patógeno, poniéndose en acción para eliminarlo. El problema aparece cuando se perpetúa en el tiempo y se hace crónico. Algunas causas de inflamación crónica son: Exposición prolongada a tóxicos ambientales Alto consumo de alimentos ultra procesados Infecciones persistentes Enfermedades autoinmunes Desequilibrios nutricionales La nutrición antiinflamatoria es beneficiosa para todo tipo de personas, más allá de su estado de salud y de su edad. Supone una mejora en la calidad de vida, estar menos propenso al desarrollo de enfermedades causadas por la inflamación, depura, detoxifica y modifica de manera positiva el perfil de la microbiota intestinal. En el ámbito de la fertilidad, todos estos beneficios contribuyen a que se reduzca la inflamación intestinal y de los diferentes órganos, mejorando la irrigación uterina, la calidad de los ovocitos y del esperma, por el gran aporte de antioxidantes. Las pautas más importantes para seguir una alimentación antiinflamatoria consisten en reducir el consumo de carnes (principalmente carnes rojas) y lácteos. Preferir alimentos con buen perfil de grasas como ser pescados pequeños como el atún, caballa, jurel, el aceite de oliva extra virgen, la palta, las aceitunas y los frutos secos, que por contener ácidos grasos mono y polinsaturados poseen un efecto antioxidante y antiinflamatorio. Además, para mantener los niveles de glucosa estable, no se deben consumir azúcares rápidos y harinas refinadas. Los hidratos de carbono que se consuman deben proceder principalmente de legumbres, arroz integral, quínoa, verduras y frutas entre otros. Las verduras deben preferirse crudas para tener un mayor aporte de vitaminas, minerales y antioxidantes. También se deben utilizar de manera diaria especias como la cúrcuma, canela y jengibre, entre otros, para condimentar las comidas o para hacer infusiones. El verano es una buena época para comenzar con este cambio de hábitos, ya que, debido a las altas temperaturas, el cuerpo necesita alimentos frescos y de estación. Hoy en día estamos expuestos a muchos factores que sin darnos cuenta tienden a inflamarnos internamente (tengamos o no tengamos síntomas). Por eso, es bueno empezar a analizar nuestra alimentación y nuestros hábitos para de a poco ir sumando cambios con el fin de realizar una alimentación antiinflamatoria. No solo permite mantener un peso saludable sino que también produce un normal funcionamiento y equilibrio entre las funciones de las células y los desechos provenientes del metabolismo celular, contribuyendo a tener una microbiota intestinal benéfica para nuestro organismo. Cada individuo necesita adaptar su dieta para obtener una nutrición balanceada.  

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Endometriosis: ¿cuál es su relación con la microbiota?

Afecta a una de cada 10 mujeres en edad reproductiva. Varios estudios indican que existe una microbiota diferente entre las mujeres que presentan la enfermedad. Una de cada 10 mujeres en edad reproductiva tiene endometriosis, una enfermedad en la que el tipo de tejido que reviste el interior del útero crece fuera de él. Esas alteraciones anatómicas que provoca impiden muchas veces la gestación espontánea. De hecho, hasta en el 40% de las consultas por infertilidad se puede encontrar algún grado de endometriosis. Unas 200 millones de mujeres en el mundo viven con la enfermedad que puede ser ser causal, entre otros, de dolores menstruales, o en cualquier momento del ciclo, al mantener relaciones sexuales, o incluso de infertilidad, aunque también puede ser asintomática. «La sintomatología no tiene necesaria relación con el grado de endometriosis», explica el médico ginecólogo especialista en reproducción asistida, Sergio Pasqualini. También puede provocar dolor en los intestinos o en la parte baja del abdomen, períodos con flujo intenso, manchas o sangrado entre períodos, síntomas gastrointestinales o digestivos, fatiga o falta de energía. Aunque su prevalencia es más alta entre los 30 y los 40 años, puede afectar a cualquier mujer que menstrúa. Algunas condiciones se asocian a un mayor riesgo de presentarla: tener antecedentes en la familia, haber tenido la primera menstruación antes de los 11 años, ciclos menstruales cortos (menos de 27 días), o intensos y que duren más de 7 días. Sobre su origen, explica Pasqualini, la teoría de Sampson sostiene que se produce debido al reflujo de sangre menstrual a través de las trompas que cae en la cavidad pelviana y que, por algún motivo, implanta, ya sea en las paredes del peritoneo, capa que recubre por dentro la pelvis y el abdomen, lo que puede generar quistes de endometriosis en los ovarios, implantarse en tejidos vecinos o en órganos a distancia. «Se la llama la enfermedad del siglo XXI porque aparenta haber más casos debido a que las mujeres tienen más menstruaciones al demorar la búsqueda del primer hijo y de tener menos hijos. Es decir, cuando la mujer se embaraza deja de menstruar por nueve meses más el tiempo que tarda en recuperar la menstruación. Por otro lado, los altos niveles de hormonas durante el embarazo son el mejor tratamiento para esta enfermedad hormonodependiente», añade el director de Halitus Instituto Médico. No obstante, apunta que la menstruación retrograda, que en mayor o menor medida se presenta siempre, no explica por si sola, el por qué ese tejido endometrial es capaz de implantar en algunas mujeres y en otras no. «Es así que entran en juego hipótesis como desbalances inmunológicos o de otro origen que pueden llegar a hacer que el endometrio tenga más capacidad de implantar donde no debería o alteraciones a nivel de los sitios donde implanta», destaca el especialista en fertilidad. El factor microbiota El impacto de la microbiota en la salud del organismo despierta cada vez más interés en la comunidad científica. Varios estudios indican que existe una microbiota diferente entre las mujeres que presentan endometriosis, y las que no. La microbiota es la población de bacterias, hongos y virus con las que convivimos y que están presentes en los distintos órganos como el intestino, la boca, la piel, la vagina, la cavidad uterina. «Para tener noción de la magnitud de lo que hablamos, tenemos diez veces más bacterias que células en nuestro cuerpo -grafica Pasqualini-. La microbiota regula distintas funciones fisiológicas, influye en la inmunomodulación y puede tener que ver con la aparición y evolución de enfermedades inflamatorias y autoinmunes.» La microbiota intestinal tiene que ver con la integridad de la barrera de sus paredes, si se altera , puede aumentar la permeabilidad y permitir el pasaje de sustancias capaces de generar respuestas inmunológicas con efectos no deseados, sostiene el especialista. «A su vez la disbiosis intestinal (alteración de la microbiota) puede repercutir en la composición de la microbiota en otros órganos, como por ejemplo, a nivel endometrial. La disbiosis intestinal y endometrial podría llegar a ser un factor coadyuvante en la aparición y en la evolución de la endometriosis, dado que es una enfermedad inflamatoria y autoinmune», señala. Cómo se trata La endometriosis es una enfermedad de origen multifactorial y en cada mujer puede presentarse de forma diferente, lo que también impactará en la forma de abordarla. Puede no sugerirse tratamiento, como ofrecer uno sintomático, uno hormonal o uno quirúrgico, precisa Pasqualini. «El enfoque integral es muy importante agregando que hay que hacer énfasis en la conveniencia de llevar un estilo de vida saludable. Estoy implica controlar el estrés, hacer ejercicio, sin tóxicos y con una alimentación adecuada – sobre todo si se presentan trastornos gastrointestinales – con el agregado de nutrientes, antioxidantes, prebióticos y probióticos, dado que lo que ingerimos es lo que va a determinar qué tipo de microbiota vamos a tener, y esta a su vez si no es la adecuada puede ser factor o co-factor que predisponga a la aparición o agravamiento de la endometriosis», concluyó. Los tratamientos para la infertilidad causada por la endometriosis incluyen laparoscopia para extirpar los parches de endometriosis y fertilización in vitro.

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SER PADRES ES MUCHO MÁS QUE COMPARTIR LOS GENES

Una vez terminada su carrera de Letras, Mane supo que quería ser madre pero no confiaba en poder encontrar a un hombre con quien compartir su vida. Al poco tiempo apareció.Él tenía 17 años y ella acababa de cumplir 24.Se encontraron en el mismo país donde 5 años después verían desvanecer por primera vez el sueño de ser padres, en Uruguay. Al poco tiempo apareció. Él tenía 17 años y ella acababa de cumplir 24.Se encontraron en el mismo país donde 5 años después verían desvanecer por primera vez el sueño de ser padres, en Uruguay. Habían tardado ocho meses en alcanzar el «positivo» y como perder un primer embarazo era «algo común», continuaron sus vidas apostando a que la próxima vez alcanzarían su sueño. Ocho meses después, otro embrión se había formado y, en la misma semana que el embarazo anterior, los latidos se habían detenido. El shock fue enorme: «No podíamos creerlo, no entendíamos nada -cuenta Mane, hoy con 37 años-. Por suerte, mi obstetra, Alejandro Fernández, nos mandó a hacer todos los estudios y nos dio esperanzas, prometiéndonos que lo íbamos a lograr». Todos los estudios dieron mal. Si bien Mane tenía niveles hormonales normales y una buena cantidad de óvulos, estos no eran aptos para producir un embarazo viable, según los genetistas. ¿La razón? «Translocación balanceada entre el par 6 y 7 de cromosomas». Además: trombofilia. Cuando leyó el diagnóstico Mane pensó que se iba a morir, que no se podía vivir con «un problema genético», como le dijo que tenía la especialista. Un largo camino hasta convertirse en padres Conseguir un embarazo con sus óvulos no era fácil. A toda la angustia por el diagnóstico se sumaban los honorarios difíciles de pagar, las pocas garantías de éxito, la ausencia de una Ley de Reproducción Asistida Nacional -que se reglamentó en 2013- y la incertidumbre. Un día, mientras conversaban en la cocina y calentaban la cena, Nicolás soltó: «¿Y si probamos con ovodonación? El mundo de Mane se volvió a detener: «Me sentí pésimo, sentí que me decía que yo no servía y que podíamos usar óvulos de otra mujer, que sí servía». En el medio de todo eso, estaban a punto de anotarse en la lista de espera para adoptar. Para afrontar todo este momento Mane y Nicolás buscaron hacer tribu. Se sumaron a Concebir, un grupo de apoyo para personas con infertilidad, y compartiendo su historia con otras parejas las heridas fueron cicatrizando. «El proceso habrá durando un año. Medité, hice trapecio, que siempre fue mi cable a tierra, y confié en que lo íbamos a lograr. Pero lo más importante fue llegar a una conclusión que me costó mucho alcanzar pero ahora me parece súper lógica: cuando querés ser madre, tenés que dejar de lado la vanidad de que se parezca a vos, que no sos nadie». Cuando entendió eso, vio en la ovodonación una bendición. En agosto de 2013 decidieron dar el gran paso: fueron a ver a la doctora con la cual harían el tratamiento. Ella le pidió a Mane una foto suya, para buscar una donante con rasgos similares. Cuando escuchó el pedido se puso firme: no le iba a dejar una foto porque ya no le importaba que se pareciera a ella, eso no era prioridad. Al mes de realizar el tratamiento llegó la mejor de las noticias: «Beta positiva». Nueve meses de embarazo, de miedos, de dudas y expectativas El embarazo fue de mucho disfrute y meditación. A Mane no le importaban las inyecciones diarias de heparina -«una papa al lado de todo lo que habíamos pasado»- estaba feliz de preparar el nido. «Hoy, a la distancia, creo que lo único que me faltó fue más información y conexión con el parto. Cuando la pasaste tan mal por ser infértil te entregás tanto a los médicos que no ves ciertas cosas, como la violencia obstétrica que viví como algo natural. Porque lo único que querés es que finalmente tu hijo nazca», reflexiona Mane. «Fue mágico». Con esas palabras resume la pareja el momento en que por fin conocieron a «L». Tenía los ojos negros bien abiertos y los miraba a ambos para decirles «ya llegué, acá estoy». Después de cinco años de lucha lo habían logrado. Mane hizo de su lucha por ser madre una bandera y a los dos años fundó una editorial, Cien Lunas, para acercarle a la gente libros sobre infertilidad, donación y origen genético. Luego se sumaron libros sobre embarazo consciente, parto respetado, puerperio femenino y masculino. Por su parte Nicolás se convirtió en donante porque los dos necesitaban devolverle este favor al Universo ayudando a otras personas.. En unos meses arrancan otro tratamiento por ovodonación, esta vez con la certeza de que pueden lograrlo. La voz del especialista La Dra. Florencia Inciarte, coordinadora médica y encargada del programa de ovodonación del Halitus Instituto Médico cuenta de qué se trata esta técnica de fertilidad y resalta que «ser madre es mucho más que compartir un gen». Escuchá el audio completo: Si viviste alguna una experiencia que mejoró tu bienestar y calidad de vida y querés compartirla en esta columna, escribí a Bienestarlanacion@gmail.com con todos los datos que te pedimos acá.

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Vitaminas y fertilidad: una deficiencia nutricional puede complicar la búsqueda de un hijo

Para evitar sobresaltos al momento de buscar un embarazo, conviene conocer que hay determinados nutrientes que ayudan a mejorar la función ovárica y testicular, pero en algunos casos, no pueden ser cubiertos por la alimentación únicamente y es necesario suplementarlos. Cuáles son y cuándo consultar A la hora de buscar un embarazo, una deficiencia nutricional puede afectar de manera negativa la fertilidad tanto del hombre como de la mujer. Por este motivo se hace hincapié en llevar una alimentación saludable en ambos sexos. Existen determinados nutrientes que ayudan a mejorar la función ovárica y testicular, pero en algunos casos, no pueden ser cubiertos por alimentos únicamente y se debe recurrir al consumo de suplementos vitamínicos específicos para optimizar algunos valores. \”Una alimentación diaria rica en selenio, zinc, ácidos grasos esenciales (omega 3), antioxidantes y ácido fólico es necesaria para mejorar ambos gametos\”, aseguró la licenciada en Nutrición Julieta Lupardo (MN 6858), quien enfatizó que \”en la actualidad son muchas las parejas de mayor edad que tratan de concebir y que podrían necesitar mayor asistencia para que el embarazo se concrete\”. Una alimentación diaria rica en selenio, zinc, ácidos grasos esenciales, antioxidantes y ácido fólico es necesaria para mejorar ambos gametos Según la nutricionista, \”basado en estudios clínicos, los suplementos para mejorar la fertilidad demostraron un incremento de probabilidad de concepción y una alternativa (actuando como un complemento) en los tratamientos de fertilidad\”. \”Es recomendable siempre durante la etapa de búsqueda del embarazo, así como cuando se encuentra en tratamiento en mujeres con función ovárica normal pero más aún en las mayores de 35 años y en aquellas con reserva ovárica disminuida, y en hombres donde la calidad y la movilidad de los espermatozoides se encuentra afectada\”, agregó. \”Los suplementos para mejorar los gametos masculinos se encuentran constituidos en su mayoría con antioxidantes como la coenzima Q10, vitamina C y selenio -puntualizó Lupardo-. La importancia de los mismos es su efecto oxidativo, disminuyen la producción de radicales libres que son los responsables del envejecimiento celular y mejoran la calidad y la movilidad espermática\”. Por otro lado, el zinc y el ácido fólico son importantes para la producción del esperma, ya que \”se comprobó que los hombres subfértiles tienen niveles seminales de zinc más bajos que los hombres fértiles\”, remarcó la especialista. Y destacó: \”La L carnitina y N-cisteína mejoran la maduración y función del espermatozoide\”. Los suplementos para mejorar la fertilidad femenina están conformados principalmente por una hierba conocida como \”vitex agnus cactus\” que actúa sobre las hormonas principales que regulan y equilibran el ciclo menstrual. \”El objetivo es lograr una función hormonal normal, una ovulación saludable y una eficaz fertilidad. También poseen ácido fólico, favoreciendo la concepción y disminuyendo el riesgo de abortos y malformaciones en el feto -ahondó Lupardo-. Otro nutriente fundamental es la L-arginina, aminoácido precursor del óxido nítrico\”. El óxido nítrico es un vasodilatador que ayuda a mejorar la circulación de los órganos reproductivos, favoreciendo el desarrollo del ovocito y la implantación del embrión. Los suplementos para mejorar la fertilidad demostraron un incremento de probabilidad de concepción También se aportan varios nutrientes con poder antioxidantes como las vitaminas C y E, el selenio y el zinc, responsables de promover la ovulación y la implantación del embrión. En conclusión, la suplementación lleva a un equilibrio o balance hormonal que permite el desarrollo de tejidos reproductivos sanos en el útero a fin de que el embrión pueda implantarse de manera adecuada y segura en el mismo y además favorece la maduración del folículo ovárico. En el caso de los hombres, interviene en la calidad y la producción de espermatozoides sanos y con buena movilidad que son cruciales para asegurar su salud reproductiva.

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Cómo cuidar la salud ginecológica en verano: consejos para evitar molestias en vacaciones

El verano ya está instalado. Y con él llegan los viajes, la playa y las piletas. Hasta, tal vez, más actividad sexual. Qué tener en cuenta para no perder ni un día de descanso por cuestiones que se pueden prevenir No está tan probado que las infecciones vaginales aumenten en verano, pero tal vez se puedan ver molestias o consultas con más frecuencia en esta época del año. En ese sentido, vale recordar que no todas las molestias vaginales tienen que ver con hongos o bacterias, es decir, con infecciones: muchas se relacionan con otras causas, como irritación, alergia, etc., así como con alteraciones de la flora vaginal -llamada microbiota- la cual se encuentra equilibrada gracias a distintos factores. “Algunas situaciones que alteran el medio vaginal pueden influir en ese ambiente equilibrado dando lugar a síntomas como molestias, olor, picazón o aumento del flujo”. La médica ginecóloga María Elisa Moltoni (MN114737) explicó que “lo que ocurre en verano es que el calor, la sudoración, la ropa ajustada con aumento de temperatura local podrían favorecer estas molestias. Ni hablar de la humedad del traje de baño”. Además, “se suma en algunos casos, que en esta época se tienden a depilar más, dejando la zona genital más expuesta -nos guste o no, el vello tiene como función proteger los genitales- y en caso de, por ejemplo, el rasurado, existe riesgo de infecciones localizadas en la piel de la zona”, destacó la especialista. Y respondió las dudas más frecuentes para disfrutar del verano a pleno. – ¿Cómo debe ser la higiene íntima? -Debe ser siempre externa, vulvar, con agua sola o con jabón delicado, sin perfume. Existen algunos con pH ácido, ideales para ese uso. La presencia de la higiene es importante, pero su exceso puede ser contraproducente: puede barrer sus defensas naturales, llevar a un aumento de síntomas, alteración del pH vaginal, y a un círculo vicioso que hay que romper. – ¿Qué hacer entonces para disfrutar el verano sin sufrir molestias genitales? – Dejar que la zona respire, usando ropa suelta. Lo mismo para la ropa interior, es ideal la de algodón. Algo importante es evitar los protectores diarios (¡sabemos que muchas son adictas, pero no son tan buenos!) los cuales, a pesar de ser “sin perfume” o “respirables” en verdad no van a dejar que el calor y la humedad de la zona se liberen. Además, por ser sintéticos, pueden generar dermatitis y alergias, dando síntomas como si hubiera una infección. Evitar dejar el traje de baño húmedo si se tiene sensibilidad genital, la arena además puede raspar la zona y molestar. – ¿Qué pasa con el ciclo menstrual en verano? – El ciclo menstrual está regulado por la interacción entre hormonas del ovario y del cerebro, lo cual funciona en equilibrio. Ese ciclo a su vez se ve influenciado por el ambiente y otros factores externos. Es frecuente que en situaciones de viajes la fecha menstrual pueda modificarse. Los viajes por vacaciones son positivos, pero generan cierto estrés. Además, se suele modificar la alimentación, las horas de sueño o los hábitos, lo cual repercute a veces en cambios en el ciclo. Si estas alteraciones persisten al volver, es conveniente consultar a un profesional. “Las que usan copa menstrual no deben olvidar llevar un recipiente adecuado para poder esterilizarla sin riesgos. Y al manipularla, hacerlo con las manos lavadas con agua y jabón”, sugirió además Moltoni, quien señaló que “esto aplica también a los tampones. Si se está en camping o en zona complicada, pueden higienizarse las manos con alcohol en gel y esperar unos minutos antes de manipular la zona para evitar ardor”. A modo de consejo final, la especialista recomendó “no automedicarse”. “Un clásico del verano es que por estar lejos, a la primera molestia vamos a la farmacia de turno y nos compramos ‘el óvulo de la propaganda’. En lo posible consultar a una guardia (si vamos a un lugar está bueno averiguar antes qué guardias o centros funcionan en la zona) para tener un diagnóstico adecuado antes de hacer un tratamiento, ya que no todos los casos necesitan óvulos. A veces la molestia es por otro tipo de infección, incluyendo infecciones de transmisión sexual, así como por causas no relacionadas a infecciones”, concluyó.

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Verano y embarazo: cómo prevenir golpes de calor

La ola de calor que persiste para Buenos Aires y alrededores puede significar un riesgo real para la salud de la embarazada y su bebé. Qué cuidados deben tener en cuenta ante las altas temperaturas quienes están en la “dulce espera” Las mujeres embarazadas deben tener especial cuidado con las altas temperaturas. La “intolerancia al calor” es un síntoma habitual en ellas porque durante el embarazo la temperatura corporal es por sí un poco más alto que el normal, con lo cual, el calor agregado del ambiente puede tener mayor impacto en este grupo de personas. Una sensación térmica elevada debe observarse con cautela en particular durante el primer trimestre del embarazo. Un estudio publicado por el British Journal of Obstetrics and Gynaecology concluyó que la exposición a altas temperaturas está relacionada con nacimientos de peso levemente reducido. Las temperaturas excesivas causan que el cuerpo materno reacciones contrayendo los vasos sanguíneos como método de enfriamiento reduciendo la cantidad de nutrientes que pasan hacia el feto. Al mismo tiempo, aquellas mujeres en las últimas semanas de embarazo deben también tomar cuidado para evitar partos prematuros y otras complicaciones. Estos no son motivos para entrar en pánico, pero sí para tomar medidas para protegerse a sí mismas y al bebé por nacer. El sentido común es fundamental. Los síntomas de un “golpe de calor” a los que deben estar atentas son: temperatura corporal elevada (más de 39.5 C); piel enrojecida, seca y con alta temperatura; pulso rápido e intenso; dolor de cabeza pulsante; mareos y vértigo; nauseas y vómitos; inconsciencia. Qué se debe tener en cuenta Mantenerse hidratada es básico, sin embargo, el consumo exagerado de agua puede ser tan nocivo como su falta. El beber agua en exceso puede llevar al cuadro conocido como “intoxicación por agua”. Por más extraño que suene, la sobrehidratación con agua conduce a un desequilibrio de los electrolitos quedando el organismo expuesto a condiciones de baja concentración de sodio. Un cuadro de sobrehidratación incluye cansancio muscular, calambres y en los casos más severos, pérdida del conocimiento. Un consumo razonable de líquidos es de 1,5 a 3 litros diarios dependiendo de la masa corporal. Buenas alternativas al agua son los jugos cítricos, leche y las bebidas deportivas, en particular para aquellas mujeres que transpiran bastante. Modificar o acomodar la dieta es otro buen consejo. Evitar las comidas pesadas ricas en grasas e hidratos de carbono. Dar preferencia a los platos fríos, en particular ensaladas y frutas. Al contrario de lo que dicta el saber popular, el consumo extra de sal no es necesario ya que en general, el consumo de sal en nuestra dieta es elevado de por sí. Evitar la exposición solar, buscar áreas frescas y de sombra. Utilizar ventilador y aire acondicionado y no quedarse en lugares poco ventilados. Si no hay alternativa (como por ejemplo, tener que viajar en subterráneo), llevar una botella con agua para hidratación. Durante condiciones de calor extremo buscar refugio en locales con aire acondicionado como cines y shoppings. Si estás disfrutando de tus vacaciones, permanecer al sol por períodos cortos y fuera de los horarios de mayor incidencia (11 de la mañana hasta 3 de la tarde). El uso de protector solar a partir de factor 20 es primordial y debe ser aplicado por lo menos 15 minutos antes de la exposición y re aplicado con cada baño. Siguiendo estos consejos básicos y el sentido común, la embarazada podrá muy fácilmente ignorar las alertas de altas temperaturas y disfrutar de esa etapa tan particular en la vida de una mujer. Asesoró: doctor Sergio Pasqualini (MN 39914), ginecólogo especialista en fertilidad, presidente y fundador de Fundación Repro

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Las enfermedades crónicas podrían afectar la fertilidad

La inflamación es el primer síntoma de la enfermedad, y si queremos llegar a su origen, tenemos que poder determinar qué la causa”, asegura el Dr. Sergio Pasqualini, presidente y fundador de Repro. Y agrega: “La forma en que vivimos, los hábitos no saludables, son la razón quizá más frecuente de la inflamación crónica”. Los factores predisponentes son los xenobióticos (sustancia química que se encuentra dentro de un organismo que no se produce naturalmente y que no debería estar), la dieta, la disbiosis intestinal, el stress, el sedentarismo, etc. En muchas ocasiones, no siempre, antes de la inflamación crónica tiene lugar una disfunción intestinal, que de corregirla prevendría, o por lo menos minimizaría, el problema. Muchas de las enfermedades cardíacas, cáncer, diabetes, artritis, enfermedades autoinmunes, insomnio, depresión, asma, enfermedades de la piel, migrañas, y hasta la infertilidad pueden tener que ver con un intestino dañado o irritado. Puede hasta llegar a provocar envejecimiento prematuro. La alimentación es la clave. Las toxinas más comunes provienen de ella, aunque también se absorben a través de la piel y pulmones. La alimentación es la herramienta más poderosa para tratar los desequilibrios del cuerpo. Los sistemas y funciones están interconectados, lo que explica por qué, al recuperar el equilibrio, se consigue mejorar el funcionamiento del todo, incluso, el sistema reproductor. Entender a la alimentación como una buena medicina es el primer paso para resetear al cuerpo de manera física y emocional. El funcionamiento del intestino tiene un efecto directo e indirecto sobre todas las células del cuerpo. Cuando está irritado o dañado aumenta su permeabilidad y pasan moléculas que no deberían hacerlo, que generan reacciones nerviosas, inmunológicas y hormonales que se pueden traducir en distintas enfermedades con el común denominador que es la inflamación. La reparación del intestino puede resolver o mejorar muchas de las enfermedades crónicas y de problemas agudos. El intestino es la parte del cuerpo que más sufre a causa del estilo de vida que vivimos. El intestino dañado puede no estar provocando disfunción intestinal, pero puede estar incubando enfermedades del futuro. De la misma manera la inflamación precede a la aparición de síntomas. Es por esto que la reparación del intestino previene y colabora para mantener la salud y enlentecer el deterioro producto del paso del tiempo. Reparación que se puede lograr por medio de los hábitos saludables. Cuál es su relación con la fertilidad Los ovarios y los testículos son los órganos, quizás, más sensibles del cuerpo. Ejemplo de ello es el efecto de la quimioterapia en los tratamientos oncológicos, en los que la función que con mayor frecuencia queda afectada, es la reproductiva. La disfunción intestinal con el consiguiente aumento de la permeabilidad, deja pasar moléculas que no deberían y puede generar reacciones de autoinmunidad o de otra índole como el hipotiroidismo de Hashimoto en el que el organismo genera anticuerpos que atacan a la glándula tiroidea y éstos, por reactividad cruzada, pueden atacar a los ovarios, a los testículos o a otros órganos. Lo mismo puede ocurrir en la enfermedad celíaca en la que el gluten genera una reacción de autoinmunidad en la que se afecta los enterocitos que son las células que recubren el interior de la pared intestinal. Esto genera aumento de la permeabilidad y otras reacciones de distinta índole. También inflamación, sistémica lo que puede afectar la fertilidad por la misma inflamación o por reactividad cruzada de los anticuerpos generados. La disbiosis (desequilibrio de la flora microbiana) puede ser otro causal de aumento de la permeabilidad intestinal con las consecuencias que ello puede generar. Estos cambios producto de la inflamación sistémica pueden llegar a repercutir, por la misma inflamación, en la microbiota de los distintos órganos, como el vaginal y el de la cavidad uterina, y afectar así a la fertilidad. Por ejemplo, si se afecta la microbiota a nivel de la cavidad del útero, también puede hacerlo la receptividad endometrial y ser causa de fallas de implantación, de abortos recurrentes y hasta de otras patologías del embarazo más avanzado. La microbiota de los distintos órganos pueden estar afectadas por disbiosis locales y no ser consecuencia de la alteración a nivel de la disfunción y de la microbiota intestinal, pero dada la interrelación entre todos los sistemas que conforman el cuerpo humano es que tenemos que pensar en la parte y en el todo y actuar en consecuencia.

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Cinco consejos para disfrutar sin reventar la balanza durante las Fiestas de fin de año

Cómo se hacer para comer lo necesario y qué hacer el día después. Por la nutricionista Julieta Lupardo A pesar de la pandemia del coronavirus, que no permite tantas despedidas y festejos de fin de año como en otras oportunidades, diciembre es un mes en el que la comida abunda y la alimentación toma protagonismo. Entonces, ¿cómo se hace para sobrevivir a este mes, sin subir de peso más de la cuenta? Organizarse Es muy importante respetar las comidas diarias (desayuno, almuerzo, merienda, cena y colaciones), porque si las salteamos, empiezan los problemas. La alimentación se desorganiza y terminamos comiendo fuera de horario y en general una opción incorrecta. Además, hay que tener en cuenta que realizar ayunos prolongados tanto el día de la fiesta como después del evento para «compensar» ese exceso no es bueno para nuestra salud. Comer la porción justa Si se come sólo lo necesario pre y post evento, esto ayudará a no terminar explotados de comida después de consumir todo lo que hay en la mesa. Poner todo lo que queremos en un plato, y limitar nuestra comida a eso, es una buena estrategia para no excederse. Incorporar verduras Lo ideal es como verduras tanto crudas como cocidas y que estén presentadas de una manera que llamen la atención. Ejemplos: ensaladas coloridas, pinchos con tomates cherry y queso, matambre arrollado con acelga y zanahoria, picles, berenjenas al escabeche. La verdura es de gran importancia por su contenido de fibra para dar saciedad y también contribuye a que tanto las grasas y los hidratos de carbono de los alimentos no se absorban en nuestro organismo en su totalidad. Tomar con moderación En este tipo de eventos a las calorías de los alimentos se suman las calorías del alcohol. Tomar con moderación es lo importante, ya que el alcohol aporta calorías vacías, es decir, aporta calorías, pero no nutrientes. Se puede cenar con alguna gaseosa light o limonada y utilizar el alcohol para el momento del brindis. El día después, el agua es la mejor opción. Controlar lo dulce Aunque parece obvio, no hay que olvidarse de la mesa dulce, que siempre es bueno disfrutarla en su medida justa. Agregar fruta a los postres o realizar brochette de frutas es una buena forma de incorporar este grupo de alimentos antes y después del evento. Las fiestas son ocasiones sociales para disfrutar, pero teniendo la precaución de controlar la cantidad de lo que se consume. Realizar actividad física, seguir con la rutina diaria llevando a cabo una alimentación ordenada y saludable y tomar una cantidad adecuada de agua es una buena manera de compensar lo que se consumió demás. Menú para el día después: Desayuno: infusión con leche parcialmente descremada endulzada con edulcorante + 1 tostada de pan de salvado untada con queso light y mermelada light. Colación: una fruta. Almuerzo: ensalada de pollo, arroz integral, lechuga, tomate, zanahoria y remolacha. Merienda: Yogur descremado con granola sin azúcar o almohaditas de avena no rellenas + una fruta.

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Cuerpo y mente: cómo evitar el estrés de fin de año

Diciembre está repleto de celebraciones y exigencias familiares, sociales y económicas que generan ansiedad. Consejos para sobrevivir al vértigo y disfrutar las fiestas. Festejos, balances, cierre del año laboral, reuniones familiares, preparativos de vacaciones. Las últimas semanas del año se viven en cámara rápida: nos propulsan a un ritmo vertiginoso que puede tener impacto en la salud. Aprender a modular el estrés, mantener la actividad física habitual, ser flexibles con las situaciones, aceptar lo que sentimos y ser conscientes de lo que comemos y tomamos son algunas de las recetas de los especialistas para atravesar esta etapa de la manera más equilibrada. «En esta época hay una suerte de contagio social en donde todo el mundo está en la necesidad de cerrar cosas: el año laboral, el año emocional. Uno siempre tiene la esperanza de que el período que empieza puede ser mejor. Además, el contexto socioeconómico de incertidumbre de nuestro país también incide», describe Dr. Julio Giorgini, médico cardiólogo, miembro de la Fundación Cardiológica Argentina (FCA). Y aclara: Y aclara: «Uno tiene que entender que el estrés no se puede evitar, es una respuesta normal del organismo. Nos permite hacer frente a situaciones que percibimos como amenazante. Es una cuestión de percepción». Según explica, si el hombre en la antigüedad tenía este mecanismo en respuesta a factores sobre todo físicos y de corta duración como por ejemplo la llegada de una tormenta, hoy los estresores son también psicológicos y pueden ser cotidianos. Para afrontar todo esto, el especialista propone, en vez de intentar evitar el estrés (lo cual, según aclara, termina enfermando más y es hasta patológico), generar recursos para modularlo. “Si tenés frío, te abrigas. Ante situaciones de estrés, extremar los cuidados. Mantener las conductas saludables que tuvimos durante el año, por ejemplo la actividad física y la alimentación variada”, dice y destaca la importancia de descansar con un dato: dormir menos de 7 horas de manera crónica aumenta un 20% riesgo de infarto o ACV. Además, como instructor de Mindfullness, Giorgini destaca: “Tener presente que esta situación estresante es transitoria”. Llamado de atención La sensación de agotamiento y la irritabilidad ante tantas obligaciones son signos comunes que suelen alertarnos cuando el estrés de fin de año está afectándonos. Pero también la falta de atención y hasta las fallas en la memoria pueden ser síntomas del alto nivel de estrés que afrontamos en estas épocas. La Dra. María Roca, Coordinadora Científica de Fundación INECO y la Lic. Fernanda Giralt Font, Subdirectora del Departamento de Psicoterapia y Coordinadora del Programa de Bienestar de la entidad, puntualizaron que el estrés se manifiesta en distintos niveles. A nivel somático pueden aparecer dolores diversos, contracturas, tensión muscular, trastornos digestivos, disminución de las defensas, hipertensión, cansancio extremo, etc. A nivel emocional es frecuente que aparezca irritabilidad (disminuyendo la regulación emocional y el control de los impulsos por el desajuste que produce el desbalance ocupacional), insatisfacción, ira, fatiga, trastornos de ansiedad y del estado de ánimo. A nivel cognitivo puede haber disminución de la atención y la memoria, enlentecimiento de las funciones psíquicas superiores, bloqueos y problemas de rendimiento. A nivel conductual, las personas muy estresadas pueden tender a aislarse de familiares y amigos, conducir “temerariamente, incurrir en distintos tipos de abusos (trabajo, sustancias, medicamentos, alcohol, juego, comida, cigarrillo). Brindaron además algunas recetas puntuales para afrontar el estrés propio de estas semanas (ver aparte). Por su parte, el Dr. Giorgini indicó que suele repercutir más en las personas muy ansiosas, que tienen rasgos que se corresponden con personalidad tipo A, extremadamente autoexigente con ellos mismos y con los otros, que no soportan el fracaso. Además, los acontecimientos del período tienen impacto también en la personalidad tipo D, más depresivo. Todos destacan la importancia de consultar con un profesional cuando los recursos y las estrategias no parecen alcanzar para enfrentar los estresores. La mesa navideña Para quienes tienen la fortuna de contar con recursos económicos para el festejo, uno de los mayores desafíos si se busca el equilibrio en estas fechas de reuniones es comer y tomar sin excesos que perjudiquen nuestra salud. La Lic. Julieta Lupardo, nutricionista de Halitus Instituto Médico, da una serie de consejos para evitar que suba la balanza: respetar las comidas (los ayunos compensatorios no son buenos), comer la porción justa pre y post evento, incorporar verduras en la mesa navideña (contribuyen a evitar que se absorban grasas e hidratos de carbono), tomar con moderación (se puede comer con agua o limonada y elegir el alcohol para el brindis) y controlar lo dulce. “Si en líneas generales goza de buena salud, se puede comer un poco de más. Pero que el fin de año no se transforme en un momento para desbordarse”, sugiere el Dr. Julio Giorgini. Y comparte un tip que sintonizan con la cultura del Mindfulness: “Darme cuenta de cuánto voy a comer. Servirte la porción y no repetir”. Vacaciones en el horizonte Aunque parezca contradictorio, los preparativos para las vacaciones también pueden ser motivo de estrés. Desde INECO, la Lic. Giralt Font comparte una guía práctica para tomarse vacaciones. Entre los consejos que da la especialista se incluyen: dejar libre al menos un día antes y un día después de las vacaciones para no “salir con el último aliento”, dejar un reemplazo con la suficiente capacidad de decisión para que pueda manejarse con autonomía, no llevar la computadora, desactivar el mail laboral del teléfono, disminuir los estímulos negativos e incrementar los estímulos positivos que favorezcan el bienestar. “Realizar actividades que nos sumerjan en “flow”. Cuando hacemos algo que nos gusta, nos entusiasma y nos apasiona, fluimos, perdemos la noción del tiempo, del espacio, y hasta de nosotros mismos. En estado de alerta baja, nos involucramos con lo que hacemos. Disminuyen los niveles de ansiedad. Leer un libro, bailar, pescar, escuchar música, pintar mandalas, sacar fotos, pintar y dibujar, charlar, practicar deportes o jugar videojuegos, para cada uno es diferente lo que nos sumerje en flow”, explica. Y agrega: “Invertir tiempo en la construcción del bienestar puede

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Embriones en espera: hay más de 90 mil criopreservados en el país y crece el debate sobre qué hacer con los que no se utilizan

A nivel normativo hay un vacío que termina en judicializaciones y dificulta las prácticas. Si bien muchos pacientes los donan, otros no definen el destino y las clínicas no pueden, legalmente, tomar decisiones. Luego de realizar un tratamiento de reproducción asistida para tener a su tercer hijo, Natalia Duvo decidió, junto a su pareja, donar los dos embriones que no se implantaron en el procedimiento. “Me costó desprenderme, pero prefiero que pueda ayudar a otras parejas o mujeres que necesitan”. En su caso, podría decirse, el destino fue definido, concreto y feliz. Sin embargo, permanecen criopreservados miles que no fueron utilizados, ni donados, e incluso, en muchos casos, los pacientes dejan de hacerse cargo del mantenimiento y las clínicas no pueden tomar decisiones debido a la falta de legislación. El debate por la situación se intensificó en los últimos años. La aprobación de la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE), en diciembre de 2020, fue uno de los más recientes disparadores del tema. Es que, a nivel normativo hay un vacío que termina en judicializaciones y dificulta las prácticas. ¿Por cuánto tiempo los conservan los centros de fertilidad? ¿Qué pasa si se deja de pagar el mantenimiento? ¿Cómo se hace si quieren donarse? Cuántos embriones preservados hay en la Argentina De acuerdo con el relevamiento realizado por las legisladoras que impulsan el proyecto de “protección del embrión no implantado”, para otorgarle un marco legal, hacia 2013 había unos 50.000 embriones criopreservados. El mismo número ascendía a más de 90.000, y el 30% con más de 10 años. Una de las principales dificultades que siempre presentó el tema fue el debate ético que acarrea. Un embrión, que surge a partir de la combinación de los gametos femenino y masculino, tiene potencial para convertirse en un ser vivo. Por lo tanto, sin legislación vigente, el procedimiento es diferente al que se sigue con los óvulos o espermatozoides criopreservados. Los institutos de fertilidad tienen que generar convenios entre particulares, que habitualmente terminan en una judicialización. Criopreservación de embriones: en qué casos se realiza y cómo La preservación de embriones se efectúa como parte del proceso de la fecundación in vitro (tratamiento de reproducción asistida). “Normalmente, y debido a lo poco eficiente que es el sistema reproductivo humano, debe ponerse a fecundar mas de un óvulo en cada tratamiento. Esto tiene como consecuencia que frecuentemente se genere mas de un embrión”, explica el doctor Fernando Neuspiller, Presidente WeFIV, en diálogo con TN. “La consecuencia directa es que en algunos tratamientos queden embriones remanentes, los que deben ser criopreservados”, apunta. Según considera, también sucede en muchos casos que, en casos de parejas constituidas, lo hacen con el objetivo de preservar la fertilidad. “Otro de los motivos es la interrupción del tratamiento antes de la transferencia embrionaria debido a alguna razón médica o extra-médica”, apuntó. Sin embargo, aclaró que no siempre se obtiene en todos os tratamientos una mayor cantidad de embriones de los que se van a implantar. “Primero hay que aclarar que de cada 10 óvulos que se ponen a fecundar, solo 7 se fecundan y únicamente el 40% de ellos llega al estadio de blastocisto. De esta manera si a una mujer se le aspiran 5 óvulos, tiene posibilidades que solo se forme un embrión o en algunos casos, ninguno”, explicó Neuspiller. Solo en el instituto que lidera hay en la actualidad aproximadamente 2900 embriones criopreservados. De una situación similar da cuenta Sergio Pasqualini, médico ginecólogo y director de Halitus Instituto Médico, en donde, según sus cálculos, desde 1990 hasta ahora hay 9997 embriones congelados, que corresponden a 1945 pacientes. “Se mantienen a -196 grados. A esa temperatura, la actividad molecular es prácticamente nula, lo que significa que puede permanecer en esas condiciones durante mucho tiempo. El año pasado nació un bebe de un embrión que estuvo crioprerservado durante 27 años”, indicó a este medio. “Por lo tanto, se puede presumir que no hay un límite en el tiempo, y que no se afecta ni su vitalidad ni predispone a malformaciones a futuro. Es lo mismo 10 minutos que muchos años”, sostuvo. Dos técnicas de criopreservación Según detallaron los profesionales consultados, el procedimiento para llegar a la criopreservación no difiere demasiado del que se realiza para la vitrificación de óvulos. Las mujeres se realizan una serie de análisis clínicos y una vez que se obtuvieron los óvulos se avanza en el proceso de fertilización. “Existen dos técnicas de criopreservación: una lenta y otra rápida, conocida como vitrificación. La diferencia es que en la primera el descenso de la temperatura es gradual y en la segunda es brusco. En ambas se utilizan crioprotectores para evitar la cristalización de los embriones que afectaría su vitalidad”, detalló Pasqualini. “Doné los embriones porque quería hacer felices a otras parejas” Natalia, de 46 años, decidió que quería ser madre nuevamente a los 43. Junto a su pareja se inclinaron por iniciar un tratamiento tras varios intentos sin éxito. “Notaron que tenía baja reserva ovárica, algo normal por mi edad. Hice un tratamiento con mis óvulos y quedó uno solo, pero no funcionó”, relató a TN. “Me manejé siempre con la doctora Cecilia Bizzotto, con quien quedó un vínculo muy lindo, que me habló de la ovodonación. No dudé en ningún momento”, contó sobre el procedimiento al que recurrieron. “Se obtuvieron 8 ovocitos y quedaron 3 aptos para implantar: uno es mi hijo, que ahora tiene un año”. Como el embarazo avanzó tras el primer intento, los otros embriones se criopreservaron. “Bastante después de que nació mi hijo decidí donarlos porque no queremos tener más. Me costó un poco desprenderme a mí. A mi novio, no. Pero después pensé en que quiero que pueda ayudar a otras parejas o mujeres que lo necesitan”, se sinceró Natalia. “Eso me generó algo lindo porque es hacer felices a otros”, agregó. “Ademas yo hablaba con muchas mujeres que estaban haciendo tratamiento y les costaba. Pensé en ellas, en que tal vez ayude”, dijo. “Yo estoy a favor de la ovodonación

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