El estilo de vida poco saludable y la mala alimentación son los principales causales de las enfermedades crónicas no transmisibles, originadas por el proceso inflamatorio que estos factores generan en el organismo. Cómo y por qué puede verse afectada la capacidad reproductiva. Las enfermedades crónicas no transmisibles, por muy distintas que sean y con independencia de la parte del cuerpo en que se manifiesten, comparten un síntoma en común: la inflamación. Es el primer síntoma de la enfermedad, y si se quiere llegar a su origen, es imperioso poder determinar la causa. Coinciden los especialistas en que la forma en que vivimos, el ritmo de vida actual, los hábitos poco saludables, son la razón quizá más frecuente de la inflamación crónica. Al parecer, los factores predisponentes son los xenobióticos, tal el nombre que recibe una sustancia química que se encuentra dentro de un organismo, que no se produce naturalmente y que no debería estar, la dieta, la disbiosis intestinal, el estrés, y el sedentarismo, entre otros. En muchas ocasiones, no siempre, antes de la inflamación crónica tiene lugar una disfunción intestinal, que de corregirla prevendría, o por lo menos minimizaría, el problema. ¿Pero qué injerencia tiene todo esto en la capacidad reproductiva de las personas? Muchas de las enfermedades cardíacas, cáncer, diabetes, artritis, enfermedades autoinmunes, insomnio, depresión, asma, enfermedades de la piel, migrañas, y hasta la infertilidad pueden tener que ver con un intestino dañado o irritado. Puede incluso llegar a provocar envejecimiento prematuro. No hay que esperar a tener síntomas intestinales, todos pueden llegar a tener el intestino dañado en menor o mayor medida, aún sin síntomas, y poder llegar a sufrir las consecuencias, es fundamental la salud del intestino para la salud general. La alimentación es la clave. Las toxinas más comunes provienen de ella, aunque también se absorben a través de la piel y pulmones. La alimentación es la herramienta más poderosa para tratar los desequilibrios del cuerpo. Los sistemas y funciones están interconectados, lo que explica por qué, al recuperar el equilibrio, se consigue mejorar el funcionamiento del todo, incluso, el sistema reproductor. Entender a la alimentación como una buena medicina es el primer paso para resetear al cuerpo de manera física y emocional. Cuando se habla de intestino se incluye la pared intestinal, el tejido linfático asociado, el sistema nervioso y la flora intestinal, o sea la microbiota. Para comprender la importancia del aparato digestivo en la salud general, es bueno saber que el sistema nervioso asociado al intestino es de tal magnitud que es considerado el segundo cerebro, así como lo es la microbiota, que es diez veces más numerosa en cantidad que las células que conforman el cuerpo humano. Está el 80% ubicada en el interior del tubo digestivo y el resto en otros órganos como pulmones, piel, vagina, cavidad endometrial, ojos, etc. El funcionamiento del intestino tiene un efecto directo e indirecto sobre todas las células del cuerpo. Cuando está irritado o dañado aumenta su permeabilidad y pasan moléculas que no deberían hacerlo, que generan reacciones nerviosas, inmunológicas y hormonales que se pueden traducir en distintas enfermedades con el común denominador que es la inflamación. Así es que la reparación del intestino puede resolver o mejorar muchas de las enfermedades crónicas y de problemas agudos. El intestino es la parte del cuerpo que más sufre a causa del estilo de vida que vivimos. El intestino dañado puede no estar provocando disfunción intestinal, pero puede estar ‘incubando’ enfermedades del futuro. De la misma manera la inflamación precede a la aparición de síntomas,es por esto que la reparación del intestino previene y colabora para mantener la salud y enlentecer el deterioro producto del paso del tiempo. Reparación que se puede lograr por medio de los hábitos saludables. La inflamación y su relación con la fertilidad Los ovarios y los testículos son los órganos, quizás, más sensibles del cuerpo. Ejemplo de ello es el efecto de la quimioterapia en los tratamientos oncológicos, en los que la función que con mayor frecuencia queda afectada, es la reproductiva. La disfunción intestinal con el consiguiente aumento de la permeabilidad, deja pasar moléculas que no deberían y puede generar reacciones de autoinmunidad o de otra índole como el hipotiroidismo de Hashimoto en el que el organismo genera anticuerpos que atacan a la glándula tiroidea y éstos, por reactividad cruzada, pueden atacar a los ovarios, a los testículos o a otros órganos. Lo mismo puede ocurrir en la enfermedad celíaca en la que el gluten genera una reacción de autoinmunidad en la que se afecta los enterocitos que son las células que recubren el interior de la pared intestinal -agregó-. Esto genera aumento de la permeabilidad y otras reacciones de distinta índole. También inflamación sistémica, lo que puede afectar la fertilidad por la misma inflamación o por reactividad cruzada de los anticuerpos generados. La disbiosis -o desequilibrio de la flora microbiana- puede ser otro causal de aumento de la permeabilidad intestinal con las consecuencias que ello puede generar. Estos cambios producto de la inflamación sistémica pueden llegar a repercutir, por la misma inflamación, en la microbiota de los distintos órganos, como el vaginal y el de la cavidad uterina, y afectar así a la fertilidad. Por ejemplo – si se afecta la microbiota a nivel de la cavidad del útero, también puede hacerlo la receptividad endometrial y ser causa de fallas de implantación, de abortos recurrentes y hasta de otras patologías del embarazo más avanzado. La microbiota de los distintos órganos pueden estar afectadas por disbiosis locales y no ser consecuencia de la alteración a nivel de la disfunción y de la microbiota intestinal, pero dada la interrelación entre todos los sistemas que conforman el cuerpo humano es que tenemos que pensar en la parte y en el todo y actuar en consecuencia. Entender y reparar el intestino es la base para mejorar el desequilibrio y se traducirá en beneficio en cuanto al mejor funcionamiento del organismo, incluido el aparato reproductor. Entender cómo influyen la dieta y el estilo