Nombre del autor:Fundación REPRO

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Salud de la Mujer: chequeos y consultas a cada edad

Una guía con las recomendaciones y estudios adecuados en las distintas etapas. Prevención. Ese es uno de los conceptos clave en la medicina y, para ponerlo en práctica, los especialistas sugieren algunas recomendaciones para cada etapa de la mujer. Los chequeos son importantes. Pero mantener una buena salud va mucho más allá de un estudio de rutina. A veces es más adecuado el diálogo con un profesional de confianza. Además, gran parte del cuidado de la salud se da fuera de los consultorios y tiene que ver con buenos hábitos”, resume la doctora Karin Kopitowski Al mismo tiempo y teniendo en cuenta esta visión, los exámenes ginecológicos y clínicos sobre cuestiones relacionadas con el crecimiento o los riesgos más frecuentes a cada etapa o según la historia clínica personal no pueden faltar. En la pubertad La consulta pediátrica o con un especialista en adolescentes servirá para chequear el control de peso, la talla y el desarrollo de los caracteres sexuales. “Si se reconoce alguna alteración o ante la aparición de flujo, vulvitis o de irregularidades menstruales, será adecuada la primera consulta con una ginecóloga especialista en adolescentes”, explica la doctora María Elisa Moltoni, ginecóloga A la vez, este encuentro servirá para abrir el diálogo sobre educación sexual. Durante la adolescencia El punto fundamental: una charla con un especialista en ginecología infanto- juvenil “sobre relaciones sexuales, métodos anticonceptivos y demás cuidados”, agrega Moltoni. Estar cerca de ellos y hablar “sobre el consumo problemático de sustancias” y conductas de riesgo, agrega Kopitowski, son también cuestiones fundamentales. Entre los 20 y los 40 “El chequeo básico de una mujer en edad reproductiva, sin patologías o antecedentes familiares relacionados consiste en un Papanicolau, una colposcopía -permite ver con aumento el cuello y la vagina-, un examen pelviano por palpación, una ecografía ginecológica para evaluar ovarios y la ecografía mamaria o mamografía”, resume el doctor Sergio Pasqualini. La rutina básica es anual. Aunque, la periodicidad de determinados estudios cambiará de acuerdo a las características personales, la historia y el examen clínico y los antecedentes familiares. A partir de los 30, “si la paciente no tuvo hijos, el ginecólogo podrá sugerir o informar sobre las alternativas de planificación reproductiva”, completa Pasqualini. El embarazo es un capítulo aparte. “Si bien los controles varían de acuerdo a cada gestación y cada mujer, el control mínimo es una vez al mes hasta las 32 semanas y luego, con intervalos más cortos y hasta semanales”, explica el doctor Ignacio Pérez Tomasone A partir de los 40 Los controles anuales -o más asiduos, según el caso- continúan y, de acuerdo a los ciclos propios de cada una, comienzan a evaluarse los síntomas relacionados con el climaterio. “Luego de los 50, se suma una densitometría ósea para chequear el nivel de calcio en los huesos y prevenir o tratar la osteoporosis”, dice Pasqualini. A cada edad, el chequeo clínico es otro de los pilares fundamentales. “El encuentro una vez al año con un médico de familia servirá para que éste determine los factores de riesgo de cada persona y la mejor prevención”, completa Karin Kopitowski. En esta consulta, la salud cardiovascular debe estar presente. “Hasta hace relativamente poco tiempo, no se tenía en cuenta el riesgo cardiovascular en la mujer y las últimas estadísticas indican que no hay diferencias significativas en la mortalidad por enfermedades de este tipo entre el hombre y la mujer. ”, expresó la doctora Ana Paula Mollón, cardioangióloga intervencionista. Por tal motivo, “las mujeres deben realizarse adecuados controles cardiovasculares con la misma frecuencia que las consultas ginecológicas. Aprendimos a prevenir el cáncer de mama y de útero. Pero es una asignatura pendientes cuidar nuestro corazón”, remarcó la doctora María Celia Bayón, cardioangióloga intervencionista.

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Día Internacional de la Mujer: planificación reproductiva, una manera de empoderarte

Los avances científicos facilitaron a la mujer el momento de elegir ser madre en contextos menos tradicionales que la familia tipo de otras épocas. Hoy una mujer puede ser madre, aunque no esté en pareja o lo esté con otra mujer. Hoy se celebra un nuevo Día de la mujer y este año las Naciones Unidas decidieron orientarlo bajo el lema “Mujeres líderes: Por un futuro igualitario en el mundo del Covid-19\”. Las mujeres se encuentran en la primera línea de la crisis de la Covid-19 como trabajadoras de la salud, cuidadoras, innovadoras y organizadoras comunitarias. También se encuentran entre las y los líderes nacionales más ejemplares y eficaces en la lucha contra la pandemia. La crisis ha puesto de relieve tanto la importancia fundamental de las contribuciones de las mujeres como las cargas desproporcionadas que soportan. Así como las mujeres van dando pelea y conquistan nuevos espacios, la ciencia se preocupa por dar respuesta a eso. Sería importante que las leyes también puedan acompañar. Porque, si bien es cierto que la ciencia avanzó mucho en relación a las conquistas de la mujer y facilita la toma de ciertas decisiones, es igual de cierto, que no todas las mujeres tienen las mismas posibilidades ni recursos para acceder a lo que la ciencia ofrece. Es ahí donde el estado debe ayudar y asistir. ¿Qué es lo que viene a paliar el avance de la ciencia? Crecer en lo profesional, fructificarse en logros y conquistas personales, es para muchas mujeres \”la expresión de la fertilidad\”. En la actualidad, eligen asumir responsabilidades más sociales que familiares, donde la maternidad es una elección. Entonces, ¿qué es eso que la ciencia ofrece para empoderarlas? La anticoncepción En los \’60s la píldora anticonceptiva permitió una libertad nunca antes experimentada. La mujer podía disfrutar de su sexualidad plenamente al tiempo que elegía no estar embarazada. Por aquellos años, Gregory Pincus y John Rock, lograron crear la píldora que, utilizando progesterona, evitaba la ovulación y por lo tanto impedía la concepción. Más allá de los mitos sobre sus efectos secundarios, sobre todo relacionados con aquellas primeras píldoras, es uno de los métodos anticonceptivos más utilizados por estos días porque las dosis son bajas y, además, vienen con algunos otros beneficios –previene acné, endometriosis, etc-. Todo esto permite que hoy una mujer pueda posponer el momento de buscar la concepción ya sea por razones, laborales, sociales o de salud. Sin embargo, esta situación presenta también una desventaja, cada vez con mayor frecuencia se retrasa la búsqueda de un embarazo llevando a que el principal problema de salud reproductiva de este siglo sea la llegada tardía de la mujer al nacimiento de su primer hijo. ¿Qué posibilidades brinda la vitrificación? Es una excelente respuesta que la ciencia da a estas necesidades personales, económicas y/o culturales. Aquellas mujeres en edad fértil que sepan que su decisión es postergar la llegada de su primer hijo, pueden recurrir a esta técnica. El beneficio es que se conservan los óvulos de la \”edad\” del momento en que se congelaron, por lo que la mujer puede decidir ser madre a las 40 pero con sus óvulos de cuando tenía 32, por ejemplo. El procedimiento consiste en estimular los ovarios con hormonas para que se produzcan varios óvulos –la cantidad dependerá de la capacidad de respuesta del ovario-, luego se aspiran los folículos que contienen los óvulos y se congelan para su conservación. La técnica utilizada es la vitrificación que es la variante de congelamiento con descenso brusco de la temperatura y que permite lograr muy buenos resultados al descongelarlos. Los avances científicos también facilitaron el momento de elegir ser madre en contextos menos tradicionales que la familia tipo de otras épocas. Hoy una mujer puede ser madre, aunque no esté en pareja o lo esté con otra mujer.

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El deseo de querer ser mamá en pleno diagnóstico de cáncer de mama

Magalí Stawera se enteró de que padecía, por segunda vez, cáncer de mama, en el mismo instante en el que su deseo era agrandar la familia. Lejos de posponer su sueño, la joven volvió a \”conectarse con la vida”. Su testimonio Magalí Stawera siempre tuvo algo en claro: quería formar una familia, grande o chica pero quería tener hijos. Sin embargo, a sus 33 años, con una hija ya nacida y en un control médico le dieron el peor de los diagnósticos: tenía cáncer de mama. “Me encontraron unas microcalcificaciones que eran malas y me diagnosticaron cáncer de mama. Hice rayos, me operaron y tuve la indicación de hacer rayos por tres años más. Cuando finalmente tuve el alta, seguí con controles y 4 años más tarde me aparecieron otras microcalcificaciones en la otra mama. Fue algo tremendo porque yo tenía muchas ganas de ser madre en ese momento. Fue un baldazo de agua fría”, comentó a este medio Magalí. Con el diagnostico en mano, Magalí sabía que debía poner en pausa su deseo de ser madre nuevamente: “Lo primero que pensé fue que definitivamente no iba a poder ser mamá después, ya que mi primera hija tenía en ese momento seis años y cada vez sentía que se iba alejando más y más”. Las cifras no acompañaban el deseo de Magalí, porque, si bien muchas mujeres pueden quedar embarazadas, puede ser difícil por el tratamiento oncológico realizado como la quimioterapia. Las estadísticas indican que estas pacientes tienen la menor tasa de embarazo, con una reducción del 67% de chances de tener un bebé si no preservan la fertilidad en comparación con la población general. “En ese momento el tratamiento era distinto al de mi primer cáncer porque el tumor había cambiado. Tenía características diferentes y era un tratamiento más agresivo, entonces lo primero que pensé fue que tenía que encontrar ayuda para poder congelar mis óvulos o encontrar la manera de ser mamá. Pedí un turno en un centro de fertilidad y salí muy angustiada, el médico que me atendió me dijo que sea prudente y que espere a que termine mi tratamiento. No podía concebir esa idea y seguí buscando opiniones”, enfatizó Stawera. Se acercaba agosto. Magalí sabía que empezaba su tratamiento luego de las vacaciones de invierno de su hija y que eso significaba que se venía un período difícil: “No me podía sacar la idea de la cabeza. Yo quería ser mamá de nuevo, así que volví a insistir en una clínica de fertilidad, esta vez en Halitus Instituto Médico. Una vez que me atendió una médica llamó a otros profesionales y entre todos me decían que ya estaba para arrancar el tratamiento. Yo no entendía nada de lo que estaba pasando, porque obvio había un costo económico y el médico a cargo fue muy claro ‘no importa eso en este momento, vos no te preocupes. Esto hay que hacerlo ahora’. En ese momento en el que estaba en la tristeza más profunda fue volver a conectar con la vida y tener la confirmación de que cuando todo esto terminara yo iba a volver a ser mamá”. Tras la primera visita, los quince días que le siguieron Magalí los describe como volver a conectar con la vida: “Era el cumple de mi hija y yo me acuerdo estar en el baño inyectándome, todo una locura. Finalmente llegó el día en el que me sacaron 12 óvulos. Para mí tener los óvulos era algo seguro, yo no sabía que iba a pasar en un futuro y eso me llevaba un poco de tranquilidad y hasta me daba fuerzas para seguir”. El procedimiento para congelar óvulos consiste en estimular los ovarios con hormonas para que se produzcan varios óvulos –la cantidad dependerá de la capacidad de respuesta del ovario-, luego se aspiran los folículos que contienen los óvulos y se congelan para su conservación. “En el medio empecé mi tratamiento del cáncer, lo termine, todo salió muy bien y volvió el deseo de quedarme embarazada. Mis médicos del instituto eran partidarios de intentarlo naturalmente antes de comenzar con el tratamiento. Y cuando estaba a punto de ir a la clínica para empezar el tratamiento, le dije a mi marido que me iba a hacer un test por las dudas porque tenía dos días de atraso. Y dio positivo, estaba embarazada y no podía más de alegría”, comentó emocionada Magalí. Y es que a pesar de tener esos dos días de atraso, la futura mamá pensaba que era su cabeza que le estaba jugando una mala pasada: “Fue una alegría enorme, no lo podíamos creer, fue realmente impactante y alentador. A pesar de no haber usado mis óvulos eso me ayudó a salir adelante, a saber que hay opciones para los que padecemos cáncer y queremos seguir agrandando la familia en medio de una tormenta”. “Hay un montón de gente que está para ayudarte e informarte porque no se suele hablar mucho de maternidad y cáncer. Hay un montón de historias similares y para mí lo más importante era hacerles saber a todos los que me acompañaron en ese momento que estaba embarazada. Lo primero que hice fue llamar a la enfermera que me atendía en quimioterapia, lloramos de felicidad. Para mí es muy importante hacerles saber que cada vez que se crucen con una mujer que tenga ese deseo tenga una luz de esperanza porque sí se puede, hay que intentar todo y siempre buscar una segunda opción, no bajar los brazos”, enfatizó la mujer. En plena pandemia, Magalí se convirtió en mamá por segunda vez de una bebé a la que llamo Jazmín: “No lo hubiéramos imaginado en este contexto, pero estamos muy felices. Hoy ella tiene seis meses y es hermosa. Estamos preparados para esto, uno no lo sabe pero siempre podemos\”.

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Cáncer y fertilidad: la preservación, una esperanza luego de superar la enfermedad

Debido a que los tratamientos oncológicos afectarán, de forma parcial o definitiva, la capacidad reproductiva, hoy por hoy es fundamental el rol de la medicina reproductiva y sus distintas técnicas, que ayudan en la posibilidad de concebir una vez superada la enfermedad. Cada 4 de febrero, se conmemora el Día Mundial de Lucha contra el Cáncer, una fecha impulsada por organizaciones internacionales que tiene por objetivo promover la concientización sobre la importancia de la prevención, la detección temprana y los controles y cuidados necesarios para incrementar la tasa de curación y supervivencia. En la Argentina, la incidencia de enfermedades oncológicas es media-alta, con 217 casos nuevos por año cada 100 mil habitantes, según datos de la Agencia Internacional de Investigación sobre Cáncer. En este contexto, conocer la influencia del cáncer en la fertilidad será clave para que quienes atraviesen una patología de este tipo y quieran convertirse en padres conozcan las alternativas disponibles. Son varios tipos de cáncer los que pueden prevenirse, mientras que otros pueden detectarse de manera temprana, lo que favorece las posibilidades de curación. Entre ellos, mama, cuello de útero, colon, pulmón, próstata y piel. El diagnóstico temprano y el avance de las terapias han mejorado en gran medida la tasa de supervivencia de los pacientes con cáncer. De hecho, la mortalidad general atribuida al cáncer en las mujeres ha disminuido en un 1,5% por año en los últimos 5 años. En consecuencia, hay un número creciente de mujeres jóvenes y hombres sobrevivientes al cáncer. Según un estudio publicado en Supoortive Care Cancer (2016), un tercio de mujeres mayores de 30 años refieren que les hubiera gustado tener una consulta antes del tratamiento. El 73% de las mujeres adolescentes y adultos jóvenes dicen no haber recibido información acerca de preservación. Una de las principales preocupaciones para los sobrevivientes de cáncer femenino es la fertilidad. Los problemas de fertilidad son consecuencia de los tratamientos y pueden tener efectos devastadores en la calidad de vida de los pacientes oncológicos jóvenes que no tuvieron la oportunidad de formar una familia antes de su diagnóstico. Para los sobrevivientes, que aún no completaron los deseos de paternidad, la infertilidad es una preocupación mayor y persistente que puede agregar estrés a largo plazo. El 44,1% de las mujeres que preservaron fertilidad manifestaron seguridad y el 23,5% esperanza, refirieron que les dio paz durante el tratamiento oncológico y contribuyó a su calidad de vida. El 82% respondió que los principales desafíos fueron el tiempo y las cuestiones financieras. Pero, ¿qué es y cómo se preserva la fertilidad? “Es una rama de la medicina reproductiva creada para dar respuesta a personas que deben someterse a procedimientos médicos que afectarán su fertilidad. Hoy, además, se suman los factores sociales”, comentó la doctora Carlota Lucini, coordinadora del programa de Oncofertilidad de Fundación Repro. En el caso particular de pacientes con cáncer, de acuerdo a la especialista, lo fundamental es trabajar en equipo con el oncólogo para evaluar los efectos y las dosis de las drogas sobre el sistema reproductivo y así decidir cuál es la mejor opción en cada caso en particular. La preservación de la fertilidad, una esperanza luego de superar el cáncer Debido a que el tratamiento afectará, de forma parcial o definitiva, su capacidad reproductiva, hoy por hoy es fundamental el rol de la medicina reproductiva y sus distintas técnicas, que ayudan en la posibilidad de concebir una vez superada la enfermedad. Para ello, es esencial que los profesionales de la salud especializados en oncología den a conocer en el momento indicado la posibilidad de preservar la fertilidad a sus pacientes. Esta garantía de poder concebir a futuro puede mejorar su estado emocional y calidad de vida posteriormente. Transitar la enfermedad con esa esperanza les brinda una fuerza única para lograr superarla, dándoles la oportunidad de proyectar un bebé en el futuro. “Cuando recibimos un paciente oncológico analizamos las mejores opciones y alternativas más viables de acuerdo a su diagnóstico, personalizando el tratamiento para conservar sus gametos. Asimismo, trabajamos en colaboración interdisciplinaria con los distintos especialistas para que el paciente reciba la atención necesaria con la mayor rapidez posible. Estudios científicos recientes han demostrado que es posible iniciar la estimulación de la ovulación en cualquier momento del ciclo, por ello podemos realizar la preservación sin retrasar el tratamiento oncológico”, sostuvo el médico especialista en fertilidad, Fernando Neuspiller, director de IVI Buenos Aires. Actualmente, existen diversas técnicas de preservación de fertilidad. En el caso de las mujeres, las más aplicadas son la vitrificación de ovocitos (congelación de los ovocitos) y la congelación de la corteza ovárica, para ser trasplantada una vez superada la enfermedad (se realiza en aquellos casos que deben iniciar de inmediato el tratamiento de quimioterapia o radioterapia, donde la estimulación ovárica no estaría recomendada así como en casos de niñas pre púberes). En cuanto a los hombres, se utilizan técnicas como la criopreservación o congelación de espermatozoides o la criopreservación de tejido testicular. Es importante que tanto pacientes como profesionales estén al tanto y tengan en cuenta la existencia de estos tratamientos, sobre todo porque generan una esperanza y una razón más para luchar contra esta dura enfermedad.

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El cáncer, en primera persona “Me pude dar el lujo de curarme, volver a ser padre y rearmar una familia”

Si existe palabra con connotación negativa es “cáncer”. Sin embargo, el testimonio de quienes vivieron para contarla puede resultar de gran ayuda para quien atraviesa por ese momento. La historia de Leandro, un sobreviviente Tenía 29 años, una hija de un año y medio, una mujer y su trabajo soñado. Era (es) productor televisivo y venía de grabar en Francia Fort Boyard, un programa que fue éxito en la televisión argentina. Corría el año 1999 cuando Leandro Santagada (48) se disponía a subirse a un nuevo avión en busca de más aventuras: iba a estar a cargo de la producción de Expedición Robinson (otro ciclo que llegaría a triunfar en la pantalla de canal 13). Pero no pudo ser posible. Un bulto en un testículo, que resultó ser un carcinoma, cambió sus planes por los de una cirugía en la que los médicos aseguraron haber “limpiado todo”, y a la que en enero de 2000 -vaya manera de empezar el nuevo milenio- le siguieron ecografías por dolores abdominales y la confirmación que nadie quería escuchar: había metástasis en pulmón y ganglios y urgía comenzar un tratamiento oncológico. Lo que comenzó con una consulta al urólogo terminó con una derivación a Oncología. El panorama cambió radicalmente. Leandro tenía cáncer, estaba confirmado. Ya no era un carcinoma que se mandaba a analizar. Tenía que empezar inmediatamente un tratamiento de quimioterapia. Así se lo dijo Guadalupe Pallotta, la médica oncóloga del Hospital Italiano que lo recibió y de quien hoy se declara casi devoto. “Yo siempre digo que soy ‘Pallotta fan’”, bromeó el hombre durante una entrevista telefónica con Infobae. En el comienzo de la charla que duró más de 40 minutos y con la serenidad propia que da la distancia temporal con lo que le pasó, pero que también adquirió durante ese duro trance, Leandro contó que nunca pensó que se iba a morir. “Jamás me deprimí. Mi ex mujer y mi mamá fueron quienes me dieron la noticia y estaban mal; yo lo único que pensaba era que me tenía que sacar esto de encima porque tenía muchas cosas que hacer, tenía programas al aire”. Por negador, workaholic, inconsciente o vaya a saber qué don innato traído de fábrica, el hombre nunca pensó que algo pudiera salir mal. Aun cuando el panorama no era para nada alentador. La médica le explicó que había que empezar el tratamiento lo antes posible y que iba a ser muy duro porque había que atacar a la enfermedad con la misma inclemencia que ella se estaba comportando. “Me dijo que había pequeño porcentaje de éxito sobre el que había que trabajar y la ‘buena noticia’ es que había medicación para darme”, recordó Leandro. Y que hubiera tratamiento para él no era algo menor. Su papá había fallecido cuando él tenía 16 años por un cáncer de páncreas contra el que médicamente nada se pudo hacer. “En cuatro meses mi papá se murió y sólo podíamos paliarle el dolor; a mí, saber que podía pelearla me dio más fuerza. Si me daban un 1% de probabilidades de curarme yo agarraba viaje”, reconoció. Hubo un detalle nada menor que fue lo que tal vez -piensa hoy- le dio más fuerzas y es que la oncóloga, antes de empezar el tratamiento, le preguntó si tenía hijos y le habló de la posibilidad de la criopreservación como alternativa para volver a ser padre si en el futuro así lo deseaba, ya que la toxicidad de las drogas que usarían para detener al cáncer le impediría lograrlo por las vías naturales. “Ella me estaba hablando de vida, de la posibilidad de volver a ser padre en un momento donde el común de la gente piensa en la muerte”, evocó Leandro y contó: “Me acuerdo que me interné en el sector de Oncología del Italiano y esa misma mañana mi hermano llevó mi muestra para criopreservar, no lo dudé”. A pesar de haber estado siempre al tanto de su cuadro, él nunca pensó que algo malo podía pasarle. “El diagnóstico era complicado y de hecho yo veía que había otras personas que se hacían la quimioterapia de manera ambulatoria, mientras que a mí me internaban una semana”. El “descanso” entre sesión y sesión era de 15 días, en los que los malestares se multiplicaban y la debilidad era total. No llegaba a recuperarse que ya tocaba otra semana internado (cuando no volvía a “caer” en el medio por alguna febrícula o indisposición que había que controlar). Los kilos se le escurrieron como arena entre los dedos, llegó a perder 20 en total. \”Fue muy duro, pero el equipo médico me daba una tranquilidad absoluta\”, aseguró Leandro, quien cumplió cada ciclo de quimio con una entereza que ni él sabía que tenía. “Tuve altos y bajos, lo bueno es que en un momento empecé a responder al tratamiento, sabía que tenía que pasar por todo eso para curarme”, evocó sobre un proceso que lo tuvo desde febrero hasta julio bajo ese sistema de internación semanal y altas que cada vez duraban menos. “Me acuerdo que en junio quise salir porque era el Día del Padre y me dejaron con la condición de que si tenía alguna hemorragia volviera (por esa época solía sangrarle la nariz y había que controlar que no fuera producto de un sangrado interno más severo). Y no sólo tuve que volver sino que ese fue el momento más duro de toda la enfermedad”, relató Leandro. “El cuerpo no daba más por lo agresivo que estaba siendo el tratamiento, fue el momento más duro e incluso le dijeron a mi familia que mi pronóstico era muy reservado”. Esa salida para pasar con su familia el Día del Padre denotaba el único motivo que lo hacía flaquear: su hija. “Lo único que me hacía aflojar era la idea de dejarla a mi nena. Era muy chiquita, y como había empezado a ir a un jardincito no podía verla mucho para evitar que me contagie algo”. “Ella por suerte casi

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Congelar óvulos: experiencia en primera persona y lo que debés saber

¿Hasta qué edad se recomienda? ¿Se corre algún riesgo? ¿Cualquier mujer puede congelar sus óvulos? Aquí, una historia personal y lo que tenés que saber. El congelamiento de óvulos es un procedimiento que suena cada vez más fuerte en un contexto de significativos cambios sociales que muchas veces derivan, entre otras cosas, en la postergación de la maternidad. En medio de la popularización de esta técnica, resulta aconsejable informarse de todos los detalles antes de encarar este tratamiento: ¿hasta qué edad se recomienda?, ¿se corre algún riesgo?, ¿cualquier mujer puede congelar sus óvulos? En primera persona En marzo de este año, la artista Natalie Pérez fue internada por una hemorragia interna, una complicación tras congelar óvulos. Más recientemente, la conductora, creadora de Chicas Guapas e influencer Lucía Ugarte sufrió una grave infección en un ovario tras realizar el procedimiento. Su caso se conoció luego de que ella misma lo diera a conocer e igualmente recomendara hacer el congelamiento. Los especialistas dan tranquilidad y aseguran que el procedimiento es de bajo riesgo y que este tipo de complicaciones se da de manera muy esporádica. “Lucia tuvo una infección en uno de sus ovarios. Esta situación es sumamente infrecuente, 1 en 1000 pacientes. Todo procedimiento tiene sus complicaciones, lo importante es estar alerta a las señales que nos da el cuerpo y actuar con rapidez”, dijo el doctor Patricio Rosas, médico especialista en medicina reproductiva y cirugía endoscópica que atendió a la conductora tras las complicaciones (el procedimiento inicial se realizó en otro centro de salud, a cargo de otros profesionales). Ugarte relató que el día del proceso salió bastante dolorida, cuestión que tardó una semana en desaparecer. Sin embargo, tres semanas después el dolor fue mucho más significativo. Varias consultas después, el diagnóstico fue preciso. “Cuando llegué a la guardia decidieron hacerme una operación de urgencia, y me alertaron antes de entrar que podían llegar a extraerme un ovario si lo veían rotado y funcionando mal”, rememoró la influencer. Afortunadamente, el resultado de la cirugía fue exitoso: “Al despertarme me dijeron que no llegaron a extraerme un órgano porque lo que encontraron fue una tremenda infección en todo mi abdomen”. Más allá de todas las complicaciones, Lucía no se arrepiente de su decisión. “El congelamiento de óvulos es una oportunidad de maternidad planificada que tenemos las mujeres”, sostuvo Ugarte. Cómo es el procedimiento para congelar óvulos En general, la mujer todos los meses ovula un sólo óvulo. Para poder realizar el procedimiento, los primeros días, a través de la intervención se reclutan muchos. Donde naturalmente se produce uno, para el procedimiento se necesitan alrededor de una decena. Así explican los doctores Sergio Pasqualini y Fernando Neuspiller especialistas en Medicina Reproductiva. Se estimulan los ovarios con medicación para hacer crecer folículos que normalmente se hubieran atrofiado; y se sigue su crecimiento a través de ecografías. Ese proceso dura en promedio 10 días. Alrededor del día 13 del ciclo, cuando los folículos llegan al estadio preovulatorio;una vez maduros y 36 horas después de la última inyección, la paciente entra a quirófano. Se la seda, y en una ecografía transvaginal se punzan los ovarios uno por uno. Se aspiran los folículos para obtener los óvulos y se envían al laboratorio donde se seleccionan los maduros para congelar. ​Donde se produjo la punción, se forma un coágulo. Para punzar, se utiliza el mismo transductor que se utiliza en las ecografías transvaginales, pero con una aguja adosada. Es la misma punción que se realiza para los tratamientos de fertilidad de alta complejidad. «Durante este trabajo se pueden llegar a punzar vasos sanguíneos más o menos grandes. Es común ver un poco de líquido, que es sangre envuelta en la pelvis, producto mismo de la punción. Esto suele autolimitarse. En vasos sanguíneos más grandes o con mujeres que no tienen buena coagulación, puede existir más sangre y mayor molestia», explica el doctor Pasqualini. El director de Halitus cuenta que, en algunos casos, la mujer puede quedar internada por control. «Si el sangrado es excesivo, se realiza una laparoscopía donde con lavado de solución fisiológica deja de sangrar, o en los casos más complejos se realiza una cauterización. No siempre el sangrado significa una intervención quirúrgica». Posibles complicaciones del congelamiento de óvulos A pesar del caso de Ugarte, Rosas aseveró que “es un procedimiento seguro” donde, a través de la ecografía, se observa todo el tiempo el recorrido de la aguja de punción. “Pero como toda intervención los riesgos existen”, aclaró. Entre las complicaciones figuran el sangrado, la infección, el síndrome de hiperestimulación y la punción no intencional de los órganos vecinos (ambas en menos del 1% de los casos). Según Pasqualini, el sangrado es inmediato pos punción o al día siguiente, en cambio, la infección puede presentarse en el transcurso de los días. En los casos de las hiperestimulaciones, por una respuesta excesiva de los ovarios, se junta con el paso de los días líquido en el abdomen (citrino). En la mayoría de los casos, las mujeres que tuvieron complicaciones quedan en reposo y no es necesario hacer nada más. «Una proporción mínima debe someterse a una laparoscopía, donde se aspira la poquita sangre que hay en la panza, y se coagula el lugar del ovario donde está sangrando. A las horas, la mujer puede continuar con un reposo de 48 horas en su casa y normalmente», cuenta Newspiller. Congelamiento de óvulos: cuándo hacerlo La edad recomendada para congelar los óvulos es antes de los 35 años, para cualquier mujer. “El momento ideal, como digo siempre, es lo antes posible. La reserva ovárica, que es la cantidad de óvulos que somos capaces de obtener, disminuye con el paso de los años”, afirmó Rosas. Según Neuspiller  -quienes desde su cuenta de IG el lunes 21 a las 18 harán una clase de meditación online y gratuita para embarazadas-, la práctica no está indicada en general para las mujeres que tienen muy poca reserva ovárica, debido a que sería necesario repetir la punción muchas veces para generar un

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Seis razones por las que preservar la fertilidad en hombres

Mucho se insiste en la importancia de la preservación de la fertilidad en la mujer; debido a la corta vida útil de los ovarios. Pero ¿qué pasa con la fertilidad del hombre?, ¿por qué poco se habla de las problemáticas que pueden acecharla?. La falla reproductiva en el hombre en general es silenciosa y la forma de evaluarlo es simple: un espermograma que mide la cantidad, movilidad y morfología de los espermatozoides. Este estudio hecho temprano, dará la pauta de si existe algún valor alterado. ¿Por qué conviene criopreservar semen? 1) El declinar de la fertilidad. Si bien está instalada la idea de la «longevidad reproductiva» en el hombre, la realidad demuestra que esto no siempre es así. El paso de los años no es gratuito, existe un declinar que es inexorable, que varía en cada caso y está determinado por la genética e influido por los hábitos de vida. 2) Un espermograma bueno no es garantía. Si le realizamos un espermograma, por ejemplo, a 100 hombres a los 30 años y se los repetimos a los 35, vamos a encontrar en algunos casos una disminución de los valores en distintos grados, que pueden llegar a ser alarmantes. Es decir, este estudio es solo una foto de un proceso dinámico. 3) Un bebé, un hijo, sano. Es cierto que un hombre mayor puede embarazar si su espermograma es «aceptable», pero también puede llegar a trasmitir a su descendencia problemas de salud relacionados con la afectación de sus espermatozoides, producto de la edad. Problemas que pueden no estar manifiestos al momento de nacer y hacerlo en el transcurso de la vida. Esto no significa desaconsejar la búsqueda del embarazo, en caso de ser posible, sino asesorar en cuanto a los potenciales riesgos. 4) Es un procedimiento fácil, y poco costoso. A diferencia de la vitrificación de óvulos en la mujer, en la que hay que estimular los ovarios, punzar y aspirar los folículos para obtener los óvulos, en el hombre solo se requiere una muestra de semen, obtenida en general, por masturbación. Los espermatozoides son millones y mucho más pequeños que los óvulos, lo que hace que la criopreservación sea más simple y efectiva. 5) Si sabemos que la fertilidad está en juego Hay situaciones, patologías o tratamientos que sabemos que pueden afectar la fertilidad en el hombre. Ejemplos de ello son: cuando se detecta una alteración en su espermograma y por lo tanto se espera una pérdida a futuro que pueda complicar aún más sus posibilidades; cuando va a ser sometido a un tratamiento que va afectar a su fertilidad, como por ejemplo recibir quimioterapia, en general, a raíz de una enfermedad oncológica. 6) Si realizó un tratamiento de fertilización asistida por factor masculino, y este fue exitoso. Porque si desea tener otro hijo en el futuro; es de esperar que la calidad de los espermatozoides no sea la misma, sin poder saber de antemano en qué medida. La criopreservación de óvulos y de espermatozoides; es la respuesta que tiene la ciencia para detener de alguna manera el paso del tiempo en lo que respecta a la fertilidad. La vitrificación de óvulos se realiza cada vez con mayor frecuencia; y se espera que suceda lo mismo con la de esperma. \”Preservar la fertilidad es siempre una gran opción, porque como dijimos; el espermograma es una foto dentro un proceso dinámico. El deterioro con el paso del tiempo es inexorable.\”  Dr. R. Sergio Pasqualini Especialita en Medicina Reproductiva

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El origen poco romántico de San Valentín

El día de San Valentín es una celebración tradicional que ha sido asimilada por la Iglesia católica con la designación de ese santo como patrón de los enamorados. Se hizo popular en muchos países, y en tiempos modernos especialmente en los anglosajones expandiéndose a otros lugares a partir del siglo XX principalmente el día en que las parejas de enamorados expresan su amor y cariño mutuamente. Se celebra el 14 de febrero, onomástico de san Valentín. En algunos países se conoce como día de los enamorados y en otros como el día del amor y la amistad. Historia Durante la antigüedad celebraba en Roma una fiesta pagana dedicada a la fertilidad, llamada Lupercalia. Durante esta fiesta las mujeres esperaban ser golpeadas con látigos hechos de piel de cabras y perros, mojados en la misma sangre de estos animales, ya que creían que este ritual les otorgaba fertilidad. El cristianismo emergente sustituyó la festividad por la del 14 de febrero, fecha en la cual murió martirizado un cristiano llamado Valentín en el año 270. El papa Gelasio I la declaró por primera vez en el año 498. Se cuenta que San Valentín fue un médico romano que se hizo sacerdote y que habría sido ejecutado un 14 de febrero al no querer renunciar al cristianismo y oponerse a la prohibición del emperador Claudio II de que los soldados profesionales pudieran casarse. En 1382, el escritor inglés, Geoffrey Chaucer, escribió un poema titulado Parlamento de los pájaros, en el que se menciona por primera vez al Día de San Valentín como un día de festejo para los enamorados. A partir del poema de Chaucer, se comenzó a considerar el Día de San Valentín como un día dedicado al amor. Dieciocho años más tarde, el rey Carlos VI de Francia, creó la Corte del Amor, mediante la cual, el primer domingo de cada mes y durante el Día de San Valentín, se efectuaban una serie de competencias en los que los participantes competían para conseguir pareja entre las doncellas cortesanas. En 1416, el duque francés, Carlos de Orleans, tras haber sido capturado en la batalla de Azincourt y encerrado en la Torre de Londres, escribió una carta de San Valentín a su esposa Bonne de Armagnac. Esta carta es en la actualidad, la carta de Valentín más antigua en existencia. A partir del siglo XV, la celebración del día de San Valentín como día de los enamorados, se fue popularizando en Francia y Gran Bretaña. Con el paso del tiempo, esta festividad se fue poniendo de moda en otras partes de Europa como Alemania e Italia. También, a partir del siglo XV, se hizo costumbre escribir poemas o Valentinas entre enamorados. Desde principios del siglo XIX, comenzó en Gran Bretaña la comercialización de esta fiesta con la fabricación masiva de tarjetas genéricas del Día de San Valentín, con frases hechas y adornos. En Agloamérica hacia 1842, Esther Ángel Howland comenzó a vender las primeras tarjetas postales masivas de san Valentín, conocidas como «valentines», con símbolos como la forma del corazón o de Cupido. También en este día es común la tradición de regalar rosas a aquellas personas a las que se tiene un afecto especial. Existen diversas teorías que otorgan a esta fecha el origen del Día de los Enamorados. En los países nórdicos es durante estas fechas cuando se emparejan y aparean los pájaros, de ahí que este periodo se vea como un símbolo de amor y de creación. El día de san Valentín es típicamente occidental, pues se remonta a la Europa germánica (incluido el actual Reino Unido) desde donde pasaría a los Estados Unidos y allí a gran parte del mundo, pero actualmente se ha extendido a otros países, como China, Japón y Taiwán. En Argentina (14 de febrero), se le llama “Día de los enamorados”, y se celebra la unión entre las parejas. No es usual el envío de tarjetas o corazones, algo que es considerado más propio del mundo anglosajón. Aunque si se acostumbra a regalarse flores y bombones. Tampoco es el único día relacionado con el amor: la semana previa al Día del Amigo (20 de julio), se celebra la Semana de la Dulzura, que ha ido adquiriendo gran popularidad en los últimos años. En esta semana es habitual regalar golosinas y besos. Alimentos afrodisíacos para un San Valentín especial A lo largo de la historia de la humanidad, ciertos alimentos han forjado una respetable reputación en base a una cualidad de lo más peculiar: potenciar el apetito sexual. Estos constituyen los tan buscados “afrodisíacos”, nombre que deriva de la diosa griega del amor, Afrodita. Y tú, ¿tienes idea de cuáles son estos alimentos? Conocerlos puede resultarte de lo más oportuno en este San Valentín. Así que, ¡en marcha! 1. Chiles El chile es un alimento salvaje –y no solo por ser picante–. De hecho, gracias a uno de sus químicos –la capsaicina– estimula una buena circulación sanguínea y una mayor sensibilidad nerviosa. Y estos efectos favorecen la excitación. 2. Espárragos y aguacates Por fuera, estos alimentos son bien diferentes, pero por dentro tienen algo en común: la vitamina E. Esta se encuentra presente en ambos y es ideal para estimular la producción de testosterona, estrógenos y progesterona. Una vez en el flujo sanguíneo, estas hormonas promueven la buena lubricación vaginal y la sensibilidad en el clítoris. 3. Bananas Apuesto a que ya sabías que las bananas son una gran fuente de potasio. Pero, ¿cómo es que este nutriente puede mejorar tu vida sexual? Pues, fortaleciendo tus músculos y, de esta manera, intensificando tus orgasmos. 4. Chocolate Pocas cosas son tan románticas como compartir con tu pareja un delicioso postre de chocolate negro. Y es que este alimento ancestral potencia la producción de las hormonas del bienestar y nos pone de excelente humor para disfrutar de un buen momento de intimidad. 5. Ostras Estos frutos del mar son uno de los afrodisíacos más conocidos. ¿La razón de su efectividad? Su abundancia de zinc, un mineral que

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Anticoncepción en vacaciones: las respuestas a las dudas más frecuentes

Los días de descanso, sobre todo si se viaja, modifican las rutinas e instalan algunas nuevas en lo que a sexualidad respecta. Especialistas recomiendan que la anticoncepción sea planificada. ¿Qué rol ocupa la anticoncepción de emergencia? Las vacaciones, el descanso, los viajes, el encuentro con el otro. El verano suele ser una invitación a que se potencie la sexualidad. El calor, la poca ropa, el tiempo libre se llevan bien con el encuentro íntimo. Sobre todo, si las personas viajan suelen modificarse las rutinas e instalarse algunas nuevas. Ése es el momento en el que la anticoncepción no debe descuidarse. ¿Tengo que llevar anticoncepción de emergencia? ¿Y preservativos? La médica ginecóloga María Elisa Moltoni (MN 114737), de Halitus Instituto Médico, responde las dudas más frecuentes en esta época del año. – ¿Qué pasa si tomo anticonceptivos en verano y me voy de viaje? – Quienes toman anticonceptivos no deben olvidar antes de irse de vacaciones pasar a buscar cajas o recetas extra para llevar los necesarios al viaje y no tener sorpresas. Siempre es difícil estando afuera conseguir justo la marca que suele usarse, especialmente si son con receta. Además, recomendamos no cortarlos sólo por el verano ni tampoco hacer los famosos “descansos”. La excelente noticia para las usuarias de anticonceptivos orales, anillos o parches es que además de cuidarnos del embarazo nos permiten cambiar a nuestra voluntad la fecha de sangrado o evitarlo si tenemos en puerta un viaje o evento. Simplemente hay que hablarlo con algún profesional que explicará cómo hacerlo sin problemas. ¡A aprovechar esta ventaja! – ¿Hay más sexo en verano? – ¡Atención! Esta es la parte más importante a nivel salud. Puede ser que el verano, así como los cambios de rutina nos permitan tener más sexo, conocer más personas, y sentirnos más libres. Es fundamental estar preparados y saber que hay que usar preservativo o campo de látex para prevenir infecciones de transmisión sexual. Hay muchas infecciones posibles que uno puede contraer: HIV, sífilis (hubo un aumento alarmante de casos en el país), gonorrea, herpes genital, HPV, clamidia. En la mayoría de los casos no hay signos físicos de estas infecciones, no podemos darnos cuenta si están o no, solo por ver genitales «sanos» en nuestra pareja sexual. Por eso, ¡a no confiarse! Como no se sabe quién porta la infección, deben tomarse precauciones siempre y protegerse en primer lugar para poder disfrutar de la sexualidad al máximo, sin peligros. – ¿Qué pasa con los preservativos? – Llevar comprados los preservativos para no depender de conseguirlos en el momento en que se necesiten, cuidarlos del calor que puede arruinar su composición favoreciendo roturas, usarlos para cualquier tipo de relación sexual (vaginal, oral, anal) ya que los contagios pueden ser por cualquiera de estas vías son las recomendaciones básicas. Aunque se use otro método anticonceptivo como pastillas, DIU, ligadura de trompas o vasectomía, el preservativo se usa igual (esto se llama doble método) porque es el único que protege de infecciones. Si la mujer está en menopausia y no tiene riesgo de embarazo ¡igual debe usar preservativo para protegerse! – ¿Anticoncepción de emergencia? ¿La llevo conmigo? – Es una buena idea llevar comprada o tener «en el botiquín de viaje» un anticonceptivo de emergencia. ¡Más vale que sobre y no que falte!… o ¿acaso no se lleva ibuprofeno por las dudas? La mal llamada «pastilla del día después» debe, idealmente, tomarse en el momento, frente a una relación sin protección o frente a rotura del preservativo, o cualquier falla en el método anticonceptivo de base que se estuviera usando. Su eficacia es mayor cuanto más cerca de la relación no protegida se tome. Por ello, el tenerla a mano garantiza que el acceso a la misma será inmediato. En algunos países es de venta libre, pero no en otros. “Tener en cuenta estos consejos van a permitir pasar unas vacaciones más tranquilas, sabiendo que estás consciente de los cuidados de tu salud”, concluyó la especialista.

Investigaciones

ASTENOZOOSPERMIA TOTAL: ES POSIBLE EL EMBARAZO A PROPOSITO DE UN CASO.

Introducción: El caso se refiere a una pareja con esterilidad secundaria con 7 años de evolución. La mujer de 33 años de edad sin problemas aparentes, y el varón de 48 años, con diagnóstico de factor masculino de oligoastenoterazoospermia severa. Objetivo: Comentar y reportar que se puede lograr un embarazo a partir de la astenozoopermia total. Metodología: Mini gradientes con PureCeption 15 min 700g y Lavados con HTF (Irvine Scientific) + HSA (10%) 10 min 700g ↓ Test de vitalidad con Eosina 5% -> Vitalidad 70% ↓ Incubación con Pentoxifilina 10 % durante 20 min 37 °C Aquellos con capacidad de moverse , fueron usados para ICSI Resultados: De un total de 13 ovocitos recuperados, 7 resultaron metafase II; los mismos fueron inyectados y cultivados en medio de cultivo. A las 20 horas, se corroboraron pronúcleos en 4 de ellos y 96 horas después, se realizó transferencia embrionaria de 2 embriones en estadio de blastocisto. (Fig. 1). A los 14 días post transferencia se determinó en suero la fracción β-hCG, que fue de 262 mUI/mL. Se confirmó el embarazo clínico por ecografía transvaginal, observándose un saco gestacional con embrión de 5 semanas de gestación y latido cardiaco. Actualmente el embarazo se encuentra en normal evolución. Conclusiones: El éxito del ICSI combinado con la prueba de Pentoxifilina en un paciente con astenozoospermia total, corrobora los resultados reportados en la bibliografía para la identificación de espermatozoides viables. Esta prueba puede utilizarse como un método simple para obtener fertilización y embarazo en las parejas con diagnóstico de astenozoospermia total. ¡QUIERO AYUDAR!

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