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Creencias que te perjudican en el camino de la búsqueda de un hijo

\”Si tengo el hijo, todo va a estar bien” En muchas ocasiones, creemos que un hijo va a reparar algo que está mal por defecto en nuestras vidas, ya sea a nivel personal o en la pareja… Puede que haya áreas de nuestra vida que no estan estables y pensemos que si tenemos un hijo nuestra vida mejorará en general El hijo sí trae felicidad pero no arregla los asuntos pendientes. Incluso la propia tarea de ser padres va a añadir más retos, no menos. La vida sigue. Tenés todo el amor porque son adorables, dan mucha plenitud… pero no borran lo que queres ignorar, sigue estando ahí. “Si le damos un hermanito a nuestro hijo, él será más feliz” Esta creencia suele ser un ideal de completud. Creemos que ese segundo hijo dará al que ya tenemos la experiencia de tener un hermano, compartir… en vez de ser un hijo único en “soledad” y que no se vuelva “egoísta o malcriado” pero conviene que mirar bien desde qué lugar elegimos buscarlol. ¿Desde dónde lo estamos decidiendo? ¿Viene este segundo hijo a cumplir un rol? Cuando sufrimos porque el segundo hijo no llega conviene revisar la motivación. \”Si tengo un bebé, será el bebé perfecto” Es importante soltar el ideal del hijo que pensabas tener, saber reconocerle sus imperfecciones, sus dificultades… algo diferente, de lo que pensabas que iba a ser. Este reto es saber separar el bebé real del bebé ideal, devolverle su destino y aceptar lo inevitable que la vida le traiga. Cuando alguien lleva mucho tiempo en el proceso de buscar hijos por reproducción asistida puede surgir otra fantasía también: que el bebé puede sanar todo ese dolor del proceso de infertilidad, y a veces se acentúa cuanto mayor es el tiempo de espera. Pero suele suceder que ese dolor queda en la persona de alguna manera, porque fue un camino difícil. Honrarlo como parte de la historia personal de uno y hacerle espacio es una manera de soltar esta fantasía. ¿Cómo se puede acompañar a abordar estas creencias? Es importante tener en cuenta las creencias desde el principio y saber que están ahí: acompañar en el dolor y en el momento que vayan surgiendo, para después irlas cuestionando, empezar a preguntarte si realmente es así, si son totalmente ciertas. Abrirse a las posibilidades de alegría y felicidad sean cuales sean las circunstancias… Por lo menos contemplar la posibilidad. En otras palabras, dar un salto de fe: primero cuestionarme si lo que creo me dará felicidad es verdad… ¿Es esto cierto? ¿Es esto absolutamente y totalmente cierto? Dudar de lo que se cree es uno de los grandes puntos de inflexión… Ahí es donde uno puede abrirse a estar bien sea lo que sea que la vida me traiga.

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La actividad Física y la Salud Reproductiva

Llevar adelante una vida sedentaria predispone, sin dudas, a una cierta acumulación de grasa corporal que, puede derivar en sobrepeso u obesidad. Cuando existe un incremento del porcentaje del tejido adiposo, casi siempre acompañado de aumento del peso corporal, determinado por el balance positivo entre la ingesta y el gasto de energía, hablamos de obesidad y su magnitud y distribución condicionan la salud del individuo y tienen efectos sobre la salud reproductiva. Se asocia con alteraciones endocrinas, por cambios en la secreción, metabolismo, transporte y acción de varias hormonas. Los estudios muestran una fuerte correlación entre el aumento del índice de masa corporal y los desarreglos reproductivos. Ahora bien, tanto el exceso como la escasez de grasa corporal tienen un impacto negativo significativo en varios aspectos de la reproducción, incluyendo la fertilidad y el desarrollo óptimo del embarazo. El hecho de realizar deportes de alto rendimiento puede ocasionar fallas en los sistemas reproductivos femeninos y masculinos. La actividad física intensa, que no es acompañada de una alimentación acorde a las necesidades que la actividad implica, generará un déficit de grasa corporal que predispone a desordenes hormonales que pueden traducirse en trastornos reproductivos. Muy a menudo, la ingesta de calorías es insuficiente para el nivel de ejercicio, lo que produce un balance energético negativo. Cuando la masa grasa es demasiado baja, la secreción de gonadotrofinas se reduce y con ello la capacidad reproductiva se ve disminuida. Recuperar el peso corporal al 90% del peso ideal mínimo para la altura, verificando aumento en el porcentaje de grasa corporal es lo indicado. El sobrepeso o bajo peso entonces, pueden traer consecuencias al momento de buscar un embarazo, ya que la ausencia de una buena alimentación puede producir problemas de fertilidad y en ese cuadro la actividad física ocupa un lugar central. El cuerpo es movimiento. Con el movimiento el cuerpo funciona mejor, los distintos sistemas que componen el organismo trabajan en mejores condiciones y de esta forma, el ejercicio físico, realizado en forma constante y perseverante, va a redundar en que la persona se sienta mejor. Además, está comprobado que colabora a poner en movimiento las drogas endógenas del cuerpo que beneficias la segregación de sustancias químicas positivas que colaboran con el bienestar físico y mental. Por lo tanto, ayudará también a disminuir el stress, y en ocasiones colaborará para lograr el embarazo, ya sea por la vía natural o con tratamiento, si correspondiese. La actividad física es sumamente beneficiosa para muchos aspectos de la salud, incluyendo la sexualidad y la función reproductiva, pero debe ser una actividad adecuada para cada persona en particular y debe ser acompañada por una alimentación balanceada que incluya proteínas, hidratos de carbono y grasas.

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Preservar la salud para preservar la fertilidad

La salud humana en general y la salud reproductiva van de la mano, no son compartimientos estancos y divididos, por lo tanto, aquellos factores de riesgo para la salud en general son, muchas veces, también riesgosos para la salud reproductiva. Sin embargo, la población en general no suele asociarlos a ella y desconoce muchas veces, cómo cuidarse. Desde Fundación Repro buscamos generar esa conciencia sobre aquellos elementos del estilo de vida que amenazan la salud reproductiva. Sedentarismo, tabaquismo, alcohol. Los hábitos de la vida diaria repercuten en la salud y pueden afectar la salud reproductiva. Cuando de infertilidad se trata hay que evaluar no sólo óvulos y espermatozoides sino otros factores no fecundantes que pueden estar interfiriendo y creando dificultades para lograr el embarazo. Algunos son: El cigarrillo Según la Sociedad Americana de Medicina Reproductiva, varias sustancias del cigarrillo interfieren en la producción de estrógeno, hormona indispensable para la ovulación. Por lo tanto, puede llevar a la reducción de óvulos antes de llegar al estado de maduración, a alteraciones hormonales y disminución de las condiciones para lograr la implantación. En los hombres, el consumo de tabaco puede generar alteraciones hormonales, disminuir la calidad del semen, afectar las glándulas endocrinas y los testículos. Y es importante destacar que la capacidad reproductiva está directamente relacionada con la cantidad de cigarrillos consumidos. Según cifras de la II Encuesta Nacional de Factores de Riesgo, llevada a cabo por le Ministerio de Salud de la Nación, si bien ha habido un leve descenso del tabaquismo en nuestro país, es insuficiente teniendo en cuenta que al cruzar los datos con aquellos provistos por la Encuesta Mundial de Tabaquismo en Jóvenes, las mujeres de entr3e 13 y 15 años fuman aún más que los varones (27,3 vs. 21,1%). Drogas y alcohol El alcohol y las drogas tienen un fuerte impacto en la fertilidad masculina provocando disminución de la calidad y la cantidad de espermatozoides y del nivel de testosterona generando a su vez una disminución de la libido. En la mujer pueden llevar a falta de deseo. Obesidad En las mujeres, pueden aparecer alteraciones entre los estrógenos y la progesterona que provocan que no se presente la ovulación y que se registren alteraciones en el ciclo menstrual. También puede manifestarse infertilidad por diversas causas, una de ellas puede ser el exceso de grasa en los ovarios y la formación de quistes en los mismos, incrementando así también el riesgo si esos quistes requieren de una cirugía o disminuyendo las posibilidades de embarazo. En los hombres, el excedente de grasa en el cuerpo puede llevar a un aumento de espermatozoides no viables para la fertilidad o a acentuar el riesgo de disfunción eréctil. Una alimentación balanceada y saludable es fundamental porque una mala alimentación o una dieta deficiente puede reducir la reserva de sustancias que el cuerpo requiere para un buen funcionamiento de los órganos reproductivos. Sedentarismo Los números obtenidos por la II Encuesta Nacional de Factores de Riesgo muestran que hoy en día la obesidad y el sedentarismo son más altos en las mujeres que en los hombres. El 58,5% de las mujeres mayores de 18 años llevan una vida inactiva en cuanto a actividad física se refiere. Esto va en detrimento de un buen funcionamiento de glándulas y hormonas, necesario para lograr un embarazo. Asimismo, es importante remarcar que un exceso de actividad física puede generar una disminución excesiva de la acumulación de grasa corporal conduciendo a un cese de los períodos menstruales. Así, ambos casos atentan contra una buena salud reproductiva. Estrés La vida cotidiana, su ritmo, sus exigencias, llevan a que gran cantidad de personas padezcan de estrés. El estrés y la ansiedad tienen una influencia directa no solo en el estado de ánimo sino sobre el sistema inmunológico, y esto tienen un efecto sobre las posibilidades de lograr un embarazo exitoso. Durante la fase fértil del ciclo menstrual existe un delicado equilibrio entre células inmunes que favorecen la implantación y aquellas que pueden provocar una reacción defensiva contra un cuerpo extraño. Hoy existe evidencia suficiente para creer que los factores emocionales y psicosociales pueden romper ese equilibrio provocando una reacción que va en contra de la implantación del embrión o de la formación de la placenta. Medio ambiente La contaminación ambiental ha sido a lo largo del tiempo asociada con distintos efectos en la salud humana. varios estudios sugieren que existe una relación directa entre la contaminación ambiental y la infertilidad provocando desórdenes sutiles en la función reproductiva. Los agentes tóxicos pueden presentarse como productos químicos, radiación o materiales físicos, y pueden afectar al cuerpo y sus sistemas. Pueden provocar desde una irritación hasta la muerte de las células, los tejidos o incluso del organismo. Algunos tóxicos del aire pueden causar disfunciones en el aparato reproductivo, disminuyendo la fertilidad, reduciendo las posibilidades de sobrevida del feto o embrión o llevando a la presentación de malformaciones. También pueden generar variaciones en el funcionamiento del sistema inmunológico que pueden afectar la implantación y el desarrollo del embrión. La tarea de la Fundación REPRO Somos una Organización sin Fines de Lucro dedicada a promover la investigación, la docencia y la prevención en salud, medicina reproductiva y biotecnología a través de programas que contribuyan a la generación y divulgación de conocimiento científico y que impacten positivamente en la calidad de vida. La actividad de Fundación REPRO se desarrolla en tres áreas: COMUNIDAD, INVESTIGACIÒN y DOCENCIA. Y en éste contexto es buscamos concientizar sobre el impacto del tabaquismo, el alcoholismo, el consumo de drogas, el sedentarismo, la obesidad en la salud reproductiva, a promover hábitos saludables y a educar para la detección temprana y el diagnóstico precoz de problemas de fertilidad. Muchos de los llamados “factores de riesgo” para la salud humana, son considerados y difundidos por diversas ramas de la medicina en función de su impacto. Por ejemplo, el tabaco sobre vías respiratorias o la alimentación sobre el sistema cardiovascular. Sin embargo, existe una relación directa entre ellos y la fertilidad. El alcohol o el tabaco,

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El origen del conejo y los huevos de Pascua y su relación con la Fertilidad

Hoy en día, la Pascua es una festividad cristiana que celebra la resurrección de Jesús. Es un día de especial alegría para los niños, que tienen la oportunidad de correr por toda la casa, departamento o jardín, buscando huevos de Pascua (normalmente de chocolate con confites o sorpresa dentro) que dejó el conejo (o liebre) de Pascua. ¿Pero cuál es el origen de esta tradición y de la figura del conejo? Se relaciona el origen de la Pascua a la diosa germana de la primavera: Ostara. Es uno de los hermanos Grimm quien la retoma en su Mitología Alemana. Ostara es la diosa de la fertilidad y del amanecer o despertar de las fuerzas de la germinación. De esta diosa se desprende el nombre de la Pascua en alemán, Oster y en inglés, Easter. En Sajonia, esta diosa era conocida como Eostre y la liebre era su animal emblemático. Asimismo, en las tradiciones celtas y escandinavas, la liebre era el símbolo de la diosa madre. La elección del conejo se debe a su prolífica capacidad de procreación, de gran valor simbólico en una temporada de fiestas dedicadas a la fertilidad de la tierra tras el invierno. Con el paso del tiempo, el conejo y la liebre adoptaron las cualidades de las diosas: la fertilidad, la procreación y la vida que llegan con la primavera luego del equinoccio. ¿Pero por qué deja huevos de chocolate un conejo? Se piensa que el origen de la tradición de comer huevos al finalizar el invierno es una reminiscencia de la Edad de Hielo. Tras el duro invierno, y cuando apenas quedaban provisiones, con la llegada de la primavera volvían las aves desde el sur (esto solo es aplicable al hemisferio norte) y empezaban a poner huevos, de los que se alimentaban los seres humanos hasta que podían volver a cazar con la llegada de mejores temperaturas. Fue en la región germana en donde más fuerza cobró la figura del conejo y se creó una figura alrededor de la Pascua (Ostern) conocida como Osterhase (liebre de Oster/Pascua). La leyenda apunta al huevo como representación de vida nueva, y para las religiones cristianas también simboliza a Cristo. Es en este punto en donde la tradición pagana se mezcla con la cristiana: debido a que en la cuaresma no se podía comer huevo por el ayuno, los hervían para conservarlos y los pintaban de rojo para simbolizar la sangre y el sacrificio de Cristo. Cuando llegaba la Pascua, se rompía el ayuno y se comían los huevos. En la Edad Media, el intercambio de huevos se hacía con huevos de tortuga, a los que se trataba la cáscara mediante diferentes procesos para decorarla. Muchas veces eran verdaderas obras de arte. El hecho de asociar el huevo con la fertilidad y por coincidir la Pascua con la estación primaveral, estación fértil por excelencia, hace que haya quedado establecido en toda Europa como símbolo de la Pascua. De modo que muy pronto los pasteleros de época comenzaron a elaborarlos utilizando distintos ingredientes. Primero fue el azúcar, luego el chocolate. La elaboración y decoración de un huevo de chocolate como tradición pascuense se remonta al siglo XIX. El intercambio de huevos de Pascua de chocolate está muy extendido en diversos países de Europa y América, como Polonia, Alemania, República Checa, Eslovaquia, España, Italia, Francia, Estados Unidos, Norte de México, Argentina, Brasil, Uruguay, Chile, Perú y Paraguay.

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El aborto espontáneo es una de las complicaciones más frecuentes del embarazo: ¿Por qué ocurre?

El desarrollo de un embrión es un proceso muy delicado y cualquier problema puede causar su interrupción. No por nada, el aborto espontáneo ocurre en cerca de 15% de los embarazos. Las causas pueden ser las más variadas, pero la verdad es que eso le puede pasar a cualquier mujer. El aborto espontáneo se caracteriza por la pérdida del feto antes de la semana número 20 de gestación. El 80% de los casos están relacionados con factores genéticos y la edad de las mujeres. Pero existen otros factores que pueden agravar el riesgo. Posibles causas del aborto espontáneo Mujeres con más de 40 años tienen el doble de probabilidad de sufrir un aborto espontáneo. El historial también es un factor que debe ser considerado: si ya ocurrió más de una vez, es más probable que ocurra de nuevo. Algunas gestantes son más vulnerables debido a problemas en el útero, como adherencia pélvica. El riesgo también es más grande en los casos de embarazos secuenciales, o sea, los que ocurren menos de tres meses después del parto. Enfermedades crónicas también pueden interferir en el desarrollo del embrión, como diabetes y lupus, además de disfunciones hormonales como el síndrome del ovario poliquístico. Infecciones como paperas, rubiola, sarampión, gonorrea y VIH también aumentan el riesgo de aborto espontáneo. Hábitos que podrían causar un aborto Cuando pones tu propia vida en riesgo, obviamente el embarazo también será puesto a prueba. Hábitos como fumar y beber no pueden hacer parte de la rutina de la gestante. Otras drogas, como cocaína y éxtasis, también pueden inducir un aborto espontáneo, así como ingerir medicamentos sin prescripción médica. Existen estudios que incluso apuntan una relación entre la obesidad y el aborto espontáneo. Naturalmente, una rutina de vida saludable tiende a crear un ambiente más favorable para el desarrollo del feto; si estás bien de cuerpo y alma, los riesgos serán menores.

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Endometriosis: concientizar sobre la preservación de la fertilidad

El 14 de marzo se conmemora el Día Mundial de la Endometriosis, una patología que despierta diversos interrogantes y que es ignorada por muchos profesionales. Se calcula que el 10% de las mujeres en edad reproductiva presentan algún grado de endometriosis, y hasta un 40% de las que consultan por infertilidad. Es una enfermedad donde el tejido endometrial, que tapiza la cara interior del útero, se presenta por fuera de la cavidad uterina. Puede presentarse en forma de implantes en el peritoneo, de quistes en los ovarios y, con menor frecuencia, en otras zonas del cuerpo. Su origen se debe al reflujo de la sangre menstrual por las trompas hacia la cavidad de la pelvis, donde las células endometriales tienen la capacidad de implantar por algún motivo, cuando no debería ser así. Existen tantas endometriosis como pacientes que la presentan: es una patología que puede cursar en forma asintomática o presentar síntomas invalidantes, como dolores agudos, en general pre e intramenstruales, más intensos con el correr del tiempo. Sus causas siguen siendo una incógnita. Puede evolucionar en formar rápida y agresiva, pero también en forma lenta. Y puede, o no, afectar la fertilidad. No hay que perder de vista que es una dolencia que avanza, por lo tanto, es importante diagnosticarla de manera temprana y tratarla, para que esa mujer lleve una vida normal. Es una enfermedad que puede llegar a condicionar la calidad de vida de quienes la sufren. Muchas mujeres que se embarazan pueden presentar algún grado de endometriosis y nunca se enteran; otras, pueden padecerla y ser ésta la causa de infertilidad, ya sea por adherencias pelvianas, por ser tóxica para los óvulos y embriones o por generar alteraciones a nivel de la implantación; otras pueden presentarla y el motivo de infertilidad ser otro. Sin embargo, es frecuente encontrar en las mujeres con endometriosis una falla ovárica temprana y una disminución de la calidad ovocitaria con la progresión de la enfermedad. En muchos casos no tiene correlación con el grado de afectación del momento. La buena noticia es que, en los últimos años, diversos estudios demostraron que la preservación de la fertilidad es efectiva en estas pacientes porque asegura capacidad reproductiva en una enfermedad que tiene carácter progresivo. Además, si se tiene en cuenta que la edad es otro factor determinante para la infertilidad, la vitrificación se presenta como una oportunidad. La vitrificación de óvulos es la opción más adecuada, sobre todo en pacientes jóvenes, aunque también se puede recurrir a la vitrificación de embriones o de tejido ovárico. La preservación de la fertilidad debe ser indicada cuando la endometriosis no se encuentra muy avanzada, incluso, en el momento que es diagnosticada. Es nuestro trabajo, concientizar a pacientes y equipos médicos, para que la vitrificación de óvulos sea tenida en cuenta. Así, cuando una paciente busque el embarazo y se encuentre con dificultades por que tiene una reserva ovárica disminuida, tendrá a mano otras posibilidades.    

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Cuatro de cada diez mujeres infértiles tienen endometriosis

Cuatro de cada 10 mujeres infértiles tienen endometriosis, aunque algunas consiguen embarazarse «sin problemas» si el diagnóstico es temprano, por lo que el especialista en fertilidad Sergio Pasqualini aconsejó este domingo «estar atentos a los síntomas», ya que «una de cada 10 chicas en edad reproductiva no sabe que la padece». Endometriosis: una enfermedad poco conocida entre mujeres «Un 40 por ciento de las mujeres infértiles presenta endometriosis, aunque muchas pueden embarazarse sin problemas y nunca enterarse de que la tienen. Otras pueden padecerla y ser ésta la causa de infertilidad, ya sea por adherencias pelvianas, por ser tóxica para los óvulos y embriones o por generar alteraciones a nivel de la implantación». Hay mujeres que pueden presentar endometriosis y ser infértiles por otros motivos. La endometriosis es una enfermedad que consiste en que el tejido endometrial, que tapiza la cara interior del útero, se presenta por fuera de la cavidad uterina. Su origen se debe al reflujo de la sangre menstrual por las trompas hacia la cavidad de la pelvis. También puede migrar por la sangre e implantarse en otros lugares, como la pared abdominal. ¿Porqué se demora el diagnóstico? «En algunos casos la patología es asintomática», por lo que se estima que un 10 por ciento de mujeres en edad reproductiva «la padece y no lo sabe». «Cuando aparecen síntomas a veces se confunden con otras enfermedades, ya que hay tantas endometriosis como pacientes», retomó el especialista. Sin embargo, se pueden describir algunos signos comunes, como «dolores intensos, en general pre e intramenstruales y progresivos» y «dispareunia o dolor durante las relaciones sexuales», así como «molestias vesicales o intestinales».» Cuanto antes se diagnostique la patología, mayores son las posibilidades de conservar la fertilidad. También hay formas de mantenerla a raya por medio de anticonceptivos o el diu, que liberan progesterona», señaló Pasqualini. Y enfatizó: «Hay que tener en cuenta que la mujer con endometriosis puede tener tendencia a una falla ovárica más temprana, por lo que la detección a tiempo es fundamental».

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Marzo, hablemos de HPV y Cáncer de Cuello Uterino

En el mes de marzo se conmemoran el Día Internacional sobre la Concientización del Virus de Papiloma Humano (4/03) (HPV en inglés) y el Día Mundial de la Prevención del Cáncer de Cuello Uterino (26/03), por lo que es el momento ideal para hablar del HPV y sus enfermedades asociadas. El objetivo de la campaña de HPV en particular, es fomentar la conversación y promover un intercambio mundial de ideas, conocimientos y materiales de investigación. Este año el mensaje es “Descubre el secreto más viral. Pregunta sobre el HPV” #askabouthpv. La idea es comparar cómo se propaga un contenido viral que es banal y trivial con la baja visibilidad y conciencia del HPV, que se propaga con la misma facilidad. Los HPV son virus de transmisión sexual, muy comunes en todo el planeta. Hay más de 200 tipos diferentes, el 80% de las personas lo tendrá en algún momento de su vida y mientras que para muchos no causará daño, se sabe que algunos tipos causan ciertos cánceres, como Cáncer de Cuello Uterino, anal y orofaríngeo. El Cáncer de Cuello Uterino es el cuarto cáncer más frecuente en las mujeres y se estima que unas 270,000 mueren a causa de él cada año. El HPV infecta únicamente las células de la piel y se propaga por contacto de piel a piel. Los tipos que infectan la región genital y la garganta se propagan a través del contacto sexual. Clínicamente, la mayoría de las veces no se puede saber si se está infectado por el virus, ya que la infección puede cursar en forma asintomática. Algunas personas que han tenido exposición a determinados subtipos, desarrollan verrugas o condilomas (protuberancias en la piel que, a veces, tienen el aspecto de pequeños coliflores que pueden generar picazón o sensación de quemazón). Al ser una enfermedad silenciosa es importante trabajar sobre la difusión de su problemática, detección y concientizar sobre la vacunación. Sin ninguna duda, cuánto más aprendamos sobre el virus y cómo reducir al mínimo el riesgo de infección, será mejor para todos. Pero, ¿cuál es su relación con el cáncer? Tener HPV es el principal factor de riesgo de cáncer cervical. Una vez infectado, el organismo puede eliminar o no la infección. Si no logra depurarla, la persistencia en el largo plazo puede provocar cambios precancerosos. De no recibir tratamiento, algunos de estos cambios pueden evolucionar en el tiempo y provocar cáncer. En estos estadios se puede notar sangrado, dolor y otros síntomas. La vacuna contra el HPV indicada en Argentina para niños y niñas de 11 años, puede ser dada, según criterio médico, hasta los 26 años, el límite de edad utilizado en los estudios clínicos de una de las vacunas. Sin embargo, algunos estudios demostraron que la vacuna en mujeres de hasta 45 a 50 años es una medida de gran protección entre las que no estaban infectadas antes de su aplicación. Mediante la concientización, la información, la vacunación y las pruebas de detección, todos podemos actuar para detener el HPV.

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¡Es hora de volver a los controles ginecológicos!

La pandemia modificó hábitos y costumbres de nuestra vida cotidiana, y muchos más. Es una realidad que llegó para quedarse, y así será durante un tiempo. Termina un poco el respiro que da el verano, y poco a poco se reanudan algunas actividades. Es un muy buen momento para reflexionar ¿me hice los chequeos médicos o ginecológicos que me correspondían? Desde el año pasado, las personas guiamos nuestras conductas sociales por el temor y los cuidados hacia una enfermedad en particular. Pero, estamos descuidando otros aspectos de nuestra salud. En este sentido, se vieron muy afectados aquellos que tienen enfermedades crónicas, pero sobre todo, se perdió uno de los pilares con los que trabajamos los médicos: el diagnóstico precoz. Son varias las investigaciones que indican una drástica disminución de controles cardiológicos, oncológicos y ginecológicos, sobre todo al comienzo del confinamiento. Pronto veremos los resultados de estos hechos. Fueron las mismas sociedades médicas quienes, al principio de la cuarentena, propusieron diferir controles entre 3 a 6 meses en pacientes sanos, y propiciar las consultas no presenciales a través de teleconsultas, WhatsApp o diferentes apps. Pero al alargarse este proceso epidemiológico, se instó a volver a los controles, con todas las precauciones correspondientes. La Sociedad  Argentina de Mastología, por ejemplo, para datos de octubre reportó que se habían diagnosticado menos de la mitad de los casos de cáncer de mama de los años anteriores. Esto resulta un problema, porque, claramente los tumores van a seguir apareciendo. La no detección marca que ésta se hará más adelante en el tiempo, pero en el caso del cáncer de mama y en otros tumores como en cáncer de cuello de útero, la posibilidad de curación o de realizar, frente al diagnóstico, tratamientos menos agresivos, está ligada a la detección precoz del tumor. Muchas mujeres pudieron acceder a consultas virtuales, aunque no tantas como hubiéramos querido, y si bien el examen físico es importante y no puede realizarse por este medio, una cuidadosa entrevista nos permitió abordar distintas consultas, resolver inquietudes y enviar órdenes para, por ejemplo, realizar mamografías  o recetas de anticonceptivos para no interrumpir tratamientos. ¿Cuál fue en ginecología una de las consultas que más aumentó en pandemia? Si bien aún no contamos con cifras, fue muy llamativo el caudal de consultas por alteraciones menstruales, como por ejemplo, atrasos o ausencia de menstruación. Si bien como dijimos fue algo llamativo, no fue sorprendente ya que es conocida la relación entre la regulación del ciclo menstrual y el estrés, así como con otros factores externos. En pandemia cumplimos con varios motivos capaces de alterar la menstruación: estrés agudo y crónico, cambios en el peso corporal, cambios en la alimentación y en los patrones de sueño. Si estas alteraciones no estuvieran mejorando, es muy recomendable realizar una consulta. Entonces, es hora de pensar en volver al autocuidado global, no solo prevenir el COVID, sino retomar los controles ginecológicos, presenciales o virtuales, para prevenir también el cáncer de cuello de útero con la citología o PAP, y el cáncer de mama con la mamografía y revisación.  ¿Aún tenés miedo de salir? Te sugiero que llames al lugar donde solés atenderte, y te contarán todas las medidas de seguridad que estamos tomando para volver con el menor riesgo posible: barbijos, desinfección de superficies, distancia en salas de espera, entre otras medidas.

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