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Contagiarse coronavirus no afectaría la fertilidad femenina

Es el resultado preliminar de un estudio realizado en España con pacientes que habían tenido COVID-19 durante 2020. En países como la Argentina, hubo más mujeres que congelaron óvulos. Con la aparición del coronavirus y su propagación por el mundo, cada día se presentan nuevas preguntas sobre el verdadero impacto que tiene en todas las personas. Investigadores del Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI) se preguntaron si la reserva ovárica de las mujeres puede verse afectada por la enfermedad COVID-19 y se pusieron a buscar la respuesta. Los resultados preliminares del estudio que hicieron demuestran que la fertilidad de las mujeres no estaría afectada después de padecer la infección. Los investigadores liderados por el director, Antonio Requena, contaron que la información que se conoce sobre los efectos del virus en el ámbito reproductivo sigue siendo muy limitada. “Fue hace casi un año, en base a las recomendaciones y las medidas de prevención marcadas por las autoridades, cuando pudimos retomar la actividad en las clínicas IVI. Al mismo tiempo, surgió la necesidad de conocer la realidad a nivel reproductivo de las personas infectadas por coronavirus”, contaron. ¿Puede afectar la infección por COVID-19 en la reserva ovárica de la mujer? “Entre mayo y junio de 2020, realizamos un estudio con 46 pacientes de las clínicas IVI en España, que habían superado la infección por coronavirus. Todas las participantes contaban con un estudio previo de la prueba de la hormona antimülleriana (AMH, por sus siglas en inglés) en los seis meses anteriores. Los resultados de la investigación fueron muy positivos, arrojando que pasar esta enfermedad no afecta al estado de la reserva ovárica. Por ello, podemos asumir que las posibilidades de éxito de un tratamiento reproductivo permanecerán intactas”, contó Requena. La prueba mide el nivel de AMH en la sangre. Esa hormona se fabrica en los tejidos reproductivos del hombre y de la mujer. La función de la hormona y sus niveles dependen de la edad y el sexo. En la mujer, los niveles de la hormona pueden dar información sobre la capacidad de quedar embarazada. También la prueba se puede usar para diagnosticar problemas menstruales o para controlar la salud de mujeres con ciertos tipos de cáncer de ovario. En el caso del estudio en España, las 46 participantes en el estudio fueron divididas en dos grupos, en base a sus niveles previos de hormona antimulleriana. Por un lado, 16 pacientes respondedoras bajas con una media de edad de 38,6 años. Por el otro, pacientes respondedoras normo-altas, las 30 restantes, con una edad media de 34,7. En ninguno de los dos grupos de pacientes se encontró indicios de que la COVID-19 provoque una disminución de la reserva ovárica. La conclusión preliminar del estudio sería alentadora para aquellas mujeres con baja reserva ovárica, previa a la infección por coronavirus. “Los resultados obtenidos son esperanzadores para las mujeres infectadas de COVID-19. A pesar de ello, de cara a las previsiones reproductivas, serán necesarios más datos para sacar conclusiones firmes. Por ello, será fundamental aumentar el tamaño de la muestra, para comprobar que los resultados se mantienen en esta línea”, concluyó Requena. “El impacto del COVID-19 en los pacientes es muy variable. Hay gente que se recupera totalmente y otras personas que quedan con secuelas. Los ovarios son órganos sensibles. Por lo cual, considero que hay que hacer más estudios con más pacientes para analizar cuál es el verdadero impacto del coronavirus sobre la reserva ovárica de las mujeres. Ante la incertidumbre de la pandemia, algunas mujeres han decidido postergar los tratamientos de fertilidad y otras congelaron óvulos” agregó el doctor Sergio Pasqualini Cuando nacen, las mujeres cuentan con un número determinado de óvulos que, en principio, cubre toda la vida fértil. De manera natural, la cantidad de óvulos disminuye cada mes. La prueba de reserva ovárica permite conocer los óvulos disponibles de la paciente. Durante 2020 y con la vigencia de los confinamientos por la pandemia, hubo mujeres que decidieron postergar tratamientos de fertilidad y congelar óvulos. En la clínica IVI de Buenos Aires, la demanda para congelar óvulos creció de forma exponencial, siendo un 34% más de lo habitual. Muchas de las que eligieron esa opción eran pacientes oncológicas, con baja reserva ovárica o mayores de 38 años que no podían esperar a que se retomara la actividad de la medicina reproductiva, ya que la espera afectaría considerablemente su posibilidad de lograr un embarazo. Según explicó Fernando Neuspiller, especialista en reproducción asistida y director de IVI Buenos Aires, a partir de los 35 años la reserva ovárica empieza a bajar o se está llegando a una edad límite para lograr el embarazo de forma espontánea. “La vitrificación es una forma de actuar en el presente pensando en el futuro. La tecnología puede ayudar en estos momentos en que los fenómenos externos cambian nuestros planes”.

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Pandemia y donación de óvulos: ¿cuáles son mis opciones para acelerar tiempos?

Entre todas las modificaciones que trajo la pandemia que impactan directo en la vida de las personas, la reproducción asistida no fue la excepción. Para la ovodonación en particular la disponibilidad de donantes se complicó. Previo a la pandemia, el tiempo de demora desde el ingreso al programar hasta el tratamiento, era de 3 meses. Pero ahora es incierto: en primer lugar, porque el año pasado se suspendieron hasta octubre los tratamientos, y eso produjo la acumulación de pacientes en lista de espera.  En segundo lugar, cuando se reiniciaron se los hizo a un ritmo menor por la necesidad de mantener estrictos protocolos. Por último, algunas mujeres prefirieron esperar para donar, y en algunos casos la sugerencia fue nuestra, si la persona vivía en un contexto de mayor exposición. En este contexto, los tiempos se alargan y se acortan, con esperas que pueden llegar a más de 6 meses. Por eso, se presenta la opción de recurrir a bancos de óvulos ¿conviene? La donación de óvulos involucra el manejo y el tratamiento de dos pacientes: la donante y la receptora. Su éxito va a depender de una serie de factores como: la edad de la donante, la calidad de los óvulos, la respuesta a la estimulación ovárica de la donante y la receptividad del endometrio de la receptora. Los tratamientos con donación de óvulos difieren de los realizados con óvulos propios en que las donantes son mujeres jóvenes sin problemas de fertilidad y que los potenciales efectos contraproducentes que la estimulación ovárica puede producir sobre el endometrio no se presentan, dado que la transferencia se lleva a cabo en el útero de la receptora, preparado de una manera diferente. En la actualidad, los tratamientos con óvulos donados son un porcentaje importante de los tratamientos realizados, dado que las mujeres buscan embarazo a una edad más tardía, y se da tanto en aquellas que buscan su primer hijo, como en otras que, para tener otros hijos, se encuentran en la necesidad de recurrir a la donación. Los bancos de óvulos Con el advenimiento de la vitrificación, que mejoró de manera notable los resultados de la criopreservación, empezaron a surgir los bancos de óvulos.  Esto permitió realizar tratamientos sin necesidad de la sincronización, ni del tiempo que conlleva hacerlo en fresco, dada la lista de espera de las pacientes. Tiempo variable según la disponibilidad de donantes y de pacientes en espera.  Previo a la pandemia, la demora para realizar el tratamiento era de no más de tres meses, ahora es un poco más incierto por los meses en los que el programa estuvo suspendido, pero ya se trabaja en acelerar los tiempos. Los bancos de óvulos, dependiendo de donde sean, permiten tener más información de las donantes, ya sea sobre su persona, su genética, sobre el lugar de origen, incluso se pueden ver catálogos con fotos. En Argentina, si bien se tiene información, suele verse limitada porque es anónima. Entonces se trabaja tomando en cuenta la raza y las características físicas de la donante y de la receptora como para que coincidan. También, hecho no menor en estos momentos, permite acortar los tiempos, dado que en cuanto se reciben los óvulos del Banco se puede proceder a realizar el tratamiento, sin necesidad de tiempo de espera. Tratamiento con óvulos en fresco Es posible que los óvulos en fresco tengan mejores tasas de embarazo que los de banco. Pero también, cuando se sincronizan los ciclos de la donante y receptora, puede pasar que la respuesta a la estimulación de la donante no sea satisfactoria, o por algún otro motivo, se tenga que cancelar el ciclo, cosa más engorrosa aun cuando se trata de pacientes que viajaron del interior del país o del extranjero para realizar el tratamiento. Esto no ocurre cuando se lleva a cabo el tratamiento con óvulos de banco. Las donantes Las donantes de óvulos son parte fundamental y son las que posibilitan que muchas personas, que necesitan recurrir a ellas, puedan formar una familia con hijos. Surgen por recomendación de mujeres que ya lo hicieron, de boca en boca, y de campañas llevadas a cabo en las redes sociales. Para formar parte del programa de donantes deben reunir una serie de condiciones. Y, si bien reciben una compensación por las molestias generadas y el lucro cesante, en general la motivación se relaciona TAMBIEN con las ganas de ayudar al prójimo. Óvulos en fresco vs de banco Los bancos de óvulos existen y son una buena alternativa, sobre todo en tiempos de pandemia, siempre que las tasas de éxito que se tengan con determinado banco sean similares a los resultados logrados cuando se realizan los tratamientos con óvulos en fresco. El inconveniente radica en que es mayor su costo, y algunos financiadores no cubren el banco. Por su parte, los óvulos en fresco, si bien conllevan una mayor demora, incluso más ahora por la pandemia, no suele ser tan grave como cuando se está intentando lograr el embarazo con óvulos propios y se tiene una baja reserva ovárica, ahí sí, el paso de los meses puede complicar las posibilidades de éxito. En la espera para realizar el tratamiento de ovodonación es cuestión de manejar la ansiedad, sentirse y estar acompañados, saber que el tratamiento va a llegar y saber que existen buenas chances de lograr el embarazo. Tener toda la información es la base para tomar decisiones.

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Pandemia: ¿conviene plantearse metas de corto plazo para evitar frustraciones?

En un 2021 que se plantea a priori no muy diferente al 2020 en lo referido a la situación sanitaria, planificar y plantearse objetivos parece difícil. ¿Cómo generar estímulos cuando las dudas son más que las certezas? La opinión de cuatro expertas en Psicología El año pasado fue sin dudas, uno de los años más traumáticos de la historia contemporánea, que quedará para siempre en la memoria colectiva. Una pandemia irrumpió de manera inesperada en nuestras vidas, dejando inconclusos muchos de los objetivos que más de uno se propuso el primer minuto de 2020 al levantar la copa. En pausa quedaron viajes, bodas, fiestas de egresados, mudanzas, proyectos, la vida… Con más certezas, pero todavía muchas dudas, comenzó un nuevo año y es inevitable renovar las esperanzas. Casi que viene impresa en el ADN humano esa necesidad de creer que algo superador está por venir y que la página por escribirse será mejor que la que quedó atrás. “Despedimos un año épico, que nos convocó a una sensación unánime de pérdida”. Para la licenciada en Psicología Luján Rossetto (MN 45356) “al margen de que para muchas personas hayan existido oportunidades y grandes aprendizajes, el dolor que todo esto implicó de manera colectiva es innegable”. En ese contexto, “se percibe, se intuye que lo que viene probablemente al menos en el corto plazo no va a ser muy diferente en cuanto que se sabe que todavía falta que se sigan desarrollando estrategias médicas, políticas, sociales y económicas para poder seguir abordando la pandemia y sus consecuencias”, consideró la especialista, para quien “algo muy importante es registrar que el primer impacto, y todo lo que tiene que ver con lo traumático -que está relacionado con todo lo que irrumpe y sucede de un momento para otro- ya sucedió, con lo cual como se dice en la jerga popular ‘el primer porrazo es el que más duele’, por lo que el backup de lo vivido y aprendido y con las innumerables estrategias que fuimos asimilando algo de todo esto va a hacer que lo que se tenga que transitar sea no menos doloroso o agotador, pero al menos impactante que no es poco”. En ese sentido, la licenciada y doctora en Psicología María Gabriela Goldstein (MN 25680) señaló que “cada fin de año lleva implícita la promesa de algo nuevo y mejor para el año nuevo; es una marca de fuerte significación simbólica: el final de una etapa, y el inicio de otra, proponerse metas, tanto para cumplir, como para dejar atrás, y más aún en el final de una año tan inimaginable como este”. “El nuevo año es un año también marcado por la pandemia, por esta razón habrá momentos de salida de la crisis y momentos de vuelta a situaciones anteriores. Quizás sea más saludable y menos estresante plantearse objetivos o metas asumiendo la posibilidad de modificarlas en el devenir del año acorde a lo que vaya pasando en el contexto en el cual vivimos”, destacó a su turno la licenciada en Psicología Patricia Martínez (MN 24411), quien hizo hincapié en que “probablemente en el mundo actual y en el contexto en el cual toca vivir la mejor manera de cumplir las metas que nos proponemos, es tratar de ajustar esas metas a nuestra realidad y posibilidades”. Mariam Holmes es doctora en Psicología, especialista en clínica, docencia e Investigación en Psicoterapia orientada en Mindfulness (MP 20463) sostuvo que “para encarar el nuevo año y la vida en general se necesitan fundamentalmente tres cosas: intención, atención y actitud. Las investigaciones en el área de las neurociencias contemplativas, que entre otros aportes se nutre de los beneficios del Mindfulness, recogen un enorme caudal de evidencia científica acerca de la importancia de estos tres elementos y del modo en que impactan en la vida de las personas”. Intención “Intención, tomando conciencia de nosotros mismos, de nuestros proyectos e invitándonos deliberadamente una y otra vez a ser conscientes de esas metas y esos valores que queramos encarnar en acciones concretas, conscientes de que implicarán desplegar un movimiento intencional, significa que lo que nos propongamos no va a ocurrir espontáneamente, sino que requerirá de un esfuerzo consciente. Por otro lado, prestar atención, tomando registro de nuestros pensamientos, emociones, sensaciones físicas y de nuestras circunstancias. Registrar los pensamientos nos ayudará a identificar todos aquellos diálogos internos en los que muchas veces nos decimos que no podremos lograr lo que nos proponemos, que no somos capaces o lo suficientemente buenos, para darnos cuenta de que están allí, verlos con claridad y dejarlos ir, sin identificarnos con ellos”. Atención Y tras destacar que “prestar atención a las emociones permitirá aprender a identificar las señales que brindan como una brújula acerca del camino que se va tomando”, la coordinadora del Departamento de Investigación Sociedad Mindfulness y Salud, docente e investigadora de la Universidad del Salvador y la Universidad de San Martín agregó: “Atender a nuestro cuerpo es vital para poder registrar sus necesidades y desplegar hábitos de autocuidado y por último prestar atención lo que nos rodea, nos permitirá conectar de un mejor modo con los demás para nutrir nuestros vínculos, así como también poder percibir con mayor claridad las oportunidades que nos da la vida, las que muchas veces no somos capaces de identificar cuando vamos en piloto automático. Y por último -y este punto es muy importante- nos hará falta actitud, referida al modo en que nos vinculamos con todo aquello que ocurra en nuestra vida”. Actitud Holmes puntualizó que “hay un conjunto de siete actitudes y cualidades que serán nuestras aliadas: el no juzgar las cosas como positivas o negativas, la aceptación de lo que sea que esté ocurriendo en nuestra vida, el dejar ir aprendiendo a no apegarnos a situaciones, vínculos, estados emocionales etc, tener paciencia y no forzar, mantener una mente de principiante que nos permite mirar lo cotidiano con mucha curiosidad y por último tener confianza, mucha confianza en la vida y en nosotros mismos”. Para Goldstein, quien es la flamante presidente de

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Toxoplasmosis y embarazo. Me pareció ver un lindo gatito

La presencia de anticuerpos contra esa infección es uno de los primeros análisis que se realiza a una embarazada. ¿Cómo se contagia? ¿Qué medidas de prevención debés tomar si el estudio te da negativo? ¿Por qué se recomienda evitar el contacto con gatos en el embarazo? Por mito, desconocimiento o falta de información, es común que se aconseje a la mujer embarazada que evite el contacto con gatos para no contraer toxoplasmosis. ¿Y qué hacer en caso de tener un gato en casa antes de quedar embarazada? ¿Por qué el anticuerpo contra esa enfermedad es de lo primero que se analiza cuando quedás embarazada? ¿Qué peligro encierran las verduras crudas? ¡Qué ensalada! ¿No? Pero, no me digan que no les pasó. Con el evatest positivo en mano son miles las recomendaciones que te llueven y que terminan por marearte. Y la verdad es que muchas están basadas más en el imaginario popular que en la realidad. Uno de los temas sobre los que la gente gusta de aconsejar es la toxoplasmosis. Que no toques a los gatos, que no comas ensalada, que cocines bien la carne, que no hagas trabajos de jardinería, y no sé cuántas cosas más. Para evacuar todas las dudas sobre este tema que preocupa tanto a las futuras mamás y que hasta condiciona su alimentación durante el embarazo, explicamos qué es la toxoplasmosis: Es una infección ocasionada por un parásito denominado toxoplasma gondii. Si bien la infección es generalmente asintomática en una persona con sistema inmunológico saludable, durante el embarazo hay que tener una precaución especial ya que, en ocasiones, el parásito puede llegar hasta la placenta y en consecuencia afectar al bebé (si es que la mujer no está inmunizada o sea que no posee anticuerpos protectores). La infección puede ser desde un cuadro leve, o pasar por diferentes estadios de complejidad, hasta ser grave y provocar problemas estructurales y neurológicos, así como abortos o la muerte fetal intraútero. Muchas mujeres son inmunes (presentan anticuerpos protectores) antes de quedar embarazadas, situación que se da por haber estado en contacto con el parásito en alguna otra situación. Así las cosas, la posibilidad de que el bebé contraiga la infección depende de las semanas en que curse el embarazo, y la misma aumenta a medida que el embarazo avanza. Si se infectan con toxoplasmosis durante el primer trimestre, el riesgo de que el bebé también se infecte es de aproximadamente el 15%. El riesgo aumenta a alrededor del 30% si se contrae la infección durante el segundo trimestre y al 60% durante el tercero. Pero en cuanto al riesgo de generar lesiones estas son mayores cuanto más precoz sea el contagio. Pero, ¿cómo se contagia? Si bien es común pensar que los humanos nos contagiamos de los gatos es raro que esto suceda. Es verdad que en el intestino de los felinos es en el único ambiente que el parásito puede reproducirse y de ahí viene esta idea del peligro que representan estos animales. Y en ese sentido, hay que entender que los gatos infectados eliminan quistes del parasito por sus heces y es por esas heces contaminadas que se puede producir la infección o la contaminación de frutas, verduras o pasto que después otros animales o personas coman y por ende se contagien. Los seres humanos se infectan al ingerir quistes del parásito presente en la carne cruda o mal cocida u ooquistes (forma parasitaria eliminada en las heces del gato) de las heces de un gato con infección reciente. La principal fuente de infección en personas es la ingesta de carne cruda o mal cocida o la contaminación cruzada causada por alimentos ocurrida muchas veces por usar en casa la misma tabla para cortar carne y verduras. Entonces, alrededor de la mitad de los casos el contagio se produce por comer carne cruda o poco cocinada que presente quistes de parásitos. Pero también puede contraerse el parásito de otras formas, como por ejemplo, al comer frutas o vegetales frescos contaminados, beber agua contaminada, o tocar tierra contaminada o las piedritas blancas de la caja de un gato que esté infectado y después uno se lleve esa mano a la boca, la nariz o los ojos. La toxoplasmosis no se puede transmitir de persona a persona, salvo en el caso de la transmisión de madre a hijo durante el embarazo o a través de una transfusión de sangre infectada o de un trasplante de un órgano de una persona infectada. En este contexto, ¿cuál es el riesgo de que una mujer embarazada contraiga la enfermedad? El riesgo es igual que en cualquier otra persona, aunque las mujeres inmunosuprimidas están más expuestas. El hincapié en el embarazo se hace por el riesgo de generar una infección congénita al bebé. ¿Por qué se suele recomendar que una embarazada evite el contacto con gatos? Si bien los ooquistes son la clave en la epidemiología de la toxoplasmosis, en la mayoría de los estudios no hay correlación directa entre la toxoplasmosis en adultos y la tenencia de gatos. Los estudios que comprueban el contagio en el embarazo asociaron más bien el consumo de alimentos mal cocidos, el contacto con el suelo (jardinería) o la ingestión de verduras mal lavadas con la infección primaria -aseguró-. Los gatos no constituyen un factor de riesgo si se practican buenas prácticas de higiene. La mayoría de los gatos se infectan por su comportamiento carnívoro y eliminan ooquistes sólo por breves períodos. Para evitar la contaminación ambiental, los dueños de los gatos y en especial las mujeres en edad fértil deben adoptar medidas de higiene rutinarias. La exposición fecal directa derivada de la manipulación de gatos infectados es poco probable, ya que éstos rara vez presentan diarreas y porque se higienizan a sí mismos regularmente. No existen estudios que hayan evidenciado ooquistes en el pelaje de gatos parasitados. Algunas medidas de prevención para tener en cuenta Ya vimos que la presencia de un gato en sí no representa un riesgo real de contraer la

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Donación de embriones

Aunque no son tan frecuentes como la donación de gametos, hay familias que ceden sus embriones a otras familias para que puedan tener un hijo. La demanda de técnicas de reproducción asistida con embriones donados va en aumento. Es cada vez más, una posibilidad para personas o parejas que no pueden concebir con sus propios gametos, y también como una respuesta para aquellos que tienen embriones congelados y no quieren descartarlos. Durante los procedimientos de fertilización asistida de alta complejidad no todos los embriones formados se transfieren, y en esos casos se los criopreserva. Puede ocurrir que quienes le dieron origen no los quieran más y en esos casos tienen que decidir, en algún momento, qué hacer con ellos. Pueden, descartarlos, donarlos para darles la oportunidad de tener un hijo a otras personas o donarlos para investigación. Nosotros creemos que lo ideal es la donación a otras personas o parejas. Para eso es importante despejar algunas dudas: Los vínculos genéticos El debate en general circula en torno a los lazos genéticos que ese embrión tendrá con la pareja que lo dona y si existirá algún impacto en el futuro hijo, al saber que existen «hermanos genéticos» o «medio hermanos genéticos» (en el caso de que el embrión se forme con donación de gametos). En este sentido es importante marcar la diferencia entre genitud y parentalidad. La parentalidad es un hecho social, cultural y biológico, de ninguna manera se reduce a lo genético. Donación NO es parentalidad. No hay razones para suponer que la ausencia del vínculo genético influye de manera negativa en el bienestar de los futuros hijos. La investigación indica que el bienestar del niño y las capacidades de los padres no dependen de la estructura familiar (es decir, el vínculo genético, número de padres o género de los padres), sino del funcionamiento familiar: la capacidad de tener una relación amorosa y afectuosa con el niño. En la Argentina, la familia que ha optado por recibir embriones se pregunta: ¿Puedo acceder a una donación de embrión en Argentina? Si, en tanto haya embriones disponibles ¿Hay riesgos que el extitular del embrión pretenda derechos sobre mi hijo cuando nazca por cualquier motivo? No puede hacerlo. Es su hijo, no del extitular del embrión. ¿Puede mi hijo saber quién fue su donante de embrión? Esto es similar a los donantes de gametos. Si bien hay una tendencia a que los donantes acepten dar información, la mayoría va por el anonimato. Pero no hay problema si quien los dona lo hace abiertamente. El titular donante del embrión se pregunta: ¿Puedo saber cuál es la familia que recibirá mi embrión? Si, pero los centros prefieren para ambas partes el anonimato. Por lo que se firman consentimientos. ¿Puede el nacido del embrión que doné reclamar que soy su padre? No puede. ¿Y si un juez lo ordena? No existen a la fecha casos en esta dirección, ni en Argentina ni en Estados Unidos ni Canadá. Hay una tendencia en Europa a que la persona al llegar a la mayoría de edad tenga acceso a la información de sus donantes. En nuestro país, la privacidad y confidencialidad con la que se donó el embrión, no puede ni debe ser socavada por ninguna decisión judicial. Si en algún momento una ley impone el cese del anonimato, debiera regir para casos posteriores a la ley. Frente a las opciones que existen para los embriones congelados, la donación se presenta siempre como la mejor.

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Una donó los óvulos y la otra «le puso el cuerpo»: la historia de dos mujeres que recurrieron al método de maternidad compartida

Cierto es que los modelos de familia cambiaron en los últimos tiempos y que la ciencia avanzó en el mismo sentido. Las técnicas de reproducción asistida nos enfrentan a situaciones que décadas atrás eran insospechadas. ¿Son las técnicas responsables de los cambios? ¿O, el responsable del cambio es el ser humano y las técnicas vienen a dar respuesta a muchos de los efectos devenidos de estos cambios? Esta es la historia de Sandra y Silvana, que el 18 de julio de 2016 se convirtieron en mamás de Emma, luego de una larga búsqueda, a la que no le faltó el condimento de sufrimiento, ansiedad e injusticia (sí, porque a los «diferentes» pareciera que las cosas buenas les tardan más en llegar). Estaban en pareja desde hace 11 años, y casadas desde hacía cinco. Como casi todos, esperaron el momento «ideal» para buscar un hijo. Tener una casa, un trabajo que permita criarlo como deseaban, que la pareja esté «establecida», y todas esas metas que se pone la gente antes de tomar la que sin dudas será la decisión más importante de sus vidas. «Uno busca tener un bebé y espera el mejor momento, y en ese esperar a mí se me pasó la ´vida útil´ que tenemos las mujeres». Así comenzó Sandra a contar su historia. En 2012 tuvieron su primer intento de fertilización, mediante una técnica de estimulación ovárica de baja complejidad. «El día que me hicieron la inseminación fue el día en que me dijeron que mi mamá tenía cáncer. Obviamente no hubo positivo en ese intento. En diciembre de ese año hicimos otro intento y tampoco resultó», resumió la Sandra. Y continuó: «En el medio nos casamos porque yo quería que mi mamá disfrutara mi matrimonio. Mi mamá falleció el 2 de febrero de 2013 y con Silvana decidimos esperar y reponernos de todo lo vivido antes de volver a buscar un embarazo». La pareja tuvo que recurrir a la Justicia para que su prepaga le cubra el tratamiento de fertilización En 2014, ya con la Ley de Fertilidad en vigencia, la pareja se acercó a un centro de fertilidad a asesorarse sobre las diferentes alternativas que tenían para convertirse en madres. Pero se encontraron con que las obras sociales y prepagas, pese a que debían hacerlo, no daban cobertura de los tratamientos de fertilización a las parejas homosexuales. Así y todo, presentaron su pedido y la prepaga tardó ocho meses en informarle que no les cubría el procedimiento. Ocho meses en el marco de la ansiedad que genera la búsqueda de un hijo. Y en una mujer que ya había pasado los 40 años y quería ser ella la que llevara adelante el embarazo. «Mediante mi abogada volvimos a presentar todos los papeles y esta vez demoraron seis meses, para nuevamente decirnos que no nos cubrían el costo del tratamiento -relató-. Mi abogada accionó entonces una medida cautelar y logramos que cumplan la ley y nos den cobertura». En junio de 2015 hicieron el primer intento, con un test de embarazo positivo, que a los 15 días terminó en un aborto espontáneo. Volvieron a repetir el procedimiento en septiembre pero sus óvulos ya no respondían a ninguna estimulación. «Ahí fue cuando el doctor (Sergio) Pasqualini nos habló de ovodonación y nos propuso tomar los óvulos de Silvana, por lo que le hicieron el estudio de reserva ovárica y conteo de óvulos y determinaron que ella estaba en condiciones de ser mi donante», recordó Sandra. Pero cuando todo parecía encaminarse, la pareja necesitó de otra medida cautelar para que la prepaga dé cobertura a su tratamiento, ya que en esta oportunidad se trataba de otro procedimiento lo que la empresa debía aprobar. En diciembre de 2015 le implantaron a Sandra dos embriones. Ahora debía «empollar» 15 días y esperar para hacerse el análisis de sangre, que mediría la famosa hormona que indica si hay o no embarazo. «La hormona beta iba aumentando exponencialmente pero recién el 22 de diciembre podíamos hacer la primera ecografía, faltaba casi un mes», recordó la mujer y no fue difícil adivinar del otro lado del teléfono lo que habrá sido su ansiedad por aquellos días. Finalmente llegó la esperada ecografía que confirmaría que había saco embrionario, que contenía un embrión y que el embarazo marchaba de manera perfecta. «Cuando escuchamos latir su corazón nos pusimos a llorar las dos», dijo Sandra, para luego relatar que su embarazo fue absolutamente normal -con los malestares propios del caso- y que en la tercera ecografía se enteraron que el bebé que venía en camino era nena. «Yo quería que sea lo que sea, pero que sea feliz», aseguró ante la pregunta de si prefería una niña o un niño. Cuando escuchamos latir su corazón nos pusimos a llorar las dos Emma nació a las 36 semanas de gestación, por cesárea, debido a que su mamá comenzó con un cuadro de presión alta. «Tuve mucho miedo en el embarazo, hasta que ella no nació no pude relajarme y disfrutar», reconoció Sandra, pese a que los meses de gestación transcurrieron en absoluta normalidad. Es que cuando algo se desea tanto y cuesta tanto alcanzarlo, el temor de que sea todo un sueño y despertar de repente sobrevuela siempre. Y tras asegurar que tuvo que «aprender a ser mamá», Sandra confesó que la maternidad es todo lo que soñó y más; «superó lo que imaginaba». «Emma es una nena que sonríe todo el tiempo. Nos tiene muy diferenciadas a las dos, yo soy la que le pone los límites, aunque Silvana dice que soy permisiva -describió-. Nada iguala lo que es Emma en nuestra vida, fue una nena muy deseada, fue soñada». Y sobre cómo se ve a sí misma en su nuevo rol de madre, Sandra remarcó: «Creo que soy una buena mamá, me descubrí como una buena mamá y soy la persona más feliz del mundo desde que Emma nació». «Yo creo que mi mamá estaría muy orgullosa de verme en este rol», finalizó. Sandra

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Contextos adversos: poner el cuerpo en movimiento por Luana Hervier

Por Luana Hervier, Profesora Internacional de Yoga. Terapeuta en Liberación Emocional y Dr. Sergio Pasqualini, presidente de Fundación Repro. En contextos adversos, como lo es el confinamiento por la pandemia, o como es, en el caso que nos convoca, la infertilidad, tanto la actividad física como el yoga y la meditación juegan un rol fundamental para el mejor funcionamiento del cuerpo y la mente. Las personas cuando están en la búsqueda de un hijo, se benefician de la actividad física porque fortalecen su cuerpo sintiéndose más seguros dentro de él, mientras, atraviesan diferentes grados de estrés y ansiedad. Pueden pasar de visualizar todo lo bueno a tener miedo de todo lo malo, entonces lo lindo es que la práctica del Yoga y de la meditación le darán herramientas para discernir y dejar pasar los pensamientos malos. Así, logra anclarse en su visión, en su deseo, en el amor y en la confianza en los médicos. Gracias a la práctica, las personas puedan elegir donde anclarse con la habilidad y las herramientas para permitir que el resto de los pensamientos y los miedos puedan “pasar de largo”. Por otra parte, estas actividades, al segregar endorfinas, adrenalina, y otras hormonas relacionadas con el bienestar, logran que las personas que buscan un hijo se sientan más seguras en su cuerpo y más confiados. Le eleva la autoestima, cómo se ve y cómo se siente. Porque a veces uno queda a la deriva de todo el tratamiento, y la actividad física te lleva justo a los centros energéticos, que hace que se sienta estable en la tierra. Por eso recomendamos mucho trabajar con la fuerza del tren inferior y a su vez mantener la visión del 6to chakra, cuya función es poder ver con mayor claridad. El cuerpo es movimiento. Con el movimiento el cuerpo y la mente dan su mejor versión. La actividad física activa la circulación de la sangre, la que nutre a los tejidos. Los distintos órganos funcionan mejor, dentro de ellos el sistema reproductor. Por eso insistimos tanto en la importancia del enfoque integral de las personas que se encuentran en la búsqueda de un embarazo. Realizar actividad física nos permite sentirnos fuertes, saludables y confiar en nuestro cuerpo físico. Mientras que tanto el Yoga como la meditación ofrecen fortaleza del espíritu, fortaleza de la mente y devuelve la fe y la esperanza, tan necesaria en momentos inestables. El apoyo es interno, y ahí es donde hay que trabajar.

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El consumo de químicos presentes en los plásticos podría afectar considerablemente la fertilidad de los seres humanos y reducir los embarazos naturales.

Shanna Swan una reconocida científica adviritió que la constante exposición a químicos en nuestro entorno está causando una verdadera crisis de infertilidad que para 2045 podría llevar a que la mayoría de embarazos tengan que hacerse mediante inseminación asistida ¿Cuáles son las causas? Tenemos una crisis de salud reproductiva que se debe al retraso en la maternidad, la elección o el estilo de vida; pero también esta ligado al medio ambiente. Los productos químicos cada vez más presentes en nuestra vida cotidiana podrían ser los responsables de una crisis de fertilidad en la especie humana. Las sustancias químicas más preocupantes para la salud son las que pueden interferir o limitar las hormonas sexuales del cuerpo, como la testosterona y el estrógeno, porque hacen posible la reproducción. Eso puede hacer que el cuerpo piense que tiene suficiente de una hormona en particular y por lo tanto que no necesita producir más, por lo que su producción disminuye naturalmente. También hay químicos que se utilizan para hacer plásticos blandos y flexibles llamados ftalatos, que se encuentran presentes en todo el mundo y llegan a nosotros principalmente a través de los alimentos, ya que los plásticos blandos son usados para la fabricación, procesamiento y envasado de estos. Disminuyen la testosterona y, por lo tanto, tienen la influencia más fuerte en el lado masculino, por ejemplo, disminuyen el recuento de espermatozoides, aunque también son malos para las mujeres porque se ha demostrado que disminuyen la libido y aumentan el riesgo de pubertad precoz, insuficiencia ovárica prematura, aborto espontáneo y parto prematuro. Pero también son nocivos el bisfenol A (BPA) que es usado para endurecer el plástico y se encuentra en los recibos de las cajas registradoras, en el revestimiento de algunos envases de alimentos enlatados. Este químico “imita el estrógeno y, por lo tanto, es un actor particularmente malo en el lado femenino, lo que aumenta los riesgos de problemas de fertilidad, pero también puede afectar a los hombres. Los hombres expuestos ocupacionalmente al BPA han mostrado una disminución de la calidad del esperma, una reducción de la libido y mayores tasas de disfunción eréctil. Otros productos químicos de interés son los retardadores de llama y ciertos pesticidas como la atrazina. Así mismo dice que las personas en edad reproductiva y que planeen quedar embarazadas o están en embarazo, deben estar conscientes de que todo lo que traen a sus hogares tienen el potencial de contener productos químicos con carga hormonal. Por lo tanto recomienda comer alimentos sin procesar, además de evitar el uso de teflón ni nada recubierto a la hora de cocinar. Para el cuidado personal y los productos para el hogar utilice un mínimo de productos sencillos y trate de evitar los perfumados; se agregan ftalatos para mantener el aroma. El Environmental Working Group, una organización sin fines de lucro, tiene guías gratuitas para el consumidor que brindan información sobre productos específicos. Por último la experta dice que este problema, aunque real y complejo, puede ser abordado con voluntad e ingenio, lo importante es reconocerlo y empezar a trabajar por cambiarlo.

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La importancia de la planificación reproductiva en la consulta por infertilidad

La planificación reproductiva, para el hombre como para la mujer, incluye tanto la anticoncepción como la preservación de la fertilidad cuando el deseo es diferir el momento para tener un hijo. Ahora bien, ¿qué sucede en la consulta por infertilidad? ¿Cómo se incluye esta planificación cuando recibimos a personas que no están logrando tener un hijo? La planificación reproductiva debe tenerse en cuenta en la consulta por infertilidad, en parejas o personas jóvenes, porque no se sabe cuánto puede demorarse la llegada de ese primer hijo ni como estarán cuando intenten tener otro, en aquellas de edad más avanzada, porque si quieren más de un hijo, se pueden encontrar con mayor frecuencia, que para el momento de la segunda búsqueda, la reserva ovárica les juegue en contra, por lo tanto, cuanto más rápido se logre el primer embarazo, más posibilidades a futuro van a tener. Entonces, una vez que se evalúa en la consulta el diagnóstico y las posibilidades de lograr un embarazo, es menester saber cuántos hijos desea tener esa persona o pareja y hasta evaluar si es conveniente preservar gametas o embriones para ese eventual segundo o tercer hijo. Son varias las situaciones que pueden presentarse en la consulta por infertilidad en aquellos casos en que el deseo sea tener más de un hijo: Que sepan que necesitan realizar un tratamiento de FIV/ICSI, pero que no quieren hacerlo ya. En ese caso pueden recurrir a la criopreservación de óvulos o embriones. Que sepan que necesitan realizar un tratamiento de FIV/ICSI y que su deseo sea tener a futuro más hijos. En estos casos se pueden dar dos situaciones: Que la mujer presente una buena reserva ovárica, y que al realizar la FIV/ICSI se logren tener más de dos embriones en estadio de blastocisto de buen pronóstico. En estos casos se transferirá uno y quedarán otros embriones criopreservados. En caso de lograrse el embarazo con el embrión transferido, quedarían él o los demás para uso en el futuro. En caso de no lograr el embarazo en ese primer intento, se puede dejar criopreservados para uso a futuro y volver a intentar un segundo FIV/ICSI. Que la mujer no presente una buena reserva ovárica y se logren obtener pocos embriones de buen pronóstico en estadio de blastocisto. En ese caso, criopreservar y volver a estimular para un segundo FIV/ICSI y transferir lo obtenido en este segundo intento, conservando para futuro lo criopreservado. Esto es lo que se llama acopio de embriones, que se puede llevar a cabo en uno o más tratamientos de FIV/ICSI. Que sepan que necesitan realizar un tratamiento de ICSI por factor masculino, y que, de lograr el embarazo, quieran intentar en el futuro tener otros hijos. Aquí lo aconsejable sería criopreservar una o más muestras de semen porque con el paso del tiempo la reserva funcional testicular siempre empeora, y no sabemos a qué ritmo Que sepan que necesitan realizar un tratamiento de FIV/ICSI y que prefieran, en caso de lograr el embarazo, que este fuese de mellizos. En estos casos se evaluará que no exista contraindicación médica, y de ser posible, se transferirán dos embriones. Que sepan que necesitan un tratamiento de FIV/ICSI para intentar tener un hijo, pero tegan que postergarlo por algún motivo; Ej: enfermedades, operaciones, etc. En estos casos es bueno considerar la posibilidad de realizar el tratamiento con el objetivo de vitrificar, ya sea óvulos o embriones, según el caso. Que sepan que necesitan realizar un tratamiento de gestación por sustitución con óvulos propios y que se tengan dudas fundadas en cuanto a si se va lograr una buena respuesta ovárica como para obtener algún embrión de buen pronóstico. En estos casos una opción sería lograr embriones de buen pronóstico, criopreservarlos y recién a partir de ese momento poner en marcha la logística para avanzar con el tratamiento de la gestación por sustitución. Esto más aun en los casos en los que si no fuese posible lograrlo con óvulos propios, no se acepte la opción de la donación de óvulos como alternativa. Que sepan que van a necesitar criopreservar semen, tejido ovárico o testicular en casos de transgénero, para intentar tener de alguna manera poder un hijo en el futuro. La planificación reproductiva en la consulta por infertilidad tiene su lugar. Contamos con herramientas para dar respuestas a las distintas situaciones que se pueden presentar, en pos de intentar satisfacer los deseos de las y los pacientes que nos consultan.

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Incertidumbre reproductiva en pandemia

¿Me puedo embarazar? ¿Es seguro buscar un hijo en medio de la pandemia? ¿Qué consecuencias puede traer para el bebé? ¿Qué cosas debo tener en cuenta? La pandemia genera una incertidumbre como pocas veces experimentamos. La poca (o mucha) información que se tiene del coronavirus es muy nueva, y no da tiempo a tener certezas que ofrezcan cierta tranquilidad. En ese marco, la salud reproductiva no escapa de estas cuestiones. A muchas personas, la pandemia las encontró planificando una familia, y ahora no tienen muy claro cómo seguir. Algunas respuestas: ¿Puedo embarazarme? La realidad es que dependerá del contexto de cada uno. No es lo mismo si es natural, que si ya existían problemas para lograrlo. Si bien, la incertidumbre económica y laboral puede no ayudar en esa búsqueda, también es cierto que la cuarentena al ser un tiempo de mayor convivencia abre posibilidades de tener una mejor actividad sexual. Si las condiciones económicas, psicológicas y sociales están dadas, no existen, al momento, razones médicas para evitar buscar el embarazo. ¿Qué consecuencias de salud tendrá el bebé? Lo que sabemos al día de hoy es que el COVID 19 no es teratogénico, es decir, no produce malformaciones como, por ejemplo, el virus del ZIKA. Por lo tanto, no deberían existir mayores riesgos para el feto. Seguramente, como con cualquier virus, los efectos podrían ser distintos según en qué momento del embarazo se contraiga. Algunas investigaciones sugieren que las mujeres embarazadas que contraen el virus también tienen más probabiidad de tener un parto prematuro y una cesárea, y que es más probable que sus bebés necesiten ser internados en la unidad neonatal. ¿Pueden mis óvulos estar afectados si estoy enferma? ¿Pueden trasmitírselo a mi bebé?  Se cree que no, y para entenderlo hay que explicar cómo se da la concepción. Cada mes en el momento de la ovulación, la mujer ovula en forma natural – en general- un solo óvulo. Si las condiciones están y la pareja mantuvo relaciones sexuales, los espermatozoides se van a adherir a la capa externa del óvulo, llamada zona pelúcida, y uno solo va a poder penetrarlo. En ese momento, el óvulo cierra sus compuertas para no dejar penetrar a ningún otro. Es decir que tiene mecanismos para ser fertilizado, pero, además, falta de receptores que impiden que sea infectado por otras partículas, como pueden ser los virus. ¿Y el esperma?  En realidad, ni óvulos ni espermatozoides serían portadores. Un ejemplo de esto nos lo ofrece otra pandemia, la del HIV. En el caso de los hombres, cuando está infectado y quiere ser padre, se recurre a la técnica del lavado de semen – porque el virus puede estar en el líquido seminal pero no en el espermatozoide. Una vez procesada la muestra se utilizan esos espermatozoides para realizar una inseminación intrauterina o una in vitro. De esa manera, se evita el contagio. Lo mismo con la donación de óvulos, al no tener receptores, el óvulo no será infectado por el virus. De nuevo, en el caso de HIV nunca se observó trasmisión en los tratamientos de fertilización in vitro con óvulos donados.  Si bien, los protocolos son exhaustivos, y las donantes son testeadas para descartar el virus, alguna pudo estar en el periodo de ventana – que va desde el contagio hasta que se detecta la presencia en los análisis o en su defecto con la aparición de los primeros síntomas- al momento de realizar la punción folicular para obtener los óvulos. De todas formas, si hay sospecha de tener Covid 19, la sugerencia es posponer la búsqueda del embarazo. ¿Si estoy buscando embarazo me puedo aplicar la vacuna? Si tenés la posibilidad de vacunarte y no tenes otra contraindicación para recibir la vacuna no hay que dejar de hacerlo. Lo ideal sería empezar a buscar el embarazo o realizar la transferencia embrionaria en el caso de las personas que están realizando un tratamiento de fertilización asistida; una vez transcurridos los 15 días de la segunda dosis. Aunque esto no sería imprescindible.  ¿Si estoy embarazada me puedo aplicar la vacuna? No se recomienda aplicar la vacuna contra el SARS-CoV-2 en mujeres embarazadas o en período de lactancia que no tienen riesgo de exposición o pueden prevenir el contagio. Pueden optar por vacunarse aquellas embarazadas, mujeres en período de lactancia, que además: Presenten un riesgo de exposición alto a la infección por SARS-CoV-2, y que el mismo no pueda evitarse por ejemplo personal de salud, personal estratégico, personal docente… Para resumir, algunas certidumbres en medio de la incertidumbre: no hay contraindicación para embarazarse, tanto sea de manera natural como por tratamiento de reproducción asistida. hay que tratar de asegurarse que no haya infección al momento de lograr el embarazo y tratar de no contagiarse durante su transcurso, por los riesgos que implica para la salud de la futura madre en caso de intentar lograr el embarazo por medio de algún tratamiento y no presente síntomas de la infección al momento de realizarlo, descartar, si es factible, la presencia del virus por medio de análisis a la paciente mantenerse en contacto continuo con su médico de cabecera durante la búsqueda, porque las actualizaciones de la información científica son constantes.  

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