En el Día Internacional del Hombre, reflexionamos sobre la importancia de la salud reproductiva masculina y las opciones disponibles para preservarla.
La fertilidad es un tema que, históricamente, se ha asociado principalmente a la mujer. Sin embargo, los estudios muestran que en casi la mitad de los casos de infertilidad, existe un factor masculino involucrado.
Hablar de fertilidad masculina no solo implica pensar en la posibilidad de tener hijos, sino también en la salud general, los hábitos de vida y la prevención de enfermedades.
Factores que pueden afectar la fertilidad masculina
La calidad espermática puede verse influida por múltiples causas:
- Edad y disminución progresiva de la movilidad y morfología de los espermatozoides.
- Exposición a sustancias tóxicas (tabaco, alcohol, drogas, pesticidas, metales pesados).
- Estrés, sedentarismo, sobrepeso y falta de sueño.
- Infecciones, fiebre alta, enfermedades autoinmunes o tratamientos médicos (como quimioterapia o radioterapia).
Por eso, realizar estudios de control y consultar a tiempo con un especialista en medicina reproductiva es clave para detectar alteraciones y actuar preventivamente.
Criopreservar: una forma de cuidar el futuro
La criopreservación de esperma es una técnica que permite congelar y conservar muestras seminales para su uso futuro.
Se recomienda especialmente en:
- Hombres que van a recibir tratamientos oncológicos o cirugías que puedan afectar la fertilidad.
- Personas que desean postergar la paternidad por motivos personales o profesionales.
- Casos de baja calidad seminal donde se quiere asegurar material fértil para futuros tratamientos.
La muestra se conserva en tanques de nitrógeno líquido a -196 °C, lo que permite mantener su viabilidad durante muchos años sin alterar su calidad.
Fertilidad es salud
Cuidar la fertilidad también es cuidar la salud integral.
El diagnóstico temprano y la información son herramientas que permiten tomar decisiones conscientes y proteger el futuro reproductivo.
En Fundación REPRO trabajamos para promover el conocimiento, la prevención y el acceso a las tecnologías que hacen posible preservar la fertilidad.