Un cuerpo no tóxico para una buena fertilidad

Un cuerpo no tóxico para una buena fertilidad

Pensemos en nuestro cuerpo como en el medioambiente. Ya sabemos lo que pasa en un medioambiente contaminado, los sistemas no funcionan como corresponde. Nuestro cuerpo es el medioambiente para nuestros órganos, en el caso particular que aquí tratamos, ovarios, testículos, útero. Un mal funcionamiento del sistema total afecta la capacidad reproductiva.

Por eso buscamos un cuerpo que no sea tóxico y donde los sistemas estén en equilibrio. La mente y el cuerpo funcionan como un todo. Los órganos están unidos por redes y cada uno de ellos tiene que funcionar correctamente. Si algo falla en este sistema, puede afectar al conjunto. Entonces optar por un estilo de vida saludable – alejado de los malos hábitos, del stress, la mala alimentación y el sedentarismo- contribuye a lograr un estado de armonía general creando la mejor versión de las personas.

Un cuerpo no tóxico puede potenciar la fertilidad y que el embarazo se logre por vía natural, si es una posibilidad, o aumentar las probabilidades de éxito de los tratamientos médicos indicados. Para ello es clave incorporar una alimentación saludable que excluya del consumo diario productos que pueden afectar al intestino, la microbiota, y favorecer al desarrollo de enfermedades crónicas como ser la diabetes, obesidad, hipertensión, entre otras.

La nutrición consciente, holística, integrativa y antiinflamatoria, así como el agregado de suplementos nutricionales ayudan a depurar, detoxificar y modificar de manera positiva el perfil de la microbiota intestinal. En el ámbito de la fertilidad, contribuyen a que se reduzca la inflamación intestinal y de los diferentes órganos, mejorando la receptividad uterina, la calidad de los ovocitos y de los espermatozoides.

El ejercicio físico también es un aliado importante. Un cuerpo en movimiento permite mantener un peso saludable, mejora la circulación de la sangre, contribuye a regular la secreción de hormonas y de compuestos bioactivos, mejorando la función ovárica y la calidad del esperma.

Otras prácticas complementarias como la meditación, el yoga, la acupuntura y la musicoterapia también pueden ser beneficiosas en la búsqueda de armonizar el cuerpo y la mente, ya que ayudan a gestionar el estrés y la ansiedad.

En la fertilidad, no quedan dudas que un abordaje integral de la salud que contemple los hábitos saludables es el camino correcto para lograr la mejor versión de las personas y tratar de llegar al mejor resultado posible.

Dr. R. Sergio Pasqualini – Especialista en Medicina Reproductiva

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