Me arrepiento de haberme hecho la FIV: la importancia de la información realista
Un trabajo publicado en la revista Fertility & Sterility demuestra que el 27% de las mujeres mayores de 42 años que se sometieron a una FIV con óvulos propios, se arrepintieron. La muestra toma a 94 de esas mujeres y define un score de 25 – límite del arrepentimiento entre moderado a severo. El 73% restante no se arrepintieron o lo hicieron en un grado leve.
¿Pero qué factores pueden condicionar este arrepentimiento?
En primer lugar, es importante tener en cuenta que son mujeres de más de 42 años que debido a su edad tienen la reserva ovárica disminuida. Por supuesto que cada caso es distinto y esa reserva debe evaluarse en particular para saber cuáles son las chances reales de lograr un embarazo. De aquellas mujeres que se arrepintieron de hacerlo, las causas fueron: la falta de cobertura, el haber pagado por el tratamiento, la falta de información en cuanto a las posibilidades reales y la falta de apoyo emocional. La conclusión es que la FIV a partir de los 42 años conlleva bajas posibilidades de éxito y altas chances que los pacientes se arrepientan de haberlo hecho.
La experiencia demuestra como motivo fundamental la falta de información realista y de apoyo emocional. Es primordial no generar falsas expectativas, aun sabiendo que disponemos de herramientas -a nivel experimental-, que pueden llegar a mejorar la respuesta y la función ovárica, pero que ninguna hace magia.
Entonces, quizás lo previo sería ser sinceros con las verdaderas chances, y permitir una consulta psicológica donde explorar la posibilidad de avanzar con óvulos donados. Las chances son muy altas en ese caso.
¿Por qué es tan importante la consulta psicológica?
La conversación con la psicóloga no es la misma que pueden tener con su médico fertilólogo. Eso no significa que la psicóloga las va a convencer, sino que se abre un espacio real para plantearse la pregunta sobre la ovodonación y otras alternativas médicas. La posibilidad de ver las cosas de otra manera, de entender las chances reales que tienen de lograr el embarazo, de finalmente tener al bebé en brazos.
Sin lugar a dudas atravesar los tratamientos de fertilidad con el asesoramiento adecuado y con un espacio personal de escucha permiten tomar decisiones más ajustadas a la realidad y posibilidades de cada sujeto. Informarse sobre los procedimientos médicos en términos reales y alcances esperables, proyectarse en un escenario prospectivo real, desarmar mitos y fantasías, atravesar fantasmas infantiles, derribar supuestos y mandatos son algunos de los tantos movimientos que una persona sometida al proceso de la fertilidad debe realizar.
Es un espacio para hablar y escucharse, y en ese ida y vuelta surjan las herramientas o recursos que el sujeto tiene para el manejo emocional de la situación y la elaboración de una estrategia de acción conducente a resultados saludables.
El correcto asesoramiento, la consulta con una psicóloga especializada, el apoyo emocional y el acompañamiento adecuado va a hacer que, si se realizase el tratamiento con óvulos propios, las posibilidades de arrepentimiento ante un fracaso se minimicen. Y, por el contrario, quizás antes de avanzar evalúen realmente la posibilidad de hacerlo con óvulos donados.
De esta manera con una decisión basada en la información y el intercambio los pacientes encararan el tratamiento que sea, con menores chances de arrepentimiento.