El consumo de químicos presentes en los plásticos podría afectar considerablemente la fertilidad de los seres humanos y reducir los embarazos naturales.
Shanna Swan una reconocida científica adviritió que la constante exposición a químicos en nuestro entorno está causando una verdadera crisis de infertilidad que para 2045 podría llevar a que la mayoría de embarazos tengan que hacerse mediante inseminación asistida
¿Cuáles son las causas?
Tenemos una crisis de salud reproductiva que se debe al retraso en la maternidad, la elección o el estilo de vida; pero también esta ligado al medio ambiente.
Los productos químicos cada vez más presentes en nuestra vida cotidiana podrían ser los responsables de una crisis de fertilidad en la especie humana.
Las sustancias químicas más preocupantes para la salud son las que pueden interferir o limitar las hormonas sexuales del cuerpo, como la testosterona y el estrógeno, porque hacen posible la reproducción. Eso puede hacer que el cuerpo piense que tiene suficiente de una hormona en particular y por lo tanto que no necesita producir más, por lo que su producción disminuye naturalmente.
También hay químicos que se utilizan para hacer plásticos blandos y flexibles llamados ftalatos, que se encuentran presentes en todo el mundo y llegan a nosotros principalmente a través de los alimentos, ya que los plásticos blandos son usados para la fabricación, procesamiento y envasado de estos.
Disminuyen la testosterona y, por lo tanto, tienen la influencia más fuerte en el lado masculino, por ejemplo, disminuyen el recuento de espermatozoides, aunque también son malos para las mujeres porque se ha demostrado que disminuyen la libido y aumentan el riesgo de pubertad precoz, insuficiencia ovárica prematura, aborto espontáneo y parto prematuro.
Pero también son nocivos el bisfenol A (BPA) que es usado para endurecer el plástico y se encuentra en los recibos de las cajas registradoras, en el revestimiento de algunos envases de alimentos enlatados.
Este químico “imita el estrógeno y, por lo tanto, es un actor particularmente malo en el lado femenino, lo que aumenta los riesgos de problemas de fertilidad, pero también puede afectar a los hombres.
Los hombres expuestos ocupacionalmente al BPA han mostrado una disminución de la calidad del esperma, una reducción de la libido y mayores tasas de disfunción eréctil. Otros productos químicos de interés son los retardadores de llama y ciertos pesticidas como la atrazina.
Así mismo dice que las personas en edad reproductiva y que planeen quedar embarazadas o están en embarazo, deben estar conscientes de que todo lo que traen a sus hogares tienen el potencial de contener productos químicos con carga hormonal.
Por lo tanto recomienda comer alimentos sin procesar, además de evitar el uso de teflón ni nada recubierto a la hora de cocinar.
Para el cuidado personal y los productos para el hogar utilice un mínimo de productos sencillos y trate de evitar los perfumados; se agregan ftalatos para mantener el aroma. El Environmental Working Group, una organización sin fines de lucro, tiene guías gratuitas para el consumidor que brindan información sobre productos específicos.
Por último la experta dice que este problema, aunque real y complejo, puede ser abordado con voluntad e ingenio, lo importante es reconocerlo y empezar a trabajar por cambiarlo.