La influencia del estrés en la sexualidad
El estrés ya forma parte de la vida diaria de muchas mujeres y hombres y no sólo en el trabajo y muchas veces, se filtra en la familia, el sueño y hasta la vida sexual.
por la Dra. Beatríz Literat
Por eso, resulta necesario preguntarse cuáles son las disfunciones sexuales que pueden producirse por estrés y qué cambiar para que éste no sea le protagonista en la cama.
La función sexual tiene entre sus componentes algunos neurológicos que la regulan y que determinan el mayor o menor grado de sensibilidad que tendrá la respuesta sexual.
El estrés es una respuesta neuroquímica que le permite al ser humano estar en una posición de alerta ante una situación que registra como peligrosa para producir una respuesta defensiva.
Cualquier función de nuestro organismo se modifica si existe estrés y la función sexual no es la excepción. El estrés produce cambios químicos y neurológicos, como el aumento de la frecuencia cardiorrespiratoria por la brusca descarga de adrenalina y nor adrenalina.
Al respecto, la ginecóloga manifestó que en general, estas modificaciones duran minutos hasta que la persona resuelva la situación, aunque aclaró que si el estrés se prolonga y la situación persiste, estamos en presencia de una adaptación del organismo llamada disestrés, que puede provocar un agotamiento orgánico e intelectual, con pérdida de energía.
Los síntomas: alteraciones digestivas, alteraciones urinarias, sensación de cansancio, pérdida de memoria, dolor muscular, a veces dolor en el pecho, lentitud mental y cero interés sexual.
Hoy en día casi todas las personas sufren un mayor o menor grado de disestrés y no lo saben, por eso, cuando aparecen trastornos sexuales, buscan solamente solucionar el síntoma sexual. Obviamente, esa no es la solución sino realizar un tratamiento psicosexológico y conductual que facilite cambios de actitud para que la función se restablezca. La gente busca resultados inmediatos y esa también es una actitud generadora de estrés.
Sin embargo, hoy podemos implementar tratamientos rápidos, aunque no instantáneos. A veces, los cambios de actitud deben ser implementados por uno de los miembros de la pareja y otras veces ambos.
Es necesario evaluar su entorno o las circunstancias familiares, sociales o laborales, que se trabajan en el transcurso del tratamiento que puede tener una duración de uno a tres meses, los síntomas pueden ser muy variados:
- Ausencia de libido -deseo sexual-
- Falla ocasional de orgasmos
- Falla de erecciones
- Pérdida del control eyaculatorio
- Puede presentarse dispareunia, que es el dolor durante la penetración, tanto del hombre como de la mujer
- Ausencia de lubricación femenina
- Ausencia de respuesta excitatoria femenina.
Si bien existen personas que soportan mejor las situaciones estresantes que otras y que poseen mecanismos internos para regular y manejar su vida, a la larga éste pasa la factura y la sexualidad puede claudicar de una u otra forma. En otras personas, más sensibles o con menor conocimiento del manejo de situaciones estresantes, los síntomas se imponen en forma más dramática. En todos los casos lo principal es pensar en la posibilidad de que la falla sexual se deba a este motivo y realizar una consulta, individual o en pareja, con el objeto de llegar a un diagnóstico que permita, sin mayores demoras, instrumentar los recursos que solucionarán el problema desde las causas.
La moderna sexología clínica se caracteriza por utilizar técnicas muy variadas que permiten el correcto diagnóstico y un tratamiento seguro, breve y eficaz.
Trastornos sexuales y fertilidad
Los trastornos de la sexualidad pueden existir desde antes del diagnóstico de infertilidad mientras que otros se instalan durante el tratamiento y llegan a constituir un verdadero círculo vicioso de difícil salida. Sobre todo cuando las parejas no pueden ver la situación y la niegan o se resisten a recibir ayuda de un especialista en sexualidad. Creen que el problema se va a solucionar por sí solo y ése es un error que les hace perder mucho tiempo, además de privarlos de una convivencia más plena. Si bien cada persona vive la situación en forma diferente y no todos los tratamientos son iguales, la médica sexóloga refiere que lo que suele observarse es la afectación de la autoestima en hombres y en mujeres que se refleja en los vínculos familiares y sociales y ello genera ansiedad. Las disfunciones que suelen aparecer dependen también del tiempo que lleve el tratamiento. En la mujer observamos dificultades para lograr la excitación sexual por el estrés que padece y muchas veces también, imposibilidad de alcanzar los orgasmos además de la reducción del deseo. En algunos casos se instala la dispareunia ó el vaginismo, que produce dolor y no permite la penetración. La mujer suele volverse hipersensible y llega a no tolerar siquiera que se la toque. En los varones frecuentemente aparecen trastornos eyaculatorios, como la eyaculación retrasada o ausente y la disfunción eréctil justamente en la fecha programada para la concepción, no así durante el resto del mes.
*médica sexóloga de Halitus Instituto Médico