Las ventajas de recurrir a la fertilización in Vitro en verano
Todo tratamiento de reproducción asistida exitoso requiere dedicación y supone un cierto manejo de los niveles de estrés. Las vacaciones de verano se plantean como una excelente oportunidad para encarar una fertilización in Vitro con tiempo y lejos de las preocupaciones de la rutina.
La salud física de la pareja que se enfrenta a un tratamiento de fertilidad es tan importante como su salud psicológica y emocional. Si bien el estrés no es el único responsable por el cual el embarazo no llega, implica trastornos tanto a nivel funcional como orgánico del sistema reproductivo. En la mujer trae dificultades en la ovulación y espasmos en las trompas de Falopio. En el hombre puede generar desarrollo anormal del esperma y problemas con la eyaculación. Las disfunciones sexuales derivadas del estrés son comunes tanto en hombres como en mujeres y en la dinámica de la pareja.
“A partir de mediados de diciembre ya comienza a percibirse un descenso de la actividad laboral y, por lo tanto, de los niveles de estrés conexos. Este cambio en el ritmo de lo cotidiano comporta una baja de los niveles generales de estrés convirtiéndolo en un buen momento para realizar un tratamiento de fertilización in Vitro. En época de vacaciones el estado mental de por sí cambia, por descenso en las obligaciones y el ritmo de trabajo, la química cambia y los estados de tensión se reducen propiciando un buen momento para intentar un tratamiento”, explica el Dr. Sergio Pasqualini, ginecólogo especialista en fertilidad y Director Científico de Halitus Instituto Médico y presidente y fundador de Fundación Repro.
En algunos casos las parejas sienten el estrés y desgaste que a veces implica llevar adelante un tratamiento que podría afectar su rutina de trabajo. Las vacaciones les permiten dedicarse “de lleno” a las exigencias de una fertilización in Vitro sin tener que justificarse o que se vea afectado su trabajo.
Asimismo, para aquellos que deben encarar un tratamiento de fertilización y viven lejos de los centros especializados los períodos de vacaciones suelen combinar viajes de salud y placer. “Para la gente que está en el exterior o en el interior del país, el verano es un buen momento para concretar el viaje y realizar el procedimiento. Muchos de nuestros pacientes son del interior o exterior del país para los cuales ofrecemos servicios específicos. A través de herramientas de comunicación de vanguardia y resumidos en lo que hemos denominado la Historia Clínica virtual, hacemos un primer contacto y seguimiento de la pareja en preparación para un viaje posterior para completar el tratamiento”, detalla el especialista.
Sexualidad, fertilidad y vacaciones
La llegada de las vacaciones es para la pareja en búsqueda del embarazo un espacio de reencuentro sin relojes en dónde es posible aumentar no sólo la frecuencia sino la calidad de las relaciones sexuales. La frecuencia aumenta las probabilidades de lograr el embarazo mientras que una mejor relación activa factores hormonales y circulatorios que ayudan a que los mecanismos de reproducción se produzcan mejor.
Las vacaciones son un buen momento para volver a encontrarse y disfrutarse, de aprovechar la sexualidad plenamente. Para vivir un encuentro físico intenso es necesario cultivar el acercamiento emocional. Todo esto influye a la hora de la búsqueda de un embarazo porque, una vez más, la liberación de tensiones y la relajación que en este período suele tener la pareja pueden generar una mejor química y mayor distensión, un aporte valioso para aquellos que persiguen el sueño de ser padres.
“Muchas veces para aquellos que deben realizar un tratamiento de relaciones sexuales programadas, el verano es el mejor momento porque no hay otras distracciones. La pareja se encuentra frente a frente y con tiempo ilimitado para dedicarse a ellos mismos”, refiere el ginecólogo.