En pandemia, aumentaron un 60% las consultas para vitrificar óvulos
Los cambios socioculturales y los avances científicos muestran cómo se posterga la búsqueda de los hijos y el surgimiento de nuevos tipos de familia.
Hay un fenómeno que se viene evidenciando desde hace algunos años, pero desde que se desató la pandemia atraviesa un boom. Se trata de la vitrificación de óvulos, que por razones personales, sociales o de otro tipo gana cada vez más adeptos en la Argentina.
“Las consultas para vitrificar óvulos aumentaron desde que se presentó la pandemia en un 60%. El motivo es la incertidumbre que trajo la pandemia en cuanto al futuro, al trabajo, a lo económico, no sólo en aquellas mujeres que tienen el deseo en el futuro cercano, sino en aquellas que lo ven como una apuesta para más adelante, inclusive algunas que tienen pensado nunca tener hijos, ante la eventualidad de que pudieran cambiar de idea”, explicó el doctor Sergio Pasqualini, referente en medicina reproductiva y director científico del Instituto Médico Halitus.
A lo largo de los años, los avances de la ciencia permitieron a muchas personas concretar su deseo de tener un hijo, pero en momentos en que la incertidumbre está presente muchos optan por postergar su concreción. De esta manera, la vitrificación es un gran avance tecnológico que implica la extracción de los óvulos de la mujer, los cuales luego se almacenan en un laboratorio y se conservan en nitrógeno líquido a -196 ºC.
“La vitrificación de óvulos no afecta su calidad. Por lo tanto, si la evaluación previa de su reserva ovárica es aceptable, la mujer estaría en condiciones de hacerlo”, explicó Pasqualini, quien acaba de publicar el libro Nuevas Familias, donde junto al médico Agustín Pasqualini, recopilaron historias de aquellos que acudieron a la ciencia para cumplir el deseo de ser padres.
De todas maneras, independientemente de la edad de la madre que consulta, destacan que es importante explorar cómo se encuentra la reserva ovárica, dado que hay casos en los que, por ejemplo, a los 35 años no califican para este procedimiento, mientras otras a los 40 sí.
En esta línea, hay otro tema relacionado con la maternidad que en este siglo se escucha cada vez más: la gestación por sustitución. “No hay una ley que regule la gestación por sustitución, pero tampoco hay una ley que la prohíba. Al no haber ley, todo lo que no está prohibido está permitido. Nuestro programa de gestación por sustitución nació en el año 2011, y en el 2013 logramos que por primera vez la Justicia dictaminase que los padres que tuvieron la voluntad procreacional, no la madre gestante, es decir, la que llevó adelante el embarazo, fuesen declarados como los padres para la ley. Hasta ese momento para la ley argentina la madre era la que parió”, resaltó el médico.
Por último, Pasqualini señala que desde Halitus registraron una curva ascendente en cuanto a las consultas por subrogación de vientre. Entre 2011 y 2021 recibieron un total de 671, de las cuales 154 se registraron en 2020; 459 casos son familias biparentales, 130 homoparentales, 82 monoparentales