Útero Subrogado.

Útero Subrogado.

La subrogación de vientre o maternidad subrogada es una alternativa más para las parejas o las personas puedan concretar el anhelo de formar una familia.


Hoy en día, las consultas diarias para subrogación han aumentado luego de la aprobación de la ley de matrimonio igualitario. También es una opción válida para parejas heterosexuales con problemas de fertilidad específicos. ¿Qué es lo que hay que saber antes de una decisión como ésta y cuáles serían los beneficios de que estuviera contemplada por la ley?

Jurídicamente hablando

“Jurídicamente, decimos que hay maternidad subrogada cuando mediante un acuerdo, una mujer, con consentimiento pleno, admite llevar a término la gestación de un niño. Puede ser mediante técnicas de reproducción asistida, aportando o no su óvulo y con el compromiso de entregar el nacido a los comitentes. Los mismos pueden ser sujetos individuales o una pareja homo o heterosexual, que pueden o no aportar sus gametos. Hay que crear conciencia que la maternidad subrogada no está prohibida como muchos afirman”, comienza diciendo la Dra. Fabiana Marcela Quaini, abogada, especialista en Derecho Internacional de Familia.
“Es una alternativa más para lograr que las parejas o personas concreten el anhelo de formar una familia”, agrega el Dr. R. Sergio Pasqualini, médico ginecólogo especialista en reproducción asistida, Presidente y Fundador de Fundación Repro.

Tipos de subrogación de vientre

Según la Dra. Quaini, podríamos hablar de distintas modalidades de subrogación de vientre:
Subrogación tradicional: la mujer gestante aporta su propio gameto.
Subrogación gestacional: la mujer gestante no aporta su propio gameto.
Hombre y mujer aportan sus propios gametos para conformar el embrión.
Casos en que hay un gameto donado (monoparentales, matrimonios donde una parte no puede aportar su propio gameto).
Gratuita o altruista y remunerada

“Lo importante es la voluntad y consentimiento de todas las partes. Que los gametos sean de ambos o de una sola de las partes no cambia la situación. Recordemos que en Argentina la subrogación tradicional no está permitida.”, dice Quaini.

Elementos a tener en cuenta a la hora de pensar en la subrogación

Pasqualini agrega: “Todo el procedimiento requiere de un marco controlado pero pensemos que el útero portador es una técnica que forma parte de las tantas otras formas no tradicionales de tener hijos. Es importante pensar en las parejas que necesitan tratamientos, en aquellos que no poseen otra posibilidad. Para así lograr una ley no restrictiva que no perjudique a quienes no tienen otra forma de ser padres. No perdamos de vista que aquellos países que lograron una ley equitativa de amplio consenso popular fueron los que partieron del estudio sistemático y serio de las opciones dejando de lado argumentos egoístas”.

Gastos

Quaini refiere: “Los futuros padres debieran cubrir absolutamente todos los gastos, a título de ejemplo: médicos, de hospitalización, estudios, traslados, vestimenta, psicológicos, salarios caídos, cualquier daño que pudiera producirse en su salud de la madre gestante y del niño. Es aconsejable obtener un seguro de vida que contemple cualquier situación que pudiere acontecer a la madre gestante. Por ejemplo perdida de útero”.

Situación legal

¿Cuál es la situación legal de la mujer que alquiló su vientre frente al niño nacido? ¿Si la madre gestante se arrepiente y no quiere entregar al niño nacido? “Jurídicamente hablando, no hay relación alguna. De hecho, en Estados Unidos ha ocurrido y en todos los casos la madre gestante ha perdido los casos, inclusive se le ha negado derecho a visitas. ”, dice la magistrada abogada.

Opciones

“Cuando recibo en mi consultorio parejas que requieren de esta técnica y se les explica que el problema para hacerlo en la Argentina radica es que no hay un marco regulatorio de ley.   Según la legislación vigente, madre es quien da a luz, lo que anula cualquier contrato privado entre partes.  En estas condiciones la única opción es una vez nacido el bebé, adoptarlo, o que el marido, pida la patria potestad al ser el hijo genético de ese recién nacido.  A veces, ante el vacío legal y previendo desacuerdos,  el embarazo lo lleva adelante una mujer muy allegada o familiar, pero no siempre esto es posible o recomendable.
Otra opción es viajar y realizar el tratamiento en países donde exista el marco legal adecuado.  La realidad es que esto no es opción para la mayoría de los casos, entre otros motivos, por los costos.  Los desembolsos van a variar de entre 20 mil dólares en la India hasta 100 mil dólares en Estados Unidos.
Como vemos siempre termina pasando lo mismo: el que puede afrontar los costos y tiene la disponibilidad y manejo, viajará y lo resolverá, y quien no, resultará perjudicado y no podrá hacerlo. ¿Es justo? Claro que no.
El útero portador es una técnica que forma parte de las tantas otras formas no tradicionales de tener hijos. Para los legisladores y sus asesores, que trabajan en la ley, un pedido de no dejarse llevar por su forma de pensar, de presiones, ser abiertos, pensar en las parejas que necesitan este tipo de tratamiento, como para que sea una ley no restrictiva, y que no perjudique a estas parejas en las que esta técnica es la única manera de ser padres.”concluye el Dr Pasqualini

“Cuando recibo en mi consultorio parejas que requieren de esta técnica les explico que el problema para hacerlo en la Argentina radica es que no hay un marco regulatorio de ley. Según la legislación vigente, madre es quien da a luz, lo que anula cualquier contrato privado entre partes. En estas condiciones una opción es, una vez nacido el bebé, adoptarlo. Otra es que el marido, pida la patria potestad siendo padre genético. A veces, ante el vacío legal y previendo desacuerdos, el embarazo lo lleva adelante una mujer muy allegada o familiar, pero no siempre esto es posible o recomendable.

Otra opción es viajar y realizar el tratamiento en países donde exista el marco legal adecuado. La realidad es que esto no es opción para la mayoría de los casos, entre otros motivos, por los costos. Los desembolsos van a variar de entre 20 mil dólares en la India hasta 100 mil dólares en Estados Unidos.

Conclusión

Como vemos siempre termina pasando lo mismo. El que puede afrontar los costos y tiene la disponibilidad y manejo; viajará y lo resolverá. Y quien no, resultará perjudicado. ¿Es justo? Claro que no.

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